Saga El ángel

Capítulo 3: "El plan (primera parte)"

 

Dios

 

Sé que no es justo para nadie, pero siempre hay que hacer sacrificios por los demás, ya que nos humanos nunca se ocupan del trabajo duro. No es que tengan que hacerlo, pero ellos no están preparados para esa clase de situaciones. Es por eso que los hice distintos a los seres divinos, pero siempre le he puesto una parte de mí a cada uno.

Cualquier ser humano que haga un sacrificio, siempre será bienvenido a mi reino. Las puertas del cielo se abrirán, de par en par, para ver llegar a alguien que no vio por él, sino por otro hijo.

Ahora comprendo la manera en la que los seres humanos siguen viviendo, no les importa mucho lo que le suceda a los suyos, solo hacen lo que piensan y lo que desean. Son muy diferentes a los ángeles, pero siguen siendo mis hijos.

No siempre me pongo a pensar en los mundanos y los ángeles, pero hoy es diferente y, es por eso, que siempre que pienso en ellos me pongo a escribir mi diario. Tengo un diario donde hablo de los humanos y los ángeles, bueno, también de mis locuras.

Sé que soy Dios, pero tengo mis propios problemas.

Cuando por fin acabo con las palabras, guardo mi diario y me focalizo en olvidar un poco. No quiero hacer mucho en esta noche, así que me recuesto y observo la nada esperando que el tiempo acabe.

Soy bastante egoísta al pensar así, pero tengo que hacer lo correcto y no puedo cambiar lo que siento. Sé que no debería sentir, pero ya es demasiado tarde.

Al día siguiente, nos juntamos en el comedor y todos tomamos asiento, pero yo decido quedarme de pie para comenzar a explicar el plan que llevaremos a práctica en la noche siguiente.

—Bueno… Los príncipes del infierno aparecen de noche, por ese motivo, vamos a esconder a Luke en todos los países.

No me agrada lo que sale de los labios de Rubby, pero no puedo decirle eso. No tiene mucho sentido la idea; sin embargo, todo puede cambiar en algún momento.

—¿Cómo?

—Teletransportación. Cuando estos aparezcan, nosotros luchamos. Tú y Rubby irán a todos los países posibles.

Alzo ambas cejas sin saber la situación, pero no pienso decirle la verdad. Ella no está lista para eso, ¿o sí?

—¿Es posible?

—Todo es posible.

—Muy bien, eso haremos. ¿Cómo lo teletransportaré? —Pregunta Rubby mirándome con atención.

—Con el portal mágico llamado Wartoone.

—¿Qué es esa cosa?

—El teletransportador que está en la tierra. Muchos santos lo utilizaban para estar en distintos lugares al mismo tiempo.

—¿Dónde se encuentra el... War… Esa  cosa?

—En Puerto Madero, justo al frente del Puente de la Mujer.

—Conozco ese lugar. Con mis amigas fuimos más de una vez —dice Rubby acotando algo interesante a la conversación.

—Bueno, Tamara y yo lucharemos contra los príncipes del infierno mientras que ustedes viajan.

—El plan suena bien —dice Luke y sonríe mirando a Rubby a los ojos.

—Muy bien —responde ella.

—¿Cómo salvaremos a Castiel? —Cuestiona Tamara.

—A la mañana, luego de que los príncipes del infierno se vayan.

—¿Cuántos son? ¿Ya están aquí? ¿Cómo se materializan?

—Son seis. Sí, ya están aquí. Se materializan poseyendo, así como los demonios que no piden permiso alguno.

—No puedo creer, no vamos a tener oportunidad créeme, esto va a ser muy complicado —comenta Rubby al recibir la noticia.

—Tranquilos, todo estará bien. No se preocupen.

—No sé ustedes, pero yo sí me preocupo.

—Bueno, ya basta. Vayan a Puerto Madero y encuentren el teletransportador.

—¿Estás listo, Luke? ¿Lo traeremos aquí?

—Si es de día sí, sino vayan a una iglesia. Ahí encontrarán a Isaac y Jake, ellos los ayudarán a utilizar el teletransportador, ¿okay?

—Sí, estoy listo —repone Luke.

Comienzo a recordar los nombres que acabo de decir.

—Vamos —susurra Rubby.

Luego nos saluda y sale caminando junto con Luke.

Al ellos irse, nos miramos con Tamara a los ojos y me apresuro a tomar su mano tratando de darle animos por la situación. Esto es muy difícil, pero tenemos que correr el riesgo, no podemos perder a nadie más. Ya no es tiempo de que este mundo mejore un poco, ya que todo esto duele demasiado.

Me destroza ver como todas mis creaciones morirán por un solo nefilim en este mundo, gracias a Luke el fin del mundo sigue avanzando cada vez más rápido.

Yo sé que Jenna va a encontrar el modo de evolucionar al mismo tiempo que Luke.

—¿Estás listo? —Pregunta Tamara.

—Sí —respondo con sinceridad.

Miro atentamente sus ojos, mientras que una sonrisa amplia se dibuja sobre mis labios.

Nada de lo que acaba de suceder tiene sentido, no es agradable.

Observo a Tamara y sé que las cosas no van a terminar nada bien, pero ella tiene que saberlo todo.

—Lo sabes, ¿verdad? —Alzo ambas cejas.

Ella hace un momento de silencio y me mira sin poder comprender lo que le estoy intentando decir. Yo sé que no lo quiere escuchar, pero es tiempo de hacerlo.

—No hay nada que tenga que saber, hermano —dice con una pequeña sonrisa que le brinda esperanza—. No hay nada.

Niego con la cabeza.

—Tienes que abrir los ojos, Tamara. No quiero ser yo quien te lo diga, pero es mi deber como tu hermano —le explico tomando su mano—. Ya sabes la verdad, pero no quieres aceptarla.

Ella suelta una risita divertida ante mis palabras, pero sigue negándose a la idea de lo que va a venir.

—No va a suceder nada malo, ¿puedes entenderlo? —Me cuestiona—. Nada.

—Tamara, tienes que irte preparando para la idea de ir perdiendo a…

Ella se cubre los oídos y niega.

—A nadie. Nadie va a morir, ya que yo voy hacer algo para que eso no suceda.

—No puedes hacer nada y lo sabes. Eso no te pertenece a ti, ese no es tu mundo.



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En el texto hay: angeles y magia, dios, oscuridad y luz

Editado: 24.05.2021

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