Anne caminó a toda prisa para llegar a tiempo al hospital. Hoy podía pasar más tiempo con sus sobrina ya que ayer fue día de pruebas y la tenían de arriba abajo.
Entró por la puerta con la mochila sobre el hombro y la bolsa de donuts en la mano izquierda. Pasó por delante de recepción dejando caer un ''buenos días'' y, sin esperar una respuesta, entró en el ascensor.
Uno.
Dos.
Tres.
Al cuarto piso las puertas del ascensor se abrieron y ella salió disparada hasta la habitación de Grace. Lo que no estaba en sus planes era chocarse con aguien que salía de la habitacíon de sus sobrina.
-Disculpe-dijo el chico sin levantar la cabeza.
Anne inmediatamente reconoció esa voz y tiró del hombro de él.
-¿Brad?
El susodicho levantó la cabeza y se asombró al reconocer a la tía de Grace. En sus planes no estaba toparse con algún familiar, lo único que él quería era venir a ver a su chica.
-Hola Anne-saludó como si no hubiese abandonado a Grace después de que su familia muriera.
Ella frunció el ceño y le miró atentamente.
-Escúchame chico-dijo señalándole-, no quiero volver a verte por aquí. Te quiero lejos de Grace, ¿entiendes?
-¿Grace?-Brad levantó una ceja interrogatoriamente ya que para él ella era Leslie.
-Vete-Anne señaló el ascensor y él quiso reprochar, pero decidió que lo mejor era irse. Él ya la había visto.
Después de ver desaparecer a Brad por el ascensor, intentó calmarse un poco, aunque fue inevitable recordar a esa Leslie destrozada. Llorando por la pérdida de su familia y por la traición de Brad y de sus amigas. Estuvo encerrada en esa casa tanto tiempo y ninguno hizo nada para intentar ayudarla, no quería volver a verles cerca de ella y se iba a encargar de ello.
Minutos después entró en la habitación y se encontró a Grace dormida. Solo esperaba que hubiese estado así durante la visita de Brad.
Se acercó a la cama, pasando por al lado de la otra cama, la cual ahora estaba vacía, y se sento en la silla dejando el bolso en el suelo y los Donuts encima de la mesa.
Con una mano removió la pierna de Grace mientras ponunciaba su nombre. Ésta, perezosamente, abrió los ojos y los volvió a cerrar por la luz que le daba directamente en la cara. Hizo un segundo intento y esta vez pudo ver a su tía sonriente en la silla. Silla la cual ocupaba ella anteriormente, cuando se quedó dormida.
-¿Quién me ha movido?-preguntó Grace extrañada.
-Ya estabas en la cama cuando he llegado-contestó su tía mientras cogía la bolsa y le ofrecía-. Habrá sido algún médico o alguna enfermera.
Grace asintió. Al fin y al cabo era lo más probable.
Se levanto ya que seguía tumbada y se sento como un indio en la cama.
-¿Qué me has traído?-preguntó con una sonrisa mientras abría la bolsa que anteriormente su tía le había pasado.
-Son Donuts-se encogió de hombros Anne-. Pensé que después de comer esta comida de hospital te gustaría algo de tu gusto.
La chica sonrió en dirección a su tía justo antes de pegarle un buen mordisco al dulce. Con los ojos cerrados, y bajo la mirada divertida de su tía, disfrutó de ese sabor. Uno que llevaba tiempo sin probar. Sorprendentemente su estómago no quería volver a echarlo todo y hasta ese momento no se dio cuenta del volumen que había cogido su cuerpo.
Su pelo necesitaba una ducha pero ya no era tan áspero y el color castaño se podía decir que brillaba. Su piel, tersa, volvía a tener un color sano, mientras que los huesos ya no se veían. Había cogido peso, había mejorado mientras estuvo en coma. Y, sorprendentemente, pensó en que era lo mejor que podía haberle pasado.
-¿Cómo estás?-preguntó Anne cuando su sobrina abrió los ojos.
Ella se encogió de hombros antes de volver a meter un trozo de esa delicia en la boca y asintió con la boca llena. Las dos empezaron a reír haciendo que trozos de Donut salieran de la boca de Grace y, a su vez, volver a reír por ello.
-Tengo algo que contarte-anunció su tía mientras se reacomodaba en la silla. Grace tragó y esperó a que le diera la noticia-. Tengo una cita esta noche.
Los ojos de la chica se abrieron de la sorpresa y aplaudió como una niña pequeña.
-Enhorabuena An-palmeó su pierna con la mano-. Ya era hora de olvidar al idiota de Shane.
-He quedado con Blake-después de decir eso su boca se convirtió en una línea a la espera de la reacción de Grace.
Si la adolescente hubiese tenido algo en la boca lo hubiese escupido sin dudarlo.
-Si le sacas, ¿cuánto?-pensó unos minutos y después volvió a abrir la boca-. ¡Doce años! Él es un niño para ti.
Su tía se encogió de hombros sin saber qué decir exactamente, la chica tenía razón. Pero el corazón no atendía a razones en ese momento.