Rosas de Sangre

Cápitulo 9

-Si abuela, voy a estar bien. De verdad anda a casa que se te hace tarde y mamá se va a preocupar.

-Bueno esta bien, aunque te advierto que seguís muy pálida. Cualquier cosa llamáme. ¿Con quién te vas para tu casa?

-Con Mia. Ahí viene, mirá -levanté la mano para saludar a Mia que se acercaba sonriendo.

-Bueno pero no le cuentes nada a las otras chicas Emilia. –me tomó por el hombro –Ellas no lo pueden saberde ninguna manera.

-Ya lo se abuela. ¿Pensas que soy tonta? ¡Aparte lo decís como si a Mia le pudiera contar! –La miré fijo –quedate tranquila abuela, nadie se va a enterar.

-Nos vemos más tarde Emilia –dijo la abuela acelerando el Peugeot que había sido del abuelo. Saludó a Mia a la pasada. Hubo entre ellas una mirada extraña. Apenas perceptible. Como si se avisaran algo preocupante sin decirlo. Me restregué los ojos con fuerza. Sí, estaba paranoica. Y no era para menos.

-¿Emi en que andas? -preguntó Mia con cara de preocupación.

-Nada interesante. Más tarde te cuento. ¿Vamos a casa?

-Bueno dale –dijo sonriendo sin convencerse del todo –como quieras.

-Contame que hicieron hoy asi cualquier cosa la manejo con mamá. ¿Después me podrás pasar lo apuntes?

-Si te los paso. Hicimos el resumen para el parcial que tenemos recien a fines de mayo, osea –se volvió con una sonrisa casi luminosa –lo damos allá en Bosque.

- ¡Sí! –Dije tratando de imprimirle un poco de emoción a la voz –dentro de doce días nos vamos. ¡Que nervios!

     Todo lo que me había contado la abuela aquella tarde había logrado volver deslúcida mi vida. Ya nada sería igual nunca. Tendría miedo de vivir cualquier tipo de emoción que fuese a desatar mi costado vampiro. 

-Estoy feliz. Nuestra vida va a cambiar en todo sentido. Es lo que siempre quise de verdad. Vivir con amigas –estudió mi expresión. Su rostro y sus palabras decían cosas diferentes.

-Si yo también, aunque no te puedo negar que me da un nose qué. –arrugué la cara.

-¡Relájate Emi! ¡La vamos a pasar bien! De verdad, entre nosotras nos vamos a cuidar. Es obvio que al principio nos va a costar, pero vamos a acostumbrarnos –me miró extrañamente de nuevo –uno puede acostumbrarse a cualquier cosa Emi, aunque parezca espantosa al principio. 

-Si ojalá sea asi amiga. ¿Compramos algo para comer?

    O me estaba enloqueciendo después de las terribles confesiones o Mía estaba rodeada de un aire diferente esa tarde. Diferente a los demás que yo conocía. Rogué que las emociones no hubiesen despertado ni un solo gen. Ni uno. No quería percibir nada. No queria creer esa realidad.

 

¡Gracias por leer!

 

© Todos los derechos reservados a Melina Sol Gual

Safe Creative. Registro de Propiedad Intelectual

Número de registro: 1712065033174



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En el texto hay: fantasia, vampiros, amor

Editado: 13.05.2019

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