Sacrilegio de lobos

Feroz

_Fenrir, procedente del clan guerrero. se le acusa de sacrilegio en el rompimiento de las altas leyes, asesinato a uno de nuestros hermanos e incumplimiento del veto el cual prohíbe a todo lico el contacto con humanos- el osado lobo no mostraba ninguna mueca a pesar de que su cuerpo se mostraba abatido, de su cuello colgaban gruesas cadenas que lo mantenían atado a un juicio. de su formado cuerpo relucían las cicatrices de batallas de su pasado pero ahora el sacrificio que había hecho en ellas no  serviria de nada.

_ el acusado se encuentra culpable. _ sentencio el juez del consejo. miraba el caído rostro de Fenrir con una sonrisa maliciosa _condenado a muerte a las siguientes nueve lunas -al dar la orden, varios licos se acercaron con un zarpado llameante en un rojo vivo. todos le sujetaron y uno de ellos llevó el zarpado  directo al brazo de Fenrir. Se retorció de dolor dando un aullido ahogado mientras su piel era marcada, sus ojos se tornaron amarillos en un intento de transformarse y de liberarse pero le fue imposible.

Fenrir ya no encontraba ningún motivo para seguir con vida, le habían arrebatado todo, a la mujer que ama a la cual solo le habia causado problemas,  también había perdido a su mejor amigo al que quería como un hermano, el nunca seria capaz de asesinarlo, talvez a cualquier otro lico pero nunca a él. se estaba cometiendo un injusticia, pagando por el pecado de otro.

_señor, ¿qué haremos con la mujer? -_pudo escuchar muy a lo lejos como uno de sus hermanos preguntaba al juez del consejo.

_mátenla esta misma noche..._Fenrir abrió los ojos exaltado, sus venas se saltaron por alrededor del cuello y miraron con desprecio a toda la corte. no podía permitir que eso sucediera, aunque fuera lo último que hiciera en su vida tenía que salvar a la mujer que amaba. después de todo ya era un criminal.    

_¿que esperan?, ¡llevenlo a su celda!_ aquel hombre al que llamaban juez se burló de la desgracia del caído. una sonrisa maliciosa se mostró descaradamente ante los ojos de Fenrir.

Era muy mala idea  para un beta provocar a un guerrero pues en una pelea limpia nunca tendría las de ganar. esa mirada y esa sonrisa fueron la gota que derramó el vaso y  el botón de estallido para fenrir. sus ojos que se mantenían amarillos brillaron como nunca adoptando el color de la sangre, sangre que hervía por sus venas. su musculatura cambio acompañada de un sonido de huesos rotos muy bien conocido cuando un lico se transforma. el hombre le miraba con superioridad a sabiendas que las cadenas que le ataban le impedirán cambiar su forma. 

La piel del lico se apegó al metal de los grilletes causando un fuerte presión. sin duda alguna era algo doloroso y eso era notorio en los constantes chillidos del lobo. todos le miraban con lástima y negaban con la cabeza.

_basta, es imposible_ dijo uno de los licos que se encontraba a su alrededor.

todos los presente bajaron la mirada al saber como terminaría esto, pues el no soportaría  la presión a su piel y esta terminaría estallando o eso era lo que todos creían antes de escuchar algo romperse y caer al suelo pero para desdicha de los presentes solo fueron las cadenas y los grilletes  rotos resonando en el concreto. frente a ellos estaba la figura de un lobo, un guerrero de gran tamaño, su ira y ferocidad se reflejaba en sus ojos.

_ ¡atrapenlo!-_ordenó el hombre atemorizado con intenciones de correr. 

los demás licos que le rodeaban cambiaron sus formas para hacerle frente al renegado hermano sin embargo a fenrir no le interesaban, el iba solo por uno y ese era el juez del consejo mejor conocido como Höor. En una zancada se libró de los demás licos dejándolos detrás. con la suficiente agilidad y fuerza en sus patas logró trepar hasta el balcón de juzgado donde todos los importantes de la corte se encontraban resguardados.

la guarida de lobos le siguió el paso con dificultad pero antes de que lograra posar sus patas delanteras en la barandilla uno de los lobos le mordio del lomo haciéndolo caer nuevamente al suelo, fue ahí cuando los demás se amontonaron para tratar de someterlo y justo cuando creían haberlo logrado se escuchó un chillido llamando la atención de los espectadores. Fenrir llevaba del cuello a uno de sus hermanos. los demás licos le apresaban de las patas y lomo con sus colmillos en un intento de que soltase al pequeño lobo pardo. no necesito mucho mas que sacudirse bruscamente para ser liberado y guardar distancia ante sus hermanos.

las miradas se cruzaron. en los ojos de Fenrir se veía la súplica en un intento de que lo dejaran por la paz. el no quería dañar a un hermano más. en eso las puertas de la corte se abrieron dejando ver un batallón de originales con armas de fuego cargadas de balas de plata, en unos segundos se abrieron fuego sin importar que la guardia del consejo se encontrara en el lugar.

Fenrir quien había olvidado su objetivo principal, trepó entre entre las barandillas esquivando con cierta gracia los ataques de los originales, en camino al gran tragaluz del techo. las balas golpearon el concreto detrás de sus patas causando un gran alboroto por parte de los espectadores los cuales tuvieron que refugiarse entre los muros y muebles cercanos. si bien la leyendas de las balas de plata y los hombres lobo no eran ciertas, estas solo los debilitaban un poco.




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