En el punto mas alto del monte Zetmaujinta, se encontraba un joven de tes blanca como la nieve, su corto cabello negro bailaba al son del viento y su figura representaba la armonía de la naturaleza, parecía ser uno solo con el entorno, a pesar de tener apenas 14 años, su nivel de inteligencia ya había alcanzado un nivel pináculo, ¡este era Rulam Adastro!
un prodigio desde temprana edad pero al mismo tiempo la burla de todo aquel que conocía su historia, pasar 50 años cultivando sin parar no es algo que una persona normal se atrevería a hacer al final de cuentas.
Nadie sabia que en el estado mental Anatta en el que se encontraba, podía sobrepasar la barrera espiritual que sellaba el alma humana, Rulam pensaba que de esta manera podría ascender a otro reino, el reino de las deidades, así, después de dedicar medio siglo de su vida al cultivo, el poder espiritual que contenía su cuerpo se desbordo hasta llegar a un nivel inconmensurable, era incomprensible incluso para el mismo Rulam.
Finalmente termino su cultivo, la piel blanca y suave como la seda que sorprendería incluso a las mismas bestias ya no existía, su cabello negro se había tornado casi de color blanco y su mirada entrecerrada reflejaba la tenue luz de la luna, bajo las arrugas de Rulam Adastro una sonrisa dibujaba su rostro envejecido.
Así que, lo he logrado...
Aves y monos, incluso grandes felidaes corrían hacia lo mas profundo del bosque de Kore, incluso estas criaturas podían sentir la poderosa aura que emanaba este ser.
''Finalmente se a roto el sello de mi alma, mi aura espiritual es casi 40 veces mas grande que antes, la suprimiré''
Rulam caminaba por una pequeña vereda que surcaba el bosque de Kore, dirigía sus pasos hacia la aldea que lo vio crecer, camino sin parar por dos días y dos noches a pesar de poder correr a una velocidad que rivalizaba con la luz.
''Así que mi cuerpo aun necesita comer y beber''
De repente, Rulam detuvo su caminar y con una mirada fría hacia la oscuridad del bosque, de una manera muy tenue levanto su brazo derecho y cerro su mano haciendo un puño, "Lo siento" una cantidad enorme de sangre baño los alrededores, acercándose lentamente, tal escena no sorprendió a Rulam en absoluto, sin titubeos cargo el enorme cuerpo de un oso pardo y lo llevo en su espalda viajando entre un denso bosque a una velocidad casi imperceptible.
Rulam dominaba las artes celestiales, ya que habían sido revelados los mas grandes secretos del cultivo cuando fue inmerso en el estado mental Anatta.
Basto un chasquido de sus dedos para cortar un árbol en decenas de pedazos, controlaba la energía a su alrededor y podía hacer levitar cualquier objeto por mas pesado que sea.
''Y pensar que hace algunos años pensaba que la energía espiritual en el mundo era inmensa, ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba, si me esforzara un poco creo que podría absorber toda esta energía espiritual en tres meses pero eso también acabaría con el mundo''
Rulam podía controlar la energía espiritual del entorno, aunque apenas y servia para desplazar objetos ya era un gran logro para cualquier experto cultivador tener tal comprensión del mundo naturo-espiritual.
De la palma de su mano salio una pequeña flama que inmediatamente incendio los perfectos troncos de roble, creando una orqueta, Rulam cocino por completo el oso pardo en tan solo 30 minutos.
"Es una pena tener que desperdiciar tanta carne "
Después de comer una pequeña porción, inclino sus rodillas agachándose en un angulo de cuarenta y cinco grados y salio desplazado a una velocidad aun mayor que la ultima vez, en cuestión de segundos estaba al borde del rió Shudi, se inclino abriendo las palmas de sus manos para beber un poco de agua, Rulam tenia la boca seca después de tantos años sin beber una sola gota de agua.
"Creo que ya es hora..." En menos de un segundo Rulam se encontraba en medio de su aldea natal, donde antes había pequeñas chozas de adobe, ahora encontró enormes construcciones y 10 veces mas población que la ultima vez, eventualmente se dio cuenta de que sus padres ya no estaban en esta vida y su única hermana Einny corrió con la misma suerte, Rulam no mostró ninguna expresión en su rostro al recibir tales noticias, el sabia lo que significaba abandonar a su familia durante medio siglo y tuvo que guardar ese sufrimiento muy adentro de su corazón.
5 años han pasado desde la ultima vez que Rulam demostró su poder derrotando al príncipe demoníaco, en las montañas del sur en el bosque de Kobe. No había nada ni nadie que pudiese desafiar a Rulam, al verlo cultivar los ancianos que antes fueron sus compañeros de instituto ahora lo insultaban a regañadientes en la lejanía mientras murmuraban entre si cosas como: ''Y pensar que ese viejo regresaría, pasar 50 años cultivando... debió hacerlo solo para humillarnos, ese maldito viejo, debemos darle una lección que no olvidara...''
Rulam escuchaba claramente todo lo que decían, el no había hecho ningún movimiento antes y no era por ninguna razon en especial, simplemente los veía como seres inferiores.
Una botella de licor se escucho quebrarse apenas a un par de metros de distancia de donde Rulam cultivaba, se puso de pie sin abrir los ojos y con un ''no se metan conmigo'' exploto como si de una bomba se tratase el cuerpo de la mitad de las personas que enfrente de el se encontraban, ''¡es un monstruo, corran!''.
3 años después...
''hoy en dia no queda nada de lo que esta aldea fue en su pasado''
En una aldea que mas bien era la sombra de lo que fue en su pasado, seguía cultivando un solo hombre, Rulam nunca se a sentido solo porque ese fue su camino en el cultivo desde que dedico medio siglo de su vida en el monte Zetmaujinta, un lugar donde la energía espiritual era tan abundante como sus peligros, se decía que contenía el doble de esencias espirituales que cualquier otra parte del mundo.
Con el pasar de los meses, Rulam comenzó a sentir que sus pasos eran cansados, su rostro tenia tantas arrugas que incluso sus propios padres ya no lo reconocerían, Su cabello era tan escaso que se podía decir que ya era un hombre calvo, su piel marchitada expresaba una larga vida.
''Tal vez fui inmaduro al decidir seguir este camino de cultivo, la ambición de poder me hizo perder todo lo bello que tenia, a pesar de que en aquel entonces no había nada mas hermoso para mi que el camino hacia el poder absoluto. Padre, madre, Einny... perdónenme''
El envejecido cuerpo de Rulam ya no era lo suficientemente fuerte como para caminar, cada uno de sus suspiros era como un rayo de vida que se le escapaba en cada latido de su corazón, Rulam empezó a darse cuenta de que finalmente su vida llegaría a su fin.
Aquel hombre que derroto al mayor enemigo de la humanidad y a todos sus súbditos, Rulam Adastro, esta caminando sobre el sendero de la muerte siendo conocido y temido como el ser mas poderoso del mundo.
''Entonces, este es el fin?''...