Todos pensaron que arrojaría a Sundar al pozo, pero al último momento le dio un beso en la frente y se dejó caer en la oscuridad.
— Nooooooo... Khtos... — la mujer cayó de rodillas, creyó que la tiraría allí para salvarse, nunca pensó que se sacrificaría por ella.
— Ya no puede oírte, fuiste su perdición. Nunca pensé que justamente él pudiera amar de una manera tan... sincera, da igual, mañana irás allí también — parecía calmado, pero un pensamiento lo tenía intranquilo.
Ella estaba en shock, antes que la tomarán para levantarla y llevársela, una de sus lágrimas cayó en el pozo de la oscuridad.
Dentro de ese lugar Khtos no veía nada, no escuchaba nada, era como estar en medio del mar, pero sin la posibilidad de poder salir a la superficie, y se quedaría allí por toda la eternidad. No podía olvidar la cara desesperada de ella, al lado de su amo.
"¿Por qué no me importa no haberlo derrotado y no ser el nuevo gobernante? Solo me duele no haberla salvado, ella merece ser libre ¿Por qué no la arroje? Igual mañana ella sería ejecutada... ¿Qué me pasa? Me duele pensar que estaré cerca de Sundar, pero nunca más nos veremos".
En ese momento la angustia lo sobrepasó, y algo impensado para un demonio ocurrió, lloró, no por soberbia, ni por odio, sino por amor. Esa gota subió, y se juntó con la de ella, se fusionaron produciendo luz, que dejó libre a Khtos, que no perdió tiempo en salir por la mujer, el brillo se acomodó a la altura de su corazón.
— ¿Qué mierda ocurre? — digo el gobernante del lugar, que tuvo que taparse los ojos por la claridad que vio salir del pozo oscuro.
— Sundar, te traje un regalo — el condenado le sonrió de lado.
En su puño había una pequeña perla con la cara de ella, cuando se la coloco en el pecho ella recobró su alma, también en ese sector le apareció una luz, que fue tan poderosa que hizo que todos en el lugar tuvieron que alejarse de ella.
— No puede ser, no de nuevo — rugió el gobernante del lugar.
— Adiós para siempre, amo — dijo irónico el demonio, hizo una reverencia, tomó a la joven de la mano y se la llevó.
Ambos aparecieron en la Tierra, a la orilla de un río, estaba inconscientes, cuando Sundar despertó miró a todos lados confundida, entonces descubrió a una joven desconocida a su lado.
— Oye ¿Estas bien? Despierta.
— ¿Estoy bien, y tú?
— Bien... ¿Qué pasó? — la miró fijamente, se le hacía conocida, pero no sabía de donde — disculpa ¿Quién eres?
— Iba pasando cuando te vio en el agua, te saque.
— Tienes razón — hizo memoria, lo que pasó con su novio, o ex novio, volvió a su mente — ahora lo recuerdo, quise suicidarme, pero ahora entiendo que no debí hacerlo, gracias por salvarme.
— No es nada, me alegro que estés bien.
— No sé cómo agradecerte.
— Solo vive y sé feliz — le fue a tocar la cara, pero se detuvo al sentir un vehículo que venía.
— Una patrulla — la muchacha estaba feliz, sentía que tenía una segunda oportunidad, les hizo señas para que se detuvieran.
— Señorita ¿Esta bien? — el policía se sorprendió al ver a la joven mojada.
— Sí, mi auto cayó al río.
— ¿Entonces usted es quien iba en el automóvil que cayó río arriba? Que suerte tuvo, pensábamos que había muerto, la han buscado toda la noche. Es increíble que haya llegado tan lejos, viva.
— No lo hice sola, alguien me ayudó.
— ¿Quién?
El oficial miró confundido a todos lados.
— Ella... — al darse vuelta no vio a nadie más — estaba por allí.
— Tranquila — se miraron los policías, seguramente la imagino pensaron ambos — su familia está en el lugar del accidente, esperando noticias suyas.
Ella desde el auto miró por última vez para atrás, le pareció ver una sombra oscura que la miraba, pero cuando fijo la vista mejor no había nada, solo unas ramas que movía el viento.
"Querida Sundar, vive tu vida, ya nadie te molestará, en cambio a mí... te amo, cuídate".
Así Khtos comenzó su andar por todo el mundo, huyendo de los demonios que querían cazarlo, escapó por medio siglo, durante el cual, debido a que no había perdido sus poderes, se dedicó a matar a los seres oscuros con los que se encontraba, y así ayudar a los humanos, sentía que cada vez que lo hacía, era a su amada a quien salvaba.
Hasta que un día, para proteger a una madre con su hijo tuvo que hacer de señuelo, lamentablemente llegaron demasiados demonios, ya no tenía forma de escapar.
"Es mi hora, Sundar me iré a la nada, no tenemos alma, si nos matan solo desaparecemos".
Mientras era sujetado por 8 seres oscuros, otro de ellos se acercó y le cortó la cabeza con una hacha, pero increíblemente no se fue a la nada, cuando abrió los ojos estaba en un lugar apacible, muy tranquilo, los colores eran iridiscentes, a su lado vio un ser de luz, junto al cual estaba Sundar.
— Demoraste en llegar — le dijo el ser claro.
— Pero... soy un demonio... no puedo estar aquí.
— Eso les hacen creer, pero si en alguno de ustedes nace el amor, y ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, lo oscuro que hay en su corazón desaparece.
— Sundar ¿Eres de verdad tú?
— Khtos, te amo — lo besó suavemente.
— Que bueno que no la seguiste haciendo esperar, ella sabe lo que hiciste para salvarla y a los demás que has estado ayudando.
— Ven, mi amor, te mostraré el lugar.
El ser de luz rió feliz al ver a la pareja alejarse.
— A pesar de todo lo que haces, siempre hay demonios que vienen a mí.
— Pocos — respondió el amo oscuro, que había aparecido al lado del ser claro, parecía una mancha en el paisaje — igual al final ganaré.
— No lo creo — le sonrió — muchos de tus demonios tienen un gran corazón, solo tienen que encontrar una razón que les haga descubrirlo.
— Jajaja eres demasiado optimista, veremos quién tiene la razón. Debo irme, si me demoró mucho puede haber una rebelión para quitarme el reino. Adiós — en un torbellino, el oscuro desapareció.