Salva a la villana

Capítulo 25: ¡Se mi esposa!

Capítulo 25: ¡Sé mi esposa!

Kijiro está asombrado por las grandes mansiones que se ven al entrar al imperio y se siente aún más asombrado por los diferentes nobles que vienen en carruajes acompañados de sus hijos que van a inscribirse.

Ahora está junto a Layla, que se encuentra hablando con uno de los maestros de la academia y también encargado de las inscripciones.

Layla Nessro se veía linda y despreocupada a siempre vista, pero a los ojos de Kijiro, que creció casi con ella, sabe que en realidad está nerviosa y llena de seriedad…

Después de un breve intercambio, el docente le dio el visto bueno a Layla y ella asintió para acercarse al niño mayordomo y tomarle de la mano. Ambos niños entraron a las instalaciones de la academia imperial, donde hay un gran espacio lleno de estudiantes vestidos con un uniforme de combate azul, tienen hasta unas túnicas imperiales con el sello de la academia y además las niñas visten una falda color negro.

Layla vio todas las caras desconocidas y tomó un poco más fuerte la mano del niño, que este al sentir los nervios de la niña apretó ligeramente la mano, asiendo que Layla levante la vista para verse a los ojos. Kijiro le regaló una sonrisa amable, algo que hizo sonrojar a Layla, pero la tranquilizó.

Un maestro se acercó rápidamente al ver a Layla y habló —Señorita Nessro, esto es una sorpresa maravillosa el tenerte aquí y espero sigas haciendo más de esos inventos que evolucionan al mundo. Nuestro príncipe quiere hablar con usted —dijo con una voz chillona y llena de emoción, pero al lado del docente se encuentra una mujer hermosa rubia con temperamento frío y distante, viendo al maestro como una basura. Al ver que tenía la atención, habló con voz helada —El príncipe Julián quiere ver a la señorita Layla Nessro, te guiaré ahora mismo. —Dijo con finalidad en la voz fría.

Kijiro al ver la apariencia helada de esta mujer sintió un fuerte fuego en el corazón; por alguna razón inexplicable se le hace muy hermosa esta mujer fría con cara de muñeca de porcelana y que ve al mundo como algo lleno de suciedad; sí debe de saber más de esta mujer que se ve que tiene unos diecinueve años de edad.

La mujer parecida a una muñeca de porcelana fría y arrogante sintió la mirada intensa del niño pequeño al lado de Layla y le regresó la mirada con algo de sorpresa. Entonces habló: —Usted es Kijiro, parece que serás un dolor de cabeza en el futuro, mi nombre es Shura —dijo simplemente mirando con esos ojos deseosos de poder.

Kijiro, al ver los ojos de la mujer, sintió un fuerte escalofrío recorriéndole por dentro y supuso que habían descubierto sus más grandes secretos; tal vez esa mujer había visto el don mágico que tiene.

El maestro y Layla sintieron la atmósfera aburrida, así que hablaron: —Es hora de irme a ver al príncipe. Es hora de que vaya a ver al príncipe —dijeron al mismo tiempo para eliminar esta atmósfera aburrida.

Shura al ver esto asintió simplemente y avanzó con pasos lentos y firmes, indicando que la siga. Layla tomó la iniciativa rápidamente, tomó la mano de Kijiro y siguió a la extraña mujer que avanzó sin perder tiempo.

Después de unos minutos lograron llegar a un jardín muy grande con enormes estructuras y una campana gigante en una torre de cinco pisos de altura.

Shura habló: —Príncipe, traje a la señorita Layla Nessro como me lo ordenó —dijo simplemente.

Atrás de un árbol salió un joven de catorce años, cabello rubio, ojos azules turquesas, piel blanca y un físico que no parece trabajado o de hacer cosas pesadas. Se ve como un niño mimado y millonario que nunca ha trabajado en la vida.

Kijiro vio la apariencia hermosa del niño y sintió que comparado con este niño, en realidad él es bastante simple y no tiene nada de encanto. Sinceramente, sabe que es normal y tal vez un poco mejor que los niños desnutridos, pero no es muy guapo o exagerado; es todo lo contrario, ya que da la sensación de estar viendo aún niño salvaje vestido de mayordomo.

Kijiro observó a la congelada Layla que miraba con intensidad al príncipe que hablaba con Shura y se sintió algo extraño. No quería que sufriera, pero como es un reencarnado, tiene la ventaja de ver el futuro o saberlo, entonces no es un problema hacer que se junten y sean felices. De Aurora la heroína, solamente déjalo a manos del hermano mayor Kijiro…

Layla sintió que seguía observando con intensidad al príncipe y pensó que tal vez sería malinterpretado por Kijiro. Rápidamente volteó a ver al niño y lo vio con esa mirada extraña y llena de tristeza.

Ella se sintió mal al pensar que tal vez pensó que creía que le gustaba ese príncipe y quiso hablar, pero fue interrumpida por las palabras del príncipe: —Señorita Layla Nessro, me gustaría que hiciéramos un contrato de matrimonio, desde que la vi por primera vez. Lo supe inmediatamente; esa dama debe de ser mi esposa. Señorita, nessro… ¡Por favor, sé mi esposa! —dijo con una voz suave y, al último, exclamó con voz emocionada.

Layla escuchó la repentina propuesta de matrimonio del príncipe y se sintió conmovida de que un hermoso chico quiera casarse con ella, pero no la conoce y uno de sus recuerdos le hace tener desconfianza de este niño que cree es muy mujeriego; además, volteó a ver a Kijiro y sonrió con calidez.

Kijiro se sintió estúpido al escuchar la repentina propuesta de matrimonio del príncipe Julián Welgotolok y su rostro siempre frío se quebró. También vio la mirada asombrada llena de horror de la mujer Shura.

Kijiro no pudo soportarlo y maldijo: —¡Mierda! —dijo sin ocultar los pensamientos de todos lo que escuchaban.




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