Querido Yoseob
No estaba muy segura de decirte esto, en realidad tenía mucho miedo, pero como me dijiste una vez, ¿qué es la vida sin riesgos? Y respondí “la vida no es nada sin riesgos, igual todo riesgo tiene solución”, a lo que tú me disté la razón.
He tenido un serio debate entre mi mente y mi corazón, que no he podido solucionar. La balanza no se a equilibrado bien, siempre se debate entre caer en un lado o el lado contrario, pienso que estoy bien, y de repente tengo un bajón, de esos que te estrujan el corazón. Siento que, gracias a esos debates, que eran provocados por ti, porque si, tu eres responsable de esos debates, a veces hablábamos con tal tranquilidad, que me hacia sonreír con idiota, y de repente todo se esfumaba, como el humo del cigarrillo, eso era lo que me confundía.
Me confundieron tus acciones, tus palabras y tus gestos. unas palabras que hacían que saltara de la emoción, las acciones de ignorancia que me mataban, que en parte creo que fueron mi culpa, tenía miedo de muchas cosas, que ahora sé que eran innecesarias, y tus gestos que muchas veces me producían escalofríos y me daban ansias de llorar. Y si, lamentablemente llore muchas veces, no te lo puedo negar, y me da mucho coraje haber llorado por alguien que al final no valió la pena, pero que lamentablemente todavía permanece en mi mente y corazón, y que sigue confundiendo.
¿te quiero tanto o estoy agradecida? Yo creo que son las dos. Agradezco que algún día aceptaste ser mi amigo, y me hiciste pasar los mejores momentos cuando me sentía sola, y por eso es que te quiero tanto. Cuando todo se esfumo, y otra vez declaro que fue mi culpa, pero esta vez fue el tonto orgullo, te necesite muchas veces, necesite escuchar tu voz, nuestras conversaciones, tus estupideces, tus rabietas, tus enseñanzas, todo, pero sabes que más fue lo que me hizo más falta, un abrazo tuyo, de esos que no encontré en nadie, ese que sentía al recibir el año, que sin palabras y con un simple gesto, que duro unos segundos, me trasmitió tanta felicidad.
Por eso muchas veces tuve las ansias de salir corriendo y abrazarte para nunca soltarte, pero algo siempre me daba un stop, ese, eras tú, siempre tuve miedo, miedo de ti. A veces te quería cerca, pero a veces te quería tan lejos.
A veces uno quiere que su imaginación fuese real, pero lamentablemente no es así, yo me forme películas de los miles de formas que pudiéramos estar juntos, ya sea como amigos o algo más, pero nada resulto ser cierto, ahora somos completos desconocidos.
Muchas veces que estuve triste, enojada o feliz, con una simple conversación, donde no hablábamos de tus problemas o los míos, me hacía sentir aliviada, feliz y tranquila. Eres como esa paz que siempre necesite, pero que no puedo tener.
Te extraño y mucho, pero no puedo hacer nada, aunque quiera y muchas veces me tentaba hablarte, no puedo hacerlo, porque tú tienes alguien que te quiere, y sé que pueden haber malentendidos si yo me pongo en medio. Ella parece ser buena persona y al parecer te quiere bastante, cuídala.
Aunque quisiera aclarar mi mente, no puedo, todavía me confunde, he llegado a la conclusión de que llegue a enamorarme de ti, demasiado tarde, tú quieres a otra persona. Estando juntos se supone que también se superan las cosas, pero no puedo, tu presencia me atormenta, siento que caigo más en este sentimiento, que me mata lentamente, el estar lejos es lo mejor, y aunque sé que irse dejarían más dudas y confusiones, es lo mejor para los dos, y espero que con esta carta pueda aclarar algo.
Entiéndelo de esta manera, tu estas con ella y eres feliz, así como yo quiero serlo, y no solo me voy por ello, estoy en camino a lograr algo maravilloso, algo que he anhelado tanto, y eso me hace feliz, me siento ahogada aquí, sé que en eso me sentiré libre y feliz. Espero saber al menos que solo alguna vez si te importe, de que si me quisiste de esa forma amistosa.
Hay algo de lo en verdad me arrepiento y tiene que ver con la caja, aunque no fue toda mi culpa, tú tienes algo de culpa también. Me arrepiento de no haberte regalado la pequeña torta con la malteada y decirte ¡Feliz cumpleaños! Aunque es demasiado tarde, espero aceptes mi pequeño regalo, de no ser así, no quiero que lo regales ni lo botes, en la más mínima oportunidad de algún encuentro, prefiero que me la devuelvas. ¡ábrela! –detuvo su lectura y abrió la caja, era una cadena con un dije plateado de un domino, tenía dos puntos arriba y uno a bajo.
Debiste ver un dije de domino, ¿verdad?, bueno, tiene tres significados, el primero es los puntos, un dos y un uno, juntos forma 21, el día de tu cumpleaños, segundo un domino, porque tú me enseñaste como jugarlo y tercero, en la parte de atrás hay una palabra “Jo-ry”, es la unión de dos nombres, que significa un lazo de amistad y amor que une a dos corazones.
Por ultimo quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti, saber que sales adelante, que eres feliz, y que eres una buena persona, me hace feliz. Espero algún día volvernos a ver y que todo este aclarado. Te quiero.
Con cariño… Romely.
Suspiro fuerte después de leer aquella carta, la doblo igual y como se la habían entregado y la guardo en un cajón de su mesa de noche, saco la cadena de la caja y la miro con detenimiento, las letras estaban muy bien diseñadas. Después de debatir si aceptarlo o no, opto por ponérselo, sabía que el collar tenía un gran significado, al igual que la persona que se lo había dado.
Pero como decía en la carta, había muchas dudas, y aunque la carta aclaro algunas, irse no era la mejor opción, más aún sabiendo todo eso, que sabía que muchas cosas se podían remediar y podría estar juntos de las dos formas, como su amigo y a la vez como una pareja que se quieren mutuamente. En si estaba desesperado, no quería que ella olvidara sus sentimientos hacia el y que mil veces esa balanza se inclinara al amor, pero él no estaba dispuesto a detenerla, ella iba a cumplir sus sueños y él no era quien para detenerla. Aunque como lo dijo el, quería que sus sueños se realizaran junto a él, así sea como una simple amiga, pero esto cambiaba muchas cosas para él, quería que se quedara a su lado y cumplieran juntos sus metas, sus sueños, porque, así como ella lo necesitaba, él también la necesitaba. Sabe que los dos cometieron errores y que los pueden enmendar, porque los dos son tan necios que no quieren olvidarse, no quieren dejar que ese sentimiento se vaya en el soplo del viento.