Rules

Las Rosas tienen Espinas

Estaba boquiabierta. ¿Realmente todo esto era real?. Hace tan solo unos minutos estaba diciéndome que quería estar conmigo y ahora se estaba besando con uno de mis "mejores amigos".

Estaba en una pieza cuando noté al resto del grupo llegar a nuestras espaldas. Todos me hablaban pero realmente no escuchaba a ninguno. Estaba congelada viendo como Raven y Taylor se comían vivos a solo unos metros de distancia.

Estiré mi mano para apoyarme en algo pues las piernas me habían empezado a fallar. Volteé la cabeza hacia mis amigos con las lágrimas escurriendo por mis mejillas.

-Lena, Lena, ¿que pasa?- Noah se había puesto frente a mi revisando con cuidado mis ojos. Él nos había contado que su padre era medico y que sabía alguna que otra cosa sobre el tema.

-Esto es estúpido- dijo Renné en un leve susurro y se dirigió hacia Taylor.

Solté la mano de Chloe, que era la que había alcanzado a tomar. Perseguí a Renné sujetándolo justo antes de que pudiera empujar a Taylor, sobresaltando a la pareja.

Ambos se quedaron de piedra ante mi mirada y Raven empezó a negar rápidamente con la cabeza intentando decir algo.

-No gastes saliva Moore, creo que las cosas están claras- le dije con un tono serio intentando no dejar caer ninguna lágrima, aunque me era realmente imposible.

-Lena, esto no es lo que parece de verdad, íbamos a hablar contigo- Taylor intentó tomarme por los hombros a lo que yo me quité con agresividad.

-No, obvio no es lo que parece, por que comerse vivo lo hacen tanto las parejas como los amigos cercanos- le dije sarcásticamente llena de ira. - Y por que "quiero estar contigo" también se interpreta como "seamos mejores amigas"- esta vez lo dije viendo hacia Raven.

Estábamos en el estacionamiento completamente vacío y aún así me sentía humillada a más no poder.

-¿Y que me iban a decir? ¿Que en su sano juicio iba a arreglar esto?- ahora era a mi a la que estaban reteniendo.

Noah, quien me lleva varios centímetros de altura, me tenía sostenida de ambos brazos mientras entre Chloe retenía a Renné y a Bianca.

No éramos de irnos a los golpes pero si hay algo que Bianca odia es que me lastimen y en este momento ella más que nadie podía ver que detrás de toda esa ira mi corazón estaba hecho añicos.

-¿Hace cuanto pasa esto? ¿hace cuanto tienen su secreto nidito de amor?- los reté explotando en ira.

Me sentía usada, manipulada, como un trapo viejo al cual estaban utilizando como juguete.

-Dos meses...- dijo Raven en un susurro apenas audible conteniendo las ganas de llorar.

Negué con la cabeza respirando profundo y me solté bruscamente de los brazos de Noah.

-Pueden irse directo al infierno- les dije a ambos viéndolos con odio.

Empecé a caminar hacia mi auto furiosa.  Raven me tomó del brazo intentando detenerme a lo que me volteé bruscamente.

-No creas que va a ser tan sencillo Moore- le dije antes de soltarme y seguir mi camino.

Subí a mi auto y lo encendí, saliendo del estacionamiento a toda velocidad hecha una furia.

No sabía a donde iba ni que iba a hacer ni a donde iba a ir. Simplemente necesitaba no estar ahí.

[...]

[Cambio de narrador: Bianca P.V]

En cuanto el auto de Helena salió del estacionamiento le di un pequeño golpe en el hombro a Renné para que me prestara atención y empecé a caminar hacia el auto de él.

-Vamos, hay que seguirla- le dije secando una lágrima que bajaba por mi mejilla.

-¿No crees que quiere estar sola?- me dijo Renné plantado en donde estaba al igual que el resto a excepción de Chloe quien venía tan solo unos pasos atrás mio.

Paré en seco y me dí la vuelta bruscamente caminando hacia él quedando cara a cara.

-Tal vez a ti no te importe un carajo lo que le pase a Helena, pero hace años le juré que nunca iba a dejarla sola, juramento que debería estar cumpliendo en lugar de estar hablando contigo ahora mismo- le dije repleta de ira.

Renné relajó su expresión y asintió levemente.

-Lo siento, tienes razón, vamos- me dijo sacando las llaves de su bolsillo.

-Si la alcanzan, recuérdenle que las rosas tienen espinas- dijo Taylor a mis espaldas.

Respiré profundo para no gritar y hacer un ridículo y me volví una última vez.

-Ninguno de ustedes dos es una rosa, ustedes son mala hierba, y la mala hierba hay que arrancarla- dije antes de darles la espalda y subirme en el lado del copiloto.

Renné empezó a conducir a toda velocidad siguiendo lo que solía hacer Helena cuando enfurecía, salir de la ciudad.

-¡Ahí está! ¡Ese es el auto de Helena!- gritó Chloe desde el asiento trasero señalando un auto a punto de entrar al puente para salir de la ciudad.

-Ahora solo hay que...- no pude terminar lo que estaba por decir.

El auto de Helena derrapó de medio lado chocando aparatosamente contra el puente.

El ruido de metal contra metal fue horrible. Y junto con ese ruido mi corazón se detuvo.

Renné paró prácticamente en seco en una zona de polvo junto a la carretera.



#47040 en Novela romántica

En el texto hay: amistad, lgbt, amor

Editado: 26.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.