En Mayenwa, la gran corporación Hill & Proud, fue fundada muchísimos años atrás como una cervecera que alcanzaría la cúspide del país en un par de décadas. Al ser descubiertos los orbes nox, los lideres de la misma apostaron todo a hacerse con estos objetos y basar su giro ahora en los beneficios que otorgan dichos objetos, además de su original «materia prima».
Gracias a lo anterior, Hill & Proud se volvió tan influyente, que se dice que son ellos quienes eligen a los lideres políticos alrededor de todo el país de Mayenwa, que controlan a los mejores cazadores del lugar e incluso el flujo de noxakos que hay a los alrededores de las ciudades y zonas rurales para su beneficio.
Annia, acompañada del señor George Matthews, bajaron del automóvil enfrente del edificio principal de la corporación, el cual podría decirse es todo un gigantesco palacio administrativo de unos 70 pisos. Una torre que se distingue a la lejanía de la ciudad, incluso, misma que se ha dicho es el farol de algunos cazadores que están en los alrededores, al poseer la estructura luces encendidas todo el tiempo.
La chica pelirrosa se adentró al sitio un tanto curiosa. Observó cada esquina de las instalaciones notando sus cámaras, personal, posibles salidas y cosas que podría usar en caso de que todo fuera una estafa o se arrepintiera a último momento y no la dejaran irse sin dar pelea.
Luego de subir por un elevador, la muchacha fue recibida en una espaciosa sala de juntas por lo que parecían ser otros cuatro cazadores, de los que destacó un sujeto de piel morena y ojos dorados, quien se alegró de ver a la chica cuando entró.
—¿Annia?
—¡Franco! ¿También te pidieron ir?
—No, en realidad vi un anuncio y apliqué —mencionó el sujeto al ponerse de pie y saludar a la chica afectuosamente con un abrazo, observados por los demás cazadores que no decían absolutamente nada al momento.
—¿Cuánto ofrecían en el anuncio?
—Un 50%. Increíble, ¿no? —respondió el hombre, cosa que provocó a Annia voltear hacia George, mismo que, sonriente, caminaba hacia la cabeza de la mesa, en donde se colocó con los brazos por detrás de su espalda y su rostro viendo a los cazadores.
—Sí, increíble —respondió Annia con un tono de desconfianza, invitada por un gesto de George hecho con su mano para que la chica tomara asiento, cosa que hizo sin pensarlo ya mucho.
—¡Gracias por esperar, cazadores! Me alegra ver que hemos reunido un gran equipo tan pronto. Estoy seguro que la misión va a ser sencilla para ustedes si trabajan en equipo y se concentran en eliminar a los dos intrusos que dañan los intereses de H&P. —Comenzó a decir el hombre mayor con una voz solemne y carismática.
—¡Tengo una pregunta! —dijo una cazadora de cabello muy corto al momento de levantar la mano, lo que llamó la atención de todos—. ¿Su compañía no se meterá en problemas por contratarnos para matar a alguien? —preguntó la mujer un tanto curiosa.
—No. Va a sonar ojete, pero mientras seamos nosotros quienes asesinemos a los cazadores, entra en la norma de «Conflicto mágico». La ley no puede intervenir con nosotros, a menos quien el dañado sea un «aMagi» —contestó otro cazador. Se trataba de un hombre musculoso y con pinta de ser experimentado.
—¡Oye! No uses ese término. Aquí hay una persona sin poderes. ¡Es ofensivo! —reclamó otra chica de cabello muy largo y piel clara como la nieve. Aquella era la quinta cazadora presente.
—No se preocupen, no me ofende dicha terminología. Además, para responder a la señorita Fernanda, efectivamente los conflictos entre cazadores no son nuestra responsabilidad. En su contrato, vendrá especificado que sólo fueron por los orbes nox, aunque ya saben cuál es el objetivo principal —mencionó el hombre despreocupado, cosa que puso nerviosos a todos—. ¡Adelante! —Al decir esto George, dos personas entraron a la sala, uniformados y con documentos en mano que repartieron a los cazadores—. Aquí están sus contratos, ya están personalizados con lo prometido. Espero no haya problema, pueden leerlos si gustan. —Cada uno de los cazadores se pusieron a revisar el contenido, menos Annia, quien pasó a la página final, donde se debe firmar, puso dicha cosa y nombre completo ahí, para pronto abandonar el documento en la mesa y ponerse a ver su móvil con las piernas cruzadas por encima del brazo de su silla.
Los demás cazadores la vieron extrañados, excepto Franco, mismos que continuaron con la labor de lectura hasta terminar, firmados todos los acuerdos sin aparentes problemas a como se vio en su momento. Luego de ello, los empleados que entregaron los documentos los recogieron y se pusieron a los costados de George, el cual continuó.
—Ellos son Marco y Harvan. Son los cazadores de nuestra empresa que los acompañaran para substraer los orbes con ustedes. No se preocupen, no deben protegerlos, sólo encargarse de los sujetos. Ahora, les daremos información sobre los mismos —dicho esto, Marco apaga la luz y un proyector dibuja una imagen en el centro de la mesa, cosa que todo mundo volteó a ver—. Los cazadores que se interpondrán en su camino se llaman August VII y Lumier Gaast. Son originarios de Zhanwa, pero se dice que fueron contratados por algún otro continente para esta labor.
—¿Cómo está tan seguro, George? —preguntó Annia, incrédula y altanera.
—Porque en este país ninguna empresa hace un movimiento sin que lo sepamos. Debe ser una del extranjero.
—También hay algunos cazadores que actúan por cuenta propia, ¿sabe? Otros que están en contra de corporaciones como la suya. No me extrañaría que H&P les haya hecho algo y ésta sea su venganza —teorizó Franco, lo que llamó la atención de todos, pues el hombre mayor calló unos momentos y sonrió pronto para responder.
—No es el caso, afortunadamente, cazador Franco Bron. Por suerte, lo que sí sabemos con certeza es qué habilidades ambos poseen. Para empezar, Lumier lanza flechas de acero, mismas que no pueden viajar largas distancias, mas están cargadas con un poder eléctrico de 1500 a 2000 voltios —explicó George mostrando imágenes del hombre con su arco y las flechas que maneja.