Capítulo 45

Quien te ama no te hace daño

Aubery

Darleen comenzó a caminar en mi dirección decidida y sin pensarlo dos veces.

Tiempo atrás conocí a una chica de cabello blanco y ojos grises azulados que me cautivo a penas le vi caminar con elegancia y tranquilidad tomada del brazo de Bain. Darleen no era una mujer que fácilmente se podía comparar con las demás damas de las cortes. Ella siempre prefería ensuciarse las manos antes de permitir que alguien le alzara la mano a su familia; Darleen Kane nunca hubiera dejado pasar una oportunidad como esta para demostrar que es una verdadera leyenda.

Detrás de nosotros se escuchó la última tocada de la guerra una satisfacción entera me recorrió por todo mi cuerpo, pero entonces ella dio un paso atrás quedándose quieta y observando a los demás detrás de nosotros. Desenvaine mi espada girándome hacia atrás para contraer el golpe de Shadow. Nunca lamentare el día en que él decidió que Darleen no era la mujer perfecta para él, pero al día de hoy creo que todos los hombres que hemos pasado por su vida entendemos que ella es una mujer demasiado peligrosa hasta para ella misma. Perfecta por fuera, pero rota por dentro.

Nuestras espadas como nuestros cuerpos se mueven de forma similar. No entrenamos nunca juntos, pero conocemos los movimientos del otro ya que son los mismos movimientos de Darleen.

Tome ventaja cuando con el mago de mi espada el pegue en la nariz, tenía la oportunidad perfecta para lanzarlo al otro lado con mi mano antes de girarme e interceptar la espada de Darleen, el brillo de sus ojos se está pagando. El frío de su mirada lo puedo sentir recorrerme por las venas, aun seguimos conectados de alguna forma extraña. La magia nos existe un precio a pagar y al menos uno de los dos debe derramar una gota de sangre en la tierra como muestra de sacrificio.

Es pequeña, delgada, nada simétrica en cuerpo, pero es perfecta, lista, calculadora, egoísta, sangriente, vengadora, es todo lo que un hombre quisiera no tener a su lado como pareja, pero que ella es especial. En el fondo ella también sabe que es verdaderamente especial, aunque nunca lo quiera admitir en voz alta ella misma piensa que es especial.

Esquiva mis golpes con facilidad, aunque mi mente para ella es un lienzo en blanco que no puede leer. Al girarse logro rozarme con el filo de su espada en mi espalda baja, rápidamente me sano, pero el escozor nadie me lo quitara. Sueño, debe de estar esperando ansioso la llegada de alguno de los dos. Posiblemente el conozca quien viva y quien muere, Morfeo nunca ha dejado bastante claro cuáles son sus verdaderas intenciones en este mundo. Darleen por su parte siempre dejo claro que no quiere ser la siguiere reina, no quiere una corona que este bañada en mentiras, ella prefiere un bañada de sangre, sin reconocimiento y sobre todo sin poder. Dicen que cuando menos buscas algo más fácilmente eso que no buscas te encuentra a ti.

Ninguno de los dos jamás terminara de entender que es lo que hacemos siempre que nos vemos.

Nuestros cuerpos se mueven por si solos, nuestras miradas se conectan al igual que el filo de nuestras espadas, es lenta y cada vez más se hace lenta de lo normal. La tome del pecho de su camina antes de aventarla lejos para poder lograr contener el golpe de suerte que Cassian me propicia desde atrás. Eche un pequeño vistazo al cuerpo de Shadow aún sigue inconsciente.

Nuestros cuerpos son agiles demasiado para ser sincero, pero Cassian no es Rhysand, Cassian solo sigue su propio ritmo al mismo par que Azriel quien tampoco deja de luchar contra mí. En cuanto uno de los dos cae el siguiente se levanta para hacerme frente. Ellos no son rivales para mí.

Tan solo si pudiera estar dentro de la cabeza de Darleen se perfectamente que esto para ella sería como una clase de baile extraño y sin un ritmo exacto. Nunca le gustaron las reglas, tampoco los pasos que debía de seguir, saben en el fondo que Jakov la dejo sola para que enfrentara a sus demonios por si sola, pero Darleen nunca conto con que ella tendría que volverse a enfrentarse a mí y menos de esta forma. Adalyn fue demasiado inteligente al dejarme salir de esa prisión, su madre nunca fue de fiar, pero ahora compruebo que su hija tampoco es de fiar.

Tome con mi mano el filo de la espada de Azriel por la que resbala mi sangre mientras que con mi otra mano tomo del cuello a Cassian. Sus miradas irradian rabia, odio y sobre todo desprecio casi pierden a su hermano por enfrentarme, Cassian sobrevivió gracias al pago que tuvo que hacer Darleen contra su propia naturaleza pudo haberle dado su sangre y matarlo, pero prefirió dejar su alma intacta de ser propio veneno; comprendo por qué razón lo hizo, pero no por qué razón no los detiene.

Con un simple movimiento de mis manos los mande a volar igual que a Shadow para poderme centrar únicamente en mi mujer.

El hielo bajo nuestros pies se comienza a agrietar. No solo es nuestro peso, también son nuestros golpes de poder que desprendemos cada que nos acercamos y nos alejamos. Si no la hubiera visto antes luchar contra Marcus diría que es como una estrella llena de oscuridad que está a punto de explotar para que otra estrella se comience a formar. Su loca manía de amar las estrellas y las fases de la luna con el tiempo es fácil de deducir que falta días o semanas para verla cambiar de forma, una noche al mes durante siglos se convierte en un lobo hermoso, pero al mismo tiempo despiadado.

No existe un mundo justo en donde podemos amarnos y odiarnos al mismo tiempo.

El tiempo nos enseñó que sin importar cuanto odio nos tengamos y cuanto debemos de luchar contra nosotros mismo jamás seremos capaz de matarnos.

Detrás de nosotros el grito de Cardan nos hizo perder un poco el equilibrio. Las grietas bajo nosotros no dejan de crecer. Darleen tuvo razón al decir que Anastasia Romanova nunca debió de existir en nuestro mundo. Es débil y ama a todo lo que gire a su alrededor, pedir ser alguien a quien jamás podrán amar y menos que la amen como ella busca ser amada. Darleen le rompió el corazón, pero yo me encargue de hacerla pagar por el resto de su miserable y eterna vida.