-¿Qué ves prima? -preguntó el muchacho casi rozando con su cabello oscuro la frente rubia de la jovencita
-A ti -respondió ella con la mirada alienada como cada vez que las visiones venían a ella. Sus ojos dorados miraban al muchacho pero estaban viendo más allá, contemplaban algo vedado para los demás mortales.
-¿También estamos nosotras? – preguntaron unas gemelas de ojos verdes interrumpiendo el trance.
La joven volvió a la realidad y cuando miró a sus primos reunidos a su alrededor ,ellos supieron que esta vez los cálidos ojos dorados los contemplaban realmente. Lo que la joven había vislumbrado en sus visiones se había desvanecido.
-Sí –respondió la joven con dulzura – También estaban ustedes, de hecho estábamos los siete.
-¿Sólo los siete? – Preguntó Nía mirándola –¿Ni Sean, ni Kyrian, ni ninguno de los demás?
-No – respondió enfatizando su respuesta con un movimiento de cabeza – sólo nosotros siete .
La joven se quedó unos segundos observando a aquel grupo, después de la visión era como si los viera por primera vez .
Faltaba su hermano mayor, Sean Blackdalion, primer hijo de Connor y Shara, que con catorce años cumplidos se ocupaba de "cosas de grandes", sobretodo porque quería que su padre estuviese orgulloso de él
El que si estaba allí, liderando al revoltoso grupo era su primo Blaze, primogénito de Caleb y Fair. Era responsable como su padre sin embargo los chispeantes ojos verdes hablaban también de su sentido del humor, sabía distinguir el deber y la diversión . Aún así, sin contar a Sean era el más responsables de la joven generación, no así sus hermanas menores, las gemelas, cuyos rizos oscuros y ojos color jade eran un constante anuncio de problemas.
También estaban allí Lysander y Conrad , aunque estaba ausente su hermana menor Kyrian. Los mellizos hijos de Kal y Dionis llevaban en la sangre la peligrosa combinación de la magia y el carácter Blackdalion. Eran impulsivos y tenían la creencia de que eran capaces de cualquier cosa, creencia que ponían a prueba constantemente con todo tipo de aventuras.
Elanía ,"Nía" , hija de Ennis y Bladian era otra integrante del grupo de siete. Era una inteligente joven de doce años alta y desgarbada , con asombrosos poderes que ponía la cuota de sensatez necesaria, sobretodo cuando era necesario dominar a los mellizos, ya que era la única que contaba con recursos para hacerlo .
Por último estaba ella misma, Kristana Blackdalion con trece años recién cumplidos igual que Blaze. Tenía cabello rubio como Connor y los ojos dorados como su madre. Había heredado también de su bisabuela materna el don de la visión que le permitía ver lo que sucedía lejos de ella e incluso entrever el futuro.
Su abuela Elady había dicho alguna vez que alguien con el don de la visión nunca era joven del todo y en aquel momento Kristana se sentía infinitamente vieja porque sus visiones le habían mostrado aventuras y peligros. A veces sentía que vivía muchas vidas y una extraña sonrisa cruzó su cara infantil cuando respondió al llamado de Blaze.
-¿Estás bien Kristana ? - preguntó preocupado y ella asintió.
Blaze tenía debilidad por Kristana, tal vez porque al tener la misma edad más que primos eran mejores amigos o porque sentía que era la más frágil de las mujeres de la joven generación, y por eso despertaba en él el legendario instinto protector de los Blackdalion.
De hecho, Elanía tenía su poder para defenderse, Kyrian también aunque no lo utilizara y además poseía un carácter "espinoso" que la mantenía a salvo. Sus hermanas, las gemelas, bueno...aunque él siempre estaba pendiente de ellas , tenía la íntima convicción de que ellas eran un peligro del que los demás debían cuidarse, sin contar con que eran tan buenas espadachinas como Kyrian.
En cambio Kristana, era diferente. Con su precoz entendimiento Blaze sabía que el don de la visión la hacía vulnerable. Aquella capacidad de ver lo que los otros no podían, de enredarse en los hilos de la vida y la muerte , la debilitaban. De hecho, ella no podía controlar su don y la mayoría de las veces no podía modificar lo que sucedería y eso era un peso muy grande para su alma.
Krista tenía un espíritu fuerte, después de todo era digna hija de sus padres, pero no tenía magia para defenderse, no manejaba espadas y poseía un carácter demasiado dulce. Por todo eso , Blaze siempre pensaba en su prima como un suave rayo de sol y era capaz de dar la vida por cuidarla, por evitar que algo eclipsara su luz.
-¿Qué tal si volvemos a casa para comer? – sugirió Conrad quien en plena etapa de crecimiento pensaba constantemente en comida , y de esa manera llamó la atención de sus pensativos primos.
-Me parece buena idea – respondió Blaze y ayudó a Kristana a incorporarse ya que ella estaba sentada sobre una roca.
Los demás se unieron a ellos y charlando emprendieron el regreso al Castillo de los Cerezos.
-¿Por qué Sean no vino? – preguntó Lysander a Krista
-Se quedó con papá para ver algo sobre las cosechas, no sé muy bien, pero mañana llegan los dos para asistir a la Feria. ¿Y Kyrian?
-Decidió quedarse en casa con Aly que llegó esta mañana. – contestó Lysander con fastidio pensando en la pequeña nieta de Dominick que apartaba a su hermana de ellos.
-¿Y que hay de Teod y Jace, este año no vienen a la Feria? –preguntó Kristana a su prima Elanía haciendo referencia a los inseparables compañeros de juego de la niña
-Jace está con gripe y debió quedarse, Teod prefirió permanecer junto a él.
-¡Lástima! , se los va a extrañar – exclamó Conrad que congeniaba bastante bien con los jóvenes magos de Dalalbión
- No puedo esperar hasta mañana ....- dijo Ariadne , una de las gemelas , que ya imaginaba las maravillas que encontraría en la Feria.
-Espero que no tengan ningún plan que nos haga correr tras ustedes – exclamó su hermano mayor mientras le revolvía los brillantes rizos oscuros .
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Editado: 30.08.2020