—Sé buena, hermanita, eso es todo lo que quiero.
— ¿Estás sentimental Oliver?
—Dame un abrazo, tonta, te has graduado, déjame emocionarme un poco.
Conversación entre Oliver (24) y Eleine (22) Mirianni.
Caleb se saltó todo el protocolo para prisioneros, nadie vería la cadena de errores que estaba cometiendo, sólo tenía que repetir en su mente el camino de pasillos correcto para poder salir del otro lado.
Terco. Sus compañeros no habían parado de llamarlo así, pero uno por uno se unieron a su causa. Caleb estaba más que agradecido por la ayuda que estaba recibiendo.
—Vamos, de prisa, no tenemos mucho tiempo.
No quería asustar a Eleine más de lo que ya estaba, pero él mismo estaba lidiando con sus propios nervios, si el plan funcionaba ambos estarían de regreso en Ricker Mountain, territorio protegido por el clan Dark Spines, y si no... Bueno, Caleb tendría las garras del lobo alfa en su cuello.
—Espera. —Eleine se detuvo a la entrada del pasillo que daba a su celda, Patrick ya estaba sentado en una de las puertas al fondo—. ¿No tienes que llevarme a mi celda?
Su tono era nervioso, no había miedo.
Bajo las luces del techo, su rostro quedó oscurecido, pero su cabello brillaba suave, el lobo se movió a la espera, pidiendo avanzar, su mente inquieta, vacía de recuerdos antiguos, vibró con el aullido. El tiempo corría en su contra, pero no podía despegar sus ojos de ella ¿cómo podía resistirse ante el calor que parecía consumirlo, ante el sentimiento que despertaba con vigor cada vez que la tenía en frente?
—Ven conmigo —dijo, su voz sonó ronca—. Vamos a ser libres, los dos, de nuevo en Ricker Mountain.
Vio lágrimas caer, y el lobo se agazapó, gimiendo desesperado.
— ¡No! —ella gritó, desbordándose—. No, no quiero que traiciones a tu familia por una prisionera ¿es que acaso no lo entiendes? ¡Soy una delincuente!
— ¡No lo eres! —Exclamó y se movió, haciendo que ella retrocediera contra la pared de piedra, un gruñido se escuchó lejano, Caleb no le dio importancia a la amenaza del león, se sentía fuerte, capaz, se sentía como otro maldito cambiante dispuesto a enfrentarlo todo—. Buscar la verdad no es ser un delincuente, defender a tu raza tampoco, Derek es un maldito ciego que no comprende que vales mucho más como aliada que como prisionera.
Una mano acarició su mejilla, cerró los ojos, sintiendo, y en el momento que regresó al chocolate de sus ojos, lo supo, de verdad la quería.
—No existe forma de salir ilesos de esto, estamos en territorio de lobos.
—Mis amigos nos ayudarán, pero debemos darnos prisa.
—Si escapamos, Derek nos encontrará.
—Y comprenderá que necesita tu ayuda si quiere contener la enfermedad. —Caleb movió un mechón de cabello detrás de su oreja y luego tomó su mano—. Vamos.
Memorizó de nuevo los pasos a seguir, las direcciones que Logan le había repetido treinta y cuatro veces para que no se le olvidara. La red de pasillos subterráneos era muy compleja, y plagada de cámaras, por eso no debían perder tiempo, el apagón cibernético duraría como máximo diez minutos.
Después de correr durante siete largos y extenuantes minutos, se encontraron con una de las salidas, Caleb miró el código escrito por encima, A1, respiró tranquilo, estaban en el lugar correcto. En el tablero, introdujo el código que Jessie le entregó y el mecanismo que mantenía la puerta bloqueada cedió, Caleb tomó la manija y movió la puerta hacia un costado.
De su mano, condujo a Eleine al interior del bosque, alerta ante cualquier movimiento extraño, buscó una serie de marcas que indicaban la bolsa con ropa para que ella pudiera deshacerse de la indumentaria de prisionera.
—Rápido, debes ponerte eso, yo vigilo.
— ¿Qué es exactamente lo que has hecho? —ella preguntó.
Convencer a lobos no era tarea fácil, y cuando el objetivo principal es ir en contra del alfa, la mayoría quiso atacarlo cuando pidió ayuda. El sistema de clanes era, a su punto de vista, un estilo de vida demasiado aplicado al orden y obediencia. Después de hablar con la verdad a todos, Caleb los convenció en el intento de hacer que Derek tome a Eleine no como prisionera, sino como ayudante, porque ella podía ser el enlace con los sectores más altos del poder humano, el alfa de los lobos no entendían que ella era la clave para que pudieran obtener los recursos que les hacía falta.
—Aprovechar el momento indicado para sacarte de aquí.
Se dio vuelta mientras ella se cambiaba, a la vez que, con su cuerpo hizo de barrera para cubrirla, por si a algún lobo se le daba por rondar en ese sector y echar un vistazo curioso.
El lobo estaba tirando de su mente, todavía no se acostumbraba a su presencia, e incluso le parecía extraño que su cerebro estuviera partido en dos, pero el animal era parte de él, y al menos la mayoría del tiempo podía controlarlo, hacer que se oculte, pero cuando Eleine estaba cerca, luchaba y gruñía en un intento por alcanzarla. No quería hacerle daño como creyó al principio, sino que, deseaba protegerla, cuidarla, marcarla...
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Editado: 09.12.2018