IRREMEDIABLEMENTE...
Panther miró a través de el cristal de las oficinas de su hermano. Lena estaba sentada tras su escritorio trabajando en el computador, le parecía increíble que ella fuera una ex bailarina tan famosa en el mundo. Nunca en sus más descabelladas teorías podría haber inventado una historia como la de Yelena Kutznikova.
Había hecho sus propias investigaciones acerca de ella. Estaba seguro que su hermano también lo había hecho; quizá por esa razón se sintió en la obligación de hacerlo para poder calmar la situación que se pudiera dar, pero en cambio de encontrarse con un escándalo por parte de Ryder y la misma Yelena los encontró a uno en brazos del otro a punto de besarse. Sonrió de una forma entre divertida y llena de picardía, quizá esa discreta florecilla pudiera convertirse en lo que Ryder necesitaba en su vida.
¡Por supuesto! Su hermano era un hombre que le gustaba cuidar de las personas, era como si quisiera proteger a las personas que amaba de lo terrible que podía ser su propio padre. Frunció el ceño y caminó hacia las puertas de cristal y las abrió jalando las con fuerza.
Al escuchar que las puertas se abrían Lena levantó la mirada y se sorprendió un poco al ver a Panther el hermano de su jefe, se sonrojó sin poder olvidar todavía la noche del viernes y la manera en que él los encontró envueltos en un abrazo con la lengua masculina recorriendo sus labios...
- Buenos días.
- Buenos días -. Salido la joven regresando su vista a la pantalla llena de cifras en la hoja de calculo -, su hermano ha salido a supervisar algunas obras.
- Lo sé - se acercó a su escritorio -, quiero hablar con usted señorita Kutznikova.
- Y-yo...
- Lo siento - asintió él mirándola intensamente con esos ojos tan azules -, quiero proponerle algo.
Lena levantó de inmediato el rostro, estaba completamente sonrojada. ¡Por Dios! Gimió para sí acalorada, ya de por sí le costaba trabajo interactuar con su jefe, el hacerlo con otro miembro de los King la ponía más nerviosa.
- Mira - continuó tuteándola y sentándose muy seguro de sí mismo en una orilla del escritorio -, tengo un pequeño estudio de baile en el centro, muy cerca de una de las zonas más bajas de la ciudad; ahí, bueno, le doy clases a niños y jóvenes que quieren hacer otra cosa que no sea vagar por las calles. Me gusta ayudarlos, el baile se me da bien y me gustaría que pudieras ir en alguna ocasión a hablar con ellos -. Sonrió algo divertido - eres la única celebridad que conozco que tenga que ver con el baile o la danza, ellos estarán muy emocionados con tu visita.
Panther la miró, ella se mantenía como siempre seria en su silla; si no fuera por el sonrojo en su rostro y la actitud pensativa pensaría que no le habría gustado mucho lo que acababa de proponerle.
Mientras ella le daba una respuesta la estudió pensando en la escena que había interrumpido en la mañana, observándola bien y recordando la noche del viernes Yelena Kutznikova era una mujer muy atractiva, el maquillaje había mostrado la belleza que tanto se esforzaba en ocultar ahí en la oficina, o tal vez lo hacia para que nadie se diera cuenta de que era una famosa bailarina y quería pasar desapercibida para el resto de las personas que no sabían de ella, quizá.
Su hermano había quedado impresionado esa noche, lo había notado, siempre habían hablado acerca de lo que les pasaba o cuando había algo que les causaba algún impacto y esa noche algo sucedió con Ryder, sin embargo él no fue capaz de hablar. Huyó por primera vez desde que lo conocía y además le sorprendió porque nunca un King huía de nada y esa noche él lo hizo.
Siempre enfrentaban todo los obstáculos que se interponían en sus caminos.
Ella era la primera vez para Ryder y podía notar el miedo, incluso olerlo; era demasiado notorio.
- ¿Qué día quiere que vaya?
Panther parpadeó al escucharla volviendo a la realidad. Lena lo miraba un poco más tranquila, algo de su sonrojo ya había desparecido.
- ¿Qué te parece el viernes? - Preguntó dedicándole una de sus devastadoras sonrisas -, la mayoría de ellos se reúne ese día para hacer algunas demostraciones de lo que han ensayado en la semana.
- Me encantaría.
La joven le sonrió tímida y tomó la mano que el moreno le ofrecía como sello del trato.
- ¿No hay suficiente trabajo para mantenerse ocupados?
Ryder miró con desagrado las manos unidas. Una bola se formó en su estómago y aprecia este creciendo con tal rapidez buscando la manera de explotar. Apretó los labios antes de apartar la mirada de el delicado y blanco miembro femenino entre las garras canela de su hermano. Sus ojos expusieron lo que sentía al mirar a Lena y ella sonrojada apartó de inmediato su mano ocultándola entre la tela de su falda.
- ¡Ryder! - Exclamó Panther ocultando la diversión que todo eso le causaba -, precisamente le preguntaba a tu adorable secretaria acerca de tu ausencia. Quería ir contigo a la obra, pero te has adelantado como siempre.
- ¿No tienes trabajo Panther?
- Si, lo tengo - asintió incorporándose a todo los que le dejaba su estatura de casi uno noventa -, ahora mismo me voy de aquí - miró a la joven y le guiñó un ojo -, entonces te veo el viernes antes de que te vayas, yo mismo te llevaré.
- Si, gracias.
Panther salió de las oficinas y con una enorme sonrisa.
Ryder oprimió una de sus manos en un apretado puño, sin mirar a su secretaria fue hasta su oficina jalando la puerta con parte de la ira que sentía entró y dejó que la puerta se cerrara golpeando varias veces por rebote ante la violencia del movimiento.
Lena se mantuvo de pie sin saber que hacer, miró la fresca habitación y se dejó caer en su silla posando sus manos en el teclado del computador. Soltó un suspiro y miró la pantalla fluorescente.
¡Maldición! Apartó las hojas frente a él como si estas le molestaran, ¿Qué demonios había sido eso? ¿Por qué Panther estaba tocando la mano de ella? ¿Qué estaba pasando entre ellos? Lanzó un profundo suspiro mientras pasaba su mano despeinando su rubio cabello, ¡Mierda, ese no era su problema! Podían tener lo que quisieran entre ellos, ¡Ese no era asunto suyo!