Elisa
- Llegamos.- Le avise a los hombres que estaban detras mio.
- ¿Esta es tu casa?- Pregunto el ombre de negro.
- Si.
- Es muy pequeña.- Critico.
Le heche una mirada a mi casa para luego mirar al hombre que acaba de ofender mi casa, le heche una mirada ofendida y sorprendida. Que le pasa, este hombre donde vivia antes, mi casa no es pequeña, mi casa es una mansion.
- ¿Disculpa? Mi casa no es pequeña.- Defendi mi casa.
- Claro que si.- Afirmo.
- No...
- Bueno, bueno, ya, dejen de pelear por una cosa tan pequeña como esa.- Intervino el hombre de blanco.
- ¿Tambien crees que mi casa es pequeña?- Pregunte con un tono herido falso.
- No... Yo digo, el argumento por el que estan peleando es vacio, no tiene sentido.
Este hombre es mas maduro de lo que pensé.
- Esta bien, entren.
Abri la puerta de mi casa, y me hice a un lado para que los dos hombre que acababa de conocer siguienran.
- Sientensen, por favor.
Dije señalando el sofa de cuero que estaba frente a una ventana. Los dos muchachos me hicieron caso y se sentaron un poco separados.
- Vale, necesito personal. Estamos en busca de dos guardaespaldas, y ustedes tienen el porte y segun yo el caracter suficiente para serlo.
- ¿Guardaelpadas de quien?- Pregunto en un tono frio el hombre de negro.
- De mi padre y el mio.- Respondi sin interes.
- Y... ¿Tu ¿padre es?- Pregunto el hombre de blanco.
- Roberto Trujillo.
- ¿Osea?
- Osea ¿que?- Contra pregunté.
- Porque es tan importante para tener un guardaespaldas.
- Por que es Roberto Trujillo.- Dije con un tono sarprendido y un poco borde.
- Y aparte de ser tu papa quien es.
Mire a el hombre de blanco con el ceño fruncido, en esta ciudad todos conocen a mi padre, es mas en todo el pais, menitras me corrijo en todo el mundo conocen a mi papa. Por favor es Roberto Trujillo, acalde de Bogota, hijo del ex presidente de Colombia, embajador de unas de las empresas mas grandes de Estados Unidos, socio mundial de las asociaciones contra el maltrato mas grandes del mundo.
Lo mire por ultima vez para comprobar si no me estaba hechando una broma. Al ver que no, suspire y me dispuse a explicarle.
- Roberto Trujillo, alcalde de esta ciudad...- Iba seguir hablando pero el hombre de negro me interrumpio.
- Vale, ya entendí.
- Esta... ¿bien?- Dije, luego saque de mi bolso una libreta.- Digamen sus nombres.
- Fenix Alonso del Diablo Pastizal.- Respondio primero el hombre de negro.
Quite la mirada de mi libreta y puse mi mirada en el.
- ¿Fenix? Como el ave Fenix.- Dije en un tono burlezco.
- Si, si, si, como esta estupida ave.
Sonrei al recordar su nombre y lo anote en mi libreta.
- ¿Tu nombre?- Le dije al hombre de blanco.
- Abiel Santiago de los Angeles Pastizal.
Me mordi el labio inferior para aguantar la risa, estos dos tienen nombres muy chistosos.
- ¿Edad?
- Dieciocho .- Respondieron al mismo tiempo.
Lo sabia.
- ¿Fecha de nacimiento?
- 30 de Yules del 9875.- Respondio primero Abiel
Lo mire con el ceño fruncido, ¿cuando dijo? esa fecha ni existe.
- ¿Cuando?
Fenix se acerco a Abiel y le susurro algo, haciendo que este dijera,-Que bestia-.
- Dime el orden de los meses.- Ordeno Abiel.
- Enero - Febrero - Marzo - Abril - Mayo - Junio - Julio - Agosto - Septiempbre - Octubre - Noviembre - Diciembre.
- Y... ¿En que año estamos?
- 2018.
- Ya entendí...
Lo mire con el ceño fruncido
- Entonces nací el 30 de Marzo del 2000.
- Yules es el mes tres, sabias Abiel...- Lo critico Fenix.
- Lo sé.
- Entonces en Febrero no Marzo.
- Es Marzo.
- No Frebreo.
Y asi fue como por tercera vez se pusieron a pelear.
- ¡Ya! No se a ustedes que les pasa, ni que calendario raro usaran, pero Abiel esta bien, si nacio en el mes tres, debe ser Marzo.
Abiel le mando una mirada ganadora a Fenix, mientras que este lo insultaba por lo bajo.
- Fecha de nacimiento Fenix.
- Teniendo en cuenta el calendario que tu usas yo nací el...-Apreto los ojos y se quedo callado un momento pensando.- El 17 de Enero del 2000.
Anote la fecha en mi libreta.
- Bien... ¿Porque quieren trabajar aqui?
- No queremos trabajar aqui, tu nos obligaste practicamente.
Mire a Abiel con una mirada asesina.
- Eres callado pero cuando te atreves a hablar eres de lo peor.
- ¿Eso es un halago o un insulto?- Pregunto Abiel.
- Tomalo como quieras.