Rossetta junto a sí hermano habían salido a montar el nuevo triciclo de la pequeña, el cual le habían regalado por sus cuatro años.
Estaba saltando de la felicidad, no podía tener tanta felicidad en su corazón.
A la lejanía su padre, en ese instante que seguía con vida, la observa desde el segundo piso junto a su esposa.
Por otro lado Lucas junto a Lucía estaban prestando atención a las lecciones de piano que les daba Aurora.
Hasta qué la pequeña vio a sus vecinos en la acera del frente.
-Lola, ¿podemos il a fugal con Losseta y Ashel?-Para Lucia pronunciar las r era más complicado que para su hermano mellizo.
Aunque el también la ayudará en su desempeño por poder pronunciarla.
-Claro Lulu, vayan a jugar, los vere desde el jardín.
Los dos pequeños salieron a jugar con sus vecinos los cuales se alegraron al momento de verles.
Eran muy unidos, sus madres eran muy unidas, al igual que sus padres.
Comenzaron a jugar con el triciclo y Lucia le pidió a Aurora el suyo.
Y comenzaron hacer competencias.
Dos en triciclo y los otros dos corriendo.
Solo corrían dos casas y ya se cansaban de vuelta.
El lugar donde vivían en ese tiempo era seguro. Así que los padres no se preocupaban mucho y como Aurora tenía la vista en los cuatros no se preocupaban.
En una de esas carreras, Rossetta había perdido el equilibrio al dar la vuelta y se había caído, raspado su rodilla derecha.
Lucas que iba con ella corriendo vio su caída y sintió que se pegaba el mismo.
Corrió para asistirla, pero al llegar a su lado la pequeña ya tenía los ojos húmedos por el ardor que tenía en la área golpeada.
-No, no llores, Rosse, eres fuente.-Había dicho el niño tomándole sus mejillas sonrojadas y la niña asintió tratando de no llorar.
-Bueno.-Limpio sus ojos con sus pequeñas manos y el pequeño se puso a la altura de su rodilla para impeccionar la herida.
Pero como vio que solo se había puesto roja y no salía sangre le dio un beso al lado de lo rojo.
-Con eso sanara. Mamá siempre lo hace y luego ya no duele.-La niña asintió embobada por lo que había hecho aquel niño de cabellera castaña que al sol brillaba como si fuera lo mejor del mundo.
-Gracias, Lucas.-Abrazo al niño y de la mano volvieron al lugar en donde estaban sus hermanos.
Aurora que estaba observando todo lo que había pasado estaba embobada de la linda escena que había presenciado.
Esperaba que cuando fueran grandes tuvieran la misma relación que ahora.
O quizás se hicieran más que amigos.
Editado: 08.09.2018