¿ᴘᴏᴅᴇᴍᴏs sᴇʀ ᴍᴀs ǫᴜᴇ ᴀᴍɪɢᴏs?

sᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴀ ᴠᴏᴄᴇs

Las personas pueden decir muchas cosas, pero nuestras acciones hablan por cada uno de nosotros, y mis acciones dirán que clase de persona soy

.

 

 

 

Después de aquella primera clase, las actividades se basaban más en la comunicación y en la atención que los unos debíamos que tener en los otros. Una de las actividades consistía en lanzarle un palo de escoba a alguien, e ir contando las veces que lográbamos pasarlo sin quitarle la mirada a las personas, cada vez que se caía el palo teníamos que volver a empezar. Debíamos estar atentos, ya que nuestro mayor temor era que saliéramos de la actividad con algún golpe en el cuerpo. Claro que no llegábamos al número que nos pedía porque nuestras miradas y concentración estaba en otro lugar, o al menos eso pienso.

Pronto se creó un grupo en messenger para poder avisar cuándo tendríamos o no el taller, o sí necesitaríamos llevar algo.

El miércoles de la segunda semana del taller, presionaba a Tania para llegar a tiempo. Ella suponía que era por Jackson, y una pequeña parte era por eso, pero la verdad, es que me gusta llegar a tiempo a mis demás clases, las cuales no tienen un horario de 7:00 de la mañana, a las que no logró llegar a tiempo. Mayormente llego terriblemente tarde, algo por lo que Tania, Alya, Areli y Sol me hacían burla y me regañaban, ya que de todas nosotras, yo era la que vivía más cerca de la escuela. Y para ser sincera, no soy la mejor amiga de la puntualidad por las mañanas, por eso me gusta llegar a mis demás clases a tiempo, porque me hace saber que no siempre llegaré tarde a la mayoría de las cosas.

Llegamos ¡al fin! Tampoco era que nuestro salón estuviera al otro lado del aula donde nos tocaba el taller, de hecho, el edificio donde tomábamos nuestra última clase estaba a lado de donde nos tocaba el taller.

Cuando llegamos no había nadie, afortunadamente poco a poco llegaron los demás miembros del taller, Lizbeth (una chica alta, de tez clara, rubia, atractiva y delgada, que a primera vista parecía alguien muy prepotente y especial con la mayoría de las cosas), Yahir (él que parece o es el mejor amigo de Lizbeth, de tez morena, cabello decolorado, con raíces de color negro, estatura promedio, de vestimenta dark o quizás rock-punk), Natalie (de tez morena, cabello lacio negro, ojos cafés, de estatura promedio y hasta ese momento me parecía alguien demasiado creída), Tania (tez morena, cabello algo corto negro, ojos cafés, de estatura baja), Jackson y yo. Él último en llegar fue Jackson. Nadie más llegó después de él, ni el profesor, ni los demás chicos del turno de la tarde.

Cuando Tania y yo llegamos, nos sentamos en una de las mesas que estaban pegadas a la puerta; después llegaron Lizbeth y Yahir, se sentaron en la misma mesa, y comenzaron a hacernos la plática; me di cuenta que Lizbeth era totalmente diferente a la primera impresión que vi en ella y Yahir era alguien agradable, no tenía que ver su forma de vestir con su forma de ser, nos quedamos callados cuando entro Natalie, quien pronto tomaría una silla y la llevaría hasta nuestra mesa, se sentaría, y como si nada seguiría la plática con un tema distinto.

A los pocos minutos vimos cómo varios chicos se acercaban a la puerta. Uno de ellos era Jackson; se asomó por la puerta y nos preguntó por el profesor, contestamos que no había llegado, y que lo esperaríamos. Mi silla estaba justo al lado de la puerta. Lo que me separaba en ese momento de él, era una pequeña distancia, de un antebrazo para ser exacta. Dijo que entonces igual lo esperaría, y salió del salón para estar con sus amigos.

Volvimos a platicar; Natalie era demasiado ocurrente y era de las personas que siempre tienen una anécdota demasiado graciosa que contar.

Cuando nos dimos cuenta, el tiempo ya había pasado, eran ya la 1:30 pm. La tolerancia había pasado, Jackson había vuelto a entrar, nos preguntó si teníamos datos, algo que realmente nadie tenía en ese momento, ni él. Todos llegamos a la conclusión de que había dicho que no tendríamos taller mientras nosotros estábamos en alguna clase, y como no teníamos datos, no nos enteramos, Jackson se quedó platicando con nosotros varios minutos, cuando se percató de sus amigos volvió con ellos, los demás seguimos platicando de anécdotas, cosas raras que nos habían pasado, malas experiencias, etc.

Jackson volvió a entrar, pero esta vez fue para despedirse de nosotros, se despidió con un beso en la mejilla, me puse un poco nerviosa cuando vi que se despedía de esa manera, pero al acercarse a mí el olor de su perfume logró apagar todos los sentidos que se encontraba alrededor de mí, su aroma era fuerte, fresco y no podía sacarlo de mi mente, pero el tiempo me arrebató ese pequeño momento que me había ofrecido cerca de él.

Cuando él salió, su aroma aún estaba presente en la habitación y en mi mente, atacando una y otra vez el recuerdo de su aroma. Su olor pasaba una y otra vez por mis sentidos provocando mi deseo de repetir ese momento, o estar demasiado cerca de él, para poder experimentar esa sensación de nervios y tranquilidad que me había ofrecido.




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