“Nunca fuimos el uno para el otro, pero hay un lazo tan fuerte que nos une, que nos amarra y nos hace volver, pero hay que desatarlo, lo haces tú, lo hago yo, lo hacemos ambos o lo hace el tiempo. ¿Tú que dices? Yo de mi parte lo dejo a merced del tiempo.”
ROMELY.
Rara vez hablaba con Yoseob, nuestras conversaciones han sido cortas, he pedido reunirnos, he decidido tomar la definición de hablar por fin con él, de perderlo para siempre, pero siempre se niega.
Llego una nueva chica y ella se ganó la amistad de Yoseob. Con el tiempo me di cuenta a aquella chica empezó a dar inicios de que le gustaba Yoseob, y no lo niego me dieron celos. Ella sabe ocultar muy bien sus gustos, porque aparentemente Yoseob la rechazo sin intención.
Han pasado tres años desde que mi preocupación a Yoseob comenzó, ha sido confuso todo este tiempo y también salí confundiéndole a él. No sé lo que siento por el, muchas veces solo me dije que lo aprecio mucho, que lo quiero como un amigo, pero no pasa de ahí, cuan equivocada estaba. Al principio me lo negué a mí misma este sentimiento, y a los demás solo les decía que estaba confundida. Pero al final oculte el sentimiento a los demás, solo lo oculte de los demás.
Paso, lo que paso, paso lo planeado, paso lo que yo sospeche desde un inicio, ellos están juntos, me prepare psicológicamente de que este iba a suceder, pero no funciono, nunca pensé que dolería tanto, a pesar de que sabía lo que iba a pasar, aunque tenía una viva esperanza de que tal vez sea diferente. No llore, tampoco me sentía feliz, ni triste, no sentía nada, solo tuve un síntoma muy raro, tenía mucho calor, sentía que me ardía el cuerpo, mi cabeza dolía como si tuviese fiebre, y de repente tengo mucho frió, solo el agua de la regadera me regula la temperatura, pero no puedo quedarme todo el tiempo ahí. Lo único que quiero es un abrazo sincero, que siempre me es difícil pedir.
Me gusta estar sola, no hablar con nadie, cuando más dolida estoy, como ahora. Me acostumbre a vivir mi sufrimiento sola, sin un consuelo, sin abrazos, sin un apoyo, y eso es lo que más aprecio y amo de mí. Ser mi propio consuelo, mi propio apoyo, porque así me conozco mejor y me ayuda a ser mas fuerte, aunque a veces necesite un abrazo, de esos que te transmiten tranquilidad y alegría, un abrazo simple que no necesita, habladurías ni reproches, solo un abrazo simple y sincero. Pero de esos abrazos muy pocas personas te los transmiten, como Yoseob me transmitió ese abrazo una vez, pero el problema es que esos abrazos tienen límite de tiempo, y cuando necesitas otro de esos abrazos, muchas veces ya no están para dártelo.
Cuando me entere de la relación de Yoseob con aquella chica, me derrumbe, nunca pensé que eso me pasaría, me sentía sola, vacía, y lo peor es que sentía ser arrastrada de vuelta a esa habitación oscura. Pero tengo que ser fuerte, no tengo que caer en esa tentación, porque prometí ser fuerte, prometí ser yo.
Lo que más odio de él es que siempre tenga que recalcarme las cosas, cuando entendí a la primera vez, lo que más odio, es que piensan que cuando ellos son felices, yo tengo que estar destrozada, y lo estoy, pero no lo quiero demostrar, no deseo, ni quiero darles el gusto.
Terminamos perdiéndonos en el mundo tan enredado de los dos, que parece un laberinto si fin. No tengo la más mínima idea si el logro salir o tal vez sigue atrapado ahí, de mi parte no he podido salir. Pensé muchas veces en buscarlo, pero fue demasiado tarde y alguien ya lo encontró, y creo que a mí también estar por encontrarme ¿no sé si ser necia e ir tras de él o esperar que me encuentren o regresar al inicio? Tengo miedo de todas las opciones, la primera podría lastimarnos y mucho, la segunda, puede que nunca me encuentren, como siempre desvían su rumbo al mejor camino, al decorado con flores, nadie se atrevería a entrar en el camino oscuro de espinas, teniendo una mejor opción, y el ultimo seria perderlo todo y es lo que menos quiero.
Muchas veces quise evitarlo, pero me es difícil, no puedo todo el tiempo esconderme, eso es estúpido, uno debe siempre enfrentar sus miedos, sus problemas, sus pérdidas y, derrotas. Esta vez quiero ser un poco egoísta, no quiero pensar en los demás, si no en mí, esta vez me voy, y tal vez muy lejos, pero no lo hago por huir de él, ni de nadie, lo hago por mí, ya que no puedo evitar huir de misma, voy a enfrentarme y cumplir mis sueños, esos que anhelo tanto.
La noche era estrellada y la luna estaba en su mejor posición, estaba en mi cuarto, recostada revisando mis redes sociales, de repente llevo un mensaje, era el, era Yoseob, me sorprendí, lo miré dudosa y lo abrí.
-Romely, necesito hablar contigo ahora.
Mire la pantalla del reloj, eran cerca de las 11 pm.
-lo siento, es muy tarde
-por favor, solo un momento.
En realidad, no podía salir, mi madre es muy exigente y no quería problemas.
-mañana, a la hora que te vayas, yo te acompaño.
-está bien, a las 7:30 am, en el terminal.
Suspire, no podía creer que había aceptado, después de haberlo querido evitar por tanto tiempo, pero algo me motiva a ir, y era que me iba, quería despedirme de él.
Me levante temprano, justo con mi hermana, que se arreglaba para ir a su escuela, me arregle, desayune, y con una mentira a mi madre, salí de casa. Eran las 7:15 am, no era muy lejos de mi casa allá, así que camine a paso lento, con cada paso que daba mi nerviosismo aumentaba.
Cuando llegué, pude verlo de espalda, vestía unos pantalones negros, unos tenis blancos y un buzo gris, y la maleta negra, la misma con la que viene cada fin de semana. Estaba a unos pasos de él.
-Hola –dije seria.
-Romely –se giró - ¿Cómo estás? Siéntate por favor –hice lo que me pidió.
-bien y ¿tu?
-muy bien –dijo sonriendo.
- ¿de qué querías hablar? –vi como bajo su mirada, parecía nervioso.