Capítulo 12: "Aurora la traidora"
Aurora asintió afirmativamente y se sentía muy conmovida por el cuidado de Kijiro.
Él prueba primero la comida para así averiguar que no haya algún veneno en ella.
Aurora habló: —Kijiro, me estás cuidando bien y yo tenía malos pensamientos sobre ti, lo siento —dijo con arrepentimiento en la voz y bajando un poco los ojos.
Kijiro tenía una gota de sudor en la nuca al entender que logró engañarla, pero no está orgulloso; después de todo, solo se trata de una niña de seis años de edad.
Kijiro habló: —No pasa nada, si te sientes mal es por el hambre y debes de comer pan —dijo simplemente y tomó otro pan con la mano derecha para enfatizar lo dicho.
Aurora asintió y también tomó otro pan de los que había logrado sacar del espacio espacial del anillo mágico…
Después de unos momentos, ambos niños están llenos y algo sedientos.
Aurora habló: —Tengo más hambre y sed —mencionó esto con una voz demacrada y débil, algo que Kijiro logró escuchar y respondió: —Aurora, tú tienes agua potable en ese anillo y puedes sacarlo igual que un pan, además hay mucho pan —terminó de decirle a la pequeña niña
Aurora escuchó la voz suave de Kijiro y rápidamente pensó en agua, logrando hacer que aparezcan unas botellas de agua del anillo que tomaron, pero no quería comer más pan.
Aurora exclamó —¡No quiero más pan! ¡Quiero carne! —dijo con voz chillona.
Kijiro observó la reacción exagerada de la niña y sintió un poco de vergüenza por esto, ya que no le importaba comer pan, aunque está seguro de que estará estreñido. Cuando escuchó también que gritó diciendo que quiere carne, rápidamente vio a los alrededores y deslumbró unos pasos de caballos arrastrando un carruaje, y en efecto es un carruaje hermoso con chapa de oro y resguardado por dos cruzados.
Ambos niños escucharon ese peculiar ruido y voltearon a la fuente del sonido, para sorprenderse al ver ese carruaje y solo se quedaron de pie y así averiguar qué continuaba…
No mucho después, uno de los cruzados se asomó por la ventana y le habló algún tipo del interior y posteriormente salió para hablar con su compañero y el carruaje venía directamente donde están ellos…
Kijiro tenía los nervios de punta, porque realmente no quería saber que solamente rescaten a la niña y se quedara aquí, pero tal vez en realidad sea un buen tipo ese noble o tal vez no.
Aurora no decía nada, y solamente veía acercarse al carruaje con una cara de curiosidad que una niña de seis años puede reunir.
No tardó mucho en llegar ese carruaje jalado por cuatro grandes caballos con armadura. Del interior del carruaje salió un hombre joven y guapo con una apariencia hermosa y atuendo exquisito, dando una aura de realeza y poder…
Kijiro, aún con un pan en la mano a medio terminar de comer, reaccionó y rápidamente avanzó un paso atrás de la niña.
El hombre que salió del carruaje tiene el cabello corto negro, ojos morados y una piel delicada sin imperfecciones.
Poco después ese hombre avanzó junto a los dos cruzados que cuidaban todo el perímetro, y cuando vio a Aurora, los ojos tenían una chispa de emoción y misterio, algo que no pasó desapercibido de Kijiro, un reencarnado.
Poniéndose un poco en guardia, se acercó enfrente de Aurora para bloquear la vista de ese extraño noble. Entonces vio en los ojos del noble una mezcla de odio y repulsión al verlo; ahora confirmó que tener esta apariencia salvaje lo hace automáticamente un mal niño.
Sin decir nada a la mirada de odio del señor, únicamente se dedicó a observar relajadamente la cara del noble y ver que pasaría a continuación.
El noble habló: —Hola niña, mi nombre es Lotho Herlok y soy el capitán de los caballeros en el reino, así que quiero que vengas conmigo y tendrás una buena vida, te adoptaré como mi hija, verás que tengo una esposa que no puede tener hijos —dijo con una risa suave llena de amor y admiración por la niña. Solamente se enfoca en la niña eh ignora deliberadamente al niño pálido…
Aurora escuchó la sugerencia del amable señor Lotho y rápidamente exclamó —¡Sí! ¡Quiero ir! ¡Quiero tener padres! —dijo con emoción en la voz sin ocultar y dando pequeños saltos; poco después volvió a saltar a los brazos del hombre llamado Lotho, que este al tenerla también la abrazó y ambos se fueron en el carruaje…
Kijiro observó toda esta interesante integración entre ambos individuos y observó que están por retirarse. Entonces vio la mirada de uno de los cruzados que lo miraba con vergüenza y tristeza, pero rápidamente volteó a otro lado.
Después de unos segundos el carruaje siguió avanzando por el mismo camino. Kijiro asintió para sí mismo y dijo: —Bien, parece que todo está bien y la trama también está bien, me alegro de que Aurora haya sido rescatada y además tendrá un buen futuro, eso es seguro. Tal vez en el futuro en la academia nos encontraremos a los once años y entonces le devolveré este anillo de almacenamiento —terminó de decir con una sonrisa pequeña en los labios y acariciando con cariño un pequeño anillo con un rubí.
Kijiro se quedó observando unos momentos más por donde se marchó el carruaje y después continuó caminando. Ahora tiene un objetivo y ese es llegar al reino donde espera conseguir un trabajo.
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Editado: 04.09.2024