—La mayor alegría que podrían darme es que ustedes permanezcan juntos, como hermanos, ayudándose contra los problemas de la vida ¿Será que podrán? Porque ahora sólo pelean como perros y gatos.
Nigel Mirianni a sus hijos.
— ¿Entonces? ¿Qué has encontrado? —Eleine le preguntó a Patrick, su tono de voz se encontraba entre los nervios y una incomodidad evidente.
Caleb tampoco estaba muy bien, la distancia que ella zanjó entre los dos al ubicarse en el sillón bastó para que sus dudas alzaran vuelo. No debería haberla besado, sentía su acción incorrecta, aunque en realidad era ella quien inició todo, pero al fin y al cabo él se dejó llevar.
Es que esa mujer tenía algo que no podía evitar, era todo lo conocido y sin embargo era puro secreto, era fuerza y orgullo pero a la vez fragilidad. Un verdadero enigma oculto detrás de sus ojos de chocolate.
—Una verdad alarmante —Patrick habló con seriedad—. Logré llegar hasta una de sus carpetas ocultas en una nube de datos, y la información que hay ahí es realmente perturbadora.
El león hizo una mueca.
—Perturbadora desde mi punto de vista, claro —Patrick dudó—. Nunca creí que los lobos pudieran ocultar tantas cosas.
Caleb miró a Eleine de reojo, por primera vez ella miraba fijamente a los ojos del león que tenía en frente, sin miedo, sólo una atenta concentración que le dijo que estaba pensando la situación. La estela del miedo no podía sentirla, Eleine estaba tranquila por primera vez, Caleb quiso saber a qué se debía eso. Pero interrumpir su pensamiento sólo para satisfacer sus propias dudas sería algo indebido, sobre todo ahora que las cosas entre los dos se pusieron extrañas.
El beso volvió a girar en su memoria, y tuvo que hacer otra cosa para no pensar en eso.
— ¿Por qué dices que corremos peligro?
Ojos amarillos miraron en su dirección, Caleb comenzó a inquietarse. De alguna forma parecía que el león sabía algo que él no, y eso desataba su paranoia.
—Esto es extremadamente confidencial, por eso los Moon Fighters lo ocultan cada vez más, de la nube de datos sólo obtuve una carpeta de archivos pero existen más, cuando esto salga a la luz todo cambiará. —Patrick miró a Eleine—. Puede que los lobos estén detrás de esos ataques, pero los demás cambiantes son inocentes, si quieres que tu raza esté segura ¿Arriesgarías el bienestar de niños, mujeres y hombres que nunca le han hecho daño a ningún humano?
Su pregunta hizo que Eleine bajara la mirada, el asunto era importante, lo que tenía en manos de verdad era grande, las repercusiones serían graves de otro modo Patrick no hablaría con tanta seriedad.
Eleine tembló y Caleb contuvo la necesidad de volver a tocarla, había dado por sentado que su contacto aliviaba su temor, no sabía cómo ni por qué, pero tampoco era algo que necesitaba saber, sólo era algo que debía dar.
—El mundo necesita ser mejor —dijo ella, sus palabras pretendieron ser firme pero su voz no dio el mismo efecto.
El semblante del león se endureció, sus rasgos reflejaron el peligro de su otra mitad, del depredador que un solo segundo podría saltar hacia ellos y destrozarlos. Caleb reunió fuerzas, sus manos se volvieron puños, percibiendo una amenaza, no importaba su débil condición física ni su inferioridad de tamaño y fuerza, si Eleine estaba en peligro él sería su escudo.
Estaba en deuda, ella le salvó.
¿Sólo era esa la razón?
—Y crees que para que ese mundo exista los cambiantes no deben figurar en él.
La conclusión de Patrick hizo ruido en sus sentidos ¿era eso lo que Eleine deseaba? ¿Un mundo libre de cambiantes?
Eso era extremismo puro.
—No... —Ella dudó, no parecía segura de su propia voz—. Sólo quiero que ningún humano muera a manos de cambiantes.
Un gruñido bajo se oyó, Caleb se movió y tomó la mano de Eleine, miró fijo al león quien se mantenía anclado a su asiento, pero tenso.
—Cientos de cambiantes son secuestrados, encarcelados, torturados, humillados, discriminados, asesinados —El tono de Patrick se volvió profundo, casi animal—. Miles de seres humanos mueren en manos de su misma especie, todos los días, mi raza lucha por mantener sus territorios naturales y sobrevivir a la raza humana ¿quieres un mundo mejor? Recurre al dialogo, si arrojas la bomba sin previo aviso la onda expansiva será tan grande que... —Hizo una pausa, sus labios temblaron—. Mi raza ha sufrido suficiente, Eleine, no causes más dolor.
Eleine dejó caer una lágrima que borró de inmediato, Caleb quería que lo mirase, que buscara soporte en sus ojos, Caleb quería que detuviera la distancia casi invisible que los separaba a cada segundo. Pero Eleine no volteó a verlo, sólo buscó con sus ojos cualquier objeto que llamara su atención.
#517 en Fantasía
#344 en Personajes sobrenaturales
#2559 en Novela romántica
hombreslobo, accion misterio suspenso y romance, drama y pasion saga moon fighters
Editado: 09.12.2018