Saga King's

CAPITULO 28

EN BUSCA DE RESPUESTAS

El auto se estacionó afrenta a la casa en medio de la noche. Durante la salida de Burt del hospital, prefirieron hacerlo durante la noche, era mucho mas fácil quitarse de encima a los periodistas que aún esperaban algunas declaraciones de el hijo del senador.

Panther se mantuvo en completo silencio, Burt a pesar de las demostraciones de afecto por su parte se sentía inseguro. ¡Maldita sea! Se disgustó consigo mismo por aquel sentimiento que lo mantenía al borde de un ataque de nervios. No hizo el intento de romper el silencio que se formo en el auto, simplemente se dejó llevar por intentar aclarar su cabeza, además de buscar una solución a lo que le podía deparar el destino.

Panther bajó del auto después de apagar el motor, Burt bajó la cabeza mirando la orilla de la venda que se asomaba por el puño de su chamarra. Lanzó un suspiro cuando la humedad empezó a inundar sus ojos. Tenia que empezar a ser más fuerte, tenia veintiséis años y era una buena edad para empezar desde cero ¿No? Tenia la experiencia para conseguir un buen trabajo en el área de la administración, aunque no sabia si eso serviría sin una maldita carta de recomendación de su padre. Cerró los ojos visualizando su futuro tan negro como estaba en esos momentos su visión tras los párpados.

- ¿Estas bien?

Burt levantó la cabeza y abrió los ojos dibujando una sonrisa que no ocultaba sus sentimientos.

- Gracias Panther - musitó con voz ronca -. Gracias por todo, yo...me siento culpable por ser el causante de que tu secreto se descubriera. Sé que siempre has cuidado de tu privacidad y mi padre...

El mestizo se inclinó hasta la ventanilla recargando sus brazos en el espacio de la ventana abierta.

- Lo habría hecho un millón de veces si fuera necesario - le miro a los ojos sereno -, lo que pasó aquel día...creo que me abrió los ojos para comprender que ya no podía seguir negando nada de lo que soy. ¡Mierda! Pude..pudiste haber logrado concretar esa estupidez y no me lo habría podido perdonar.

- Ya no debes preocuparte por eso - Burt movió la cabeza sintiéndose extrañamente herido -, gracias a ti estoy aquí todavía, aunque nada vuelva a ser como antes, pero necesito recuperarme para empezar desde cero.

Panther movió una mano hacia él, pero esta se detuvo antes de tocar su mejilla. Lo miró levantarse y abrirle la puerta. Burt bajó unos instantes la cabeza y salió cerrando la puerta tras él.

Siguió a Panther hasta la puerta. Miro hacia el arbusto en donde alguna vez se escondió esperando su llegada para poder hablar con él, para estar con él, confesarle los más profundos sentimientos que ya no podía seguir callando, ahí junto a esa puerta Panther lo echó sin darle la oportunidad. Se sonrojó un poco molesto por su ingenuidad. Entró pasando junto a Panther a grandes zancadas sin detenerse hasta la mitad de la tranquila sala, cuyas luces bajas le daban al lugar una sensación de hogar, de paz.

Nunca estuvo en su casa, miró atentamente las macetas con plantas colocadas estratégicamente para no estorbar y mostrar que podían ser perfectas para una casa como esa. Se detuvo sobre la alfombra gris de pelo largo sin atreverse a sentarse en la sala gris claro de lona con orillas del mismo color pero más oscuro o pedirle a Panther que le mostrara su habitación.

- Bienvenido a mi casa - dijo Panther dejando ambas bolsas de piel con la ropa de Burt -, ¿Quieres algo de comer? No sé a que hora te toca tu próximo medicamento, quizá quieras tomar algo para el dolor, ¿Quieres un poco de agua?

- Estoy bien - respondió sonriendo un poco ante las palabras que salían de Panther buscando se el perfecto anfitrión -, por el momento estoy bien. Me gustaría...asearme un poco, el hospital...

- Por supuesto - asintió de inmediato tomando nuevamente el equipaje para ir hasta los escalones blancos que eran unas tablas largas sostenidas por una moderna base con algunas plantas bajo estas asomando algunas de sus hojas por los espacios -. Sigueme.

Burt fue tras él siguiéndole por un amplio pasillo en donde se veían algunas puertas blancas entre las paredes grises claro casi blancas. Señaló una de las puertas.

- Es mi habitación - dijo mirándole de reojo -, si necesitas algo.

Burt asintió y le siguió hasta la ultima puerta. Panther se detuvo dejó una de las modernas bolsas de piel limpió sus manos húmedas de sudor y abrió la puerta girando la perilla. ¡Maldición! Estaba nervioso, durante el camino del hospital hasta su casa no había dejado de pensar en Burt viviendo bajo su techo.

Entró en la habitación, era la mejor entre las habitaciónes de invitados que había en la casa. Encendió la luz recorriendo con rapidez el lugar por si había algo que estuviera fuera de lugar. Miro encima de su hombro Burt se había detenido en la puerta, miraba con calma la habitación, sus ojos miel no perdían ese brillo de dolor que era más intenso desde el día en que atentó en contra de su vida.

- Espero te guste - dijo colocando el equipaje encima de la banca acojinada y larga que estaba a los pies de la cama.

- Esta bien, gracias.

Panther se quedó de pie sin saber que más decir o hacer, miró hacia su atractivo huésped y se encontró con la mirada más angustiante que alguna vez vio en otro ser humano. Burt estaba a punto de romperse. Dio un paso a él y sin saber de que forma pasaron las cosas se vio envuelto en un abrazo con la cabeza de Burt enterrada en su hombro sollozando de una manera que se vio obligado a morderse los labios para no dejar escapar un sollozo y acompañarlo en su dolor.

Rodeó su cuerpo acercándolo al suyo, inclinó su cabeza hasta su fuerte hombro. Era difícil ver a un hombre como él estar así, tan destruido. Sintió la piel desnuda de su cuello y presionó sus labios de alguna manera dándole ánimos por todo lo que estaba pasando. Cuando sintió su cálida piel y el salado sabor que siempre asociaría a ese hombre se permitió dejar algunos pequeños besos de consuelo hasta que su lengua se asomó y fue siguiendo la vena que palpitaba demostrándole que lo tenia en sus brazos y que estaba vivo a su lado y que a pesar de lo que había hecho. ¡Demonios, lo quería vivo, caliente, cercano! ¡Lo quería todo, completo!




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