Rota

Doce

Dayana llegó a casa en un mar de lagrimas luego de una de sus citas, su ropa desgarrada y con algunos moretones en su cara y pecho.

Permaneció varios minutos en silencio y luego de muchos intentos por nuestra parte, nos dijo que Nathaniel había tratado de abusar de ella y que esa no era la primera vez que la atacaba, que no había dicho nada pues siempre se disculpaba y le aseguraba que no volvería a pasar pero esta vez su ataque había sido peor y no estaba dispuesta a tener que aguantarlo mas.

Yo estaba en shock.

No sabía que hacer mientras mi hija menor intentaba consolar a su maltrecha hermana y con sus ojos me lanzaba dagas por haber metido a Nathaniel en nuestro hogar.




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