-¿Enserio hiciste ceder a Patton? No te la creo...
Danielle me veía incrédula desde su cama, ya era de noche y teníamos unos minutos antes de que nos apagaran las luces y nos obligaran a dormir.
-Te lo digo de verdad, él quería que me quedara a ver como torturaban a esa mujer...
-Cómo demonios se supone que estamos acostumbrados a presenciar esos actos... -Acoto Sarah que estaba sentada en su escritorio escribiendo un par de informes, era impresionante su capacidad para prestarle atención a varias cosas a la vez
-No es la primera vez que veo gente sufriendo –Aclare como su fuera obvio – pero esta vez era diferente, era una chica como nosotras...
-Lamentablemente eso ya no puede detenerte... todavía eres demasiado humana Rose- la voz de Dany se tornó seria- por eso es que el general quería que te quedaras...
-¿Demasiado humana?
-Un alma rescatada a en general suele conservar su carácter o sus principios, porque es algo que se lleva en el alma... es algo que vas a tener que ir erradicando a la brevedad. –Aclaro
-Seamos sinceras –Sarah dio vuelta su silla hacia mí y no pude evitar estremecer ante su vacía y severa mirada- ¿qué pasaría si mientras estás en misión te descubre un niño pequeño? ¿Dejaras que te delate?
Nunca había llegado a imaginar esa situación, ¿Tendría que matarlo? ¿Era la única opción que tenía?
-Tienes que deshacerte de tu lado humano si quieres quedarte en el Neraka... -Dictamino al notar la duda en mi mirada.
-¿Pero por qué Abel no me dijo nada de esto? ¿No tendría que haberme preparado o algo así?
-¿Abel? –Danielle soltó una risa cruel – Ese es un demonio del infierno, por algo está allá abajo...
-¿A qué te refieres?
-Es un demonio débil, por eso está allá –Hablaba como si fuera algo obvio pero yo no podía creerle una sola palabra – Hasta se enamoró de su alumna...
Su burla me molesto, no sabía específicamente porque pero no quería que hablara así de él.
-¡No es débil! ¡Es de los más fuertes que conocí! ¡Si esta abajo es porque Satán así lo quiere!
-No te lo tomes a mal pero... Dany tiene razón –Coincidió Sarah- conocí a Abel en un par de ocasiones y aunque sea físicamente fuerte su aura es bastante bondadosa, si no te lo dijo era porque él no estaba preparado para hacerte sentir esa responsabilidad... pero debes estar lista.
Me senté en la cama con pesadez, si me hubieran dicho esto desde el principio...
Unos golpes a la puerta me sacaron de mis pensamientos y me levante a abrir, no me sorprendí al encontrar a la señorita Patt, la secretaria del general, que traía una enorme carpeta en las manos.
-Me ordenaron entregarte esto Rose, debes leerlo para la reunión de mañana a las ocho, ¿Esta bien?
-Claro que si señorita, allí estaré –Respondí con respeto tomando la gran correspondencia para luego cerrar la puerta a mis espaldas- Espero que esto no sea lo que creo que es...
Al abrir la carpeta me encontré con un montón de datos de la chica del calabozo que en su mayoría parecerían al azar, hablaba sobre colores de vestidos, fechas casi irrelevantes o sobre relaciones amorosas de sus parientes
-¿Debo memorizar todo esto?- pregunte con pereza al ver la cantidad de hojas que tendría que leer.
-Todo completo si quieres disipar todas las dudas que se puedan generar sobre tu nueva apariencia...
Nueva apariencia... quizás si lo veía como un simple disfraz podría ser todo un poco más simple... menos doloroso para ambas...
Hice una lectura rápida por las diferentes paginas para ver si algo me llamaba específicamente la atención, al parecer ella no sabe mucho sobre las jugadas políticas aun siendo de la familia más poderosa, parece simplemente una adolescente común.
-Parece que se escapó de la casa –Leí en una de las primeras páginas- quería demostrarle a su familia que podía ser parte del ejercito.... Es una aspirante a guerrera pero su sociedad no está de acuerdo...
Aparentemente era una chica normal que cometió un error... un error que la condenaría a una eternidad en un calabozo en el territorio enemigo y que una completa extraña se infiltrara en su casa...
Un error que podía costarle todo a su reino...