Sálvame y te salvaré

Especial #01. La primera cita I

Anne salió de casa y la suave brisa de la noche hizo que su vestido se levantara unos centímetros, haciendo que ella intentara taparse. Blake, que la veía desde el coche, dejó que una sonrisa le ocupara la cara ante esa imagen. Era la primera vez que veía a su jefa en esas condiciones y no le desagradaba en absoluto. Por su parte, ella tenía la cara roja y estaba algo tensa, aunque no tardó en relajarse al ver la infinita sonrisa de su chico.

Su chico.

Le sonaba a chino, pero le agradaba.

Entró en el coche percatándose de que se había dejado el abrigo aunque no le hizo falta decir nada ya que Blake se había encargado de prestarle su americana. Anne, la cual estaba tiritando, se puso el cinturón con las manos algo temblorosas y luego miró al chico.

-Hola.

-Hola-Blake se limitó a sonreír después de saludar.

Anne pensó en que si seguía sonriéndole así tendrían que recogerla con la fregona ya que se derretiría. 

-Vamos a Reale-anunció Anne con una sonrisa-. He reservado esta mañana. 

El chico asintió algo nervioso y sin más palabras puso rumbo al restaurante.

Reale era un restaurante elegante que estaba en las afueras de la ciudad, a una media hora en coche. Era cierto que estaba algo lejos de sus casas pero era el sitio favorito de Anne. Además era un sitio perfecto para tener una cita romántica, una primera cita romántica. Tenía tres estrellas Michelin y era bastante solicitado. Ella tenía suerte de que al frecuentarlo tanto anteriormente, había hecho amigos y siempre le guardaban alguna mesa por si le venía al gusto ir. 

-Linkin Park-susurró Blake al escuchar la canción que había empezado a sonar en la radio.

Anne se giró hacia él y le sonrió, aunque el chico no la veía directamente.

-¿Te gusta Linkin Park?-le preguntó emocionada.

El chico asintió sin quitar la vista de la carretera.

-Es mi segundo grupo favorito.

-¿Y el primero?-cuestionó ella con curiosidad.

-Queen-la sonrisa de Blake se ensanchó y empezó a tararear una canción de ellos-. I have spent all my years in believing you. But I just can't get no relief, Lord. Somebody, ooh somebody, can anybody find me somebody to love?

-Somebody to love-distinguió Anne-. Es mi canción favorita. 

-Lo sé-habló él-. Recuerda que soy tu secretario y sé todo de ti, hasta donde vas a cenar hoy-bromeó Blake a lo que los dos empezaron a reírse.

Blake llevaba siendo poco tiempo el secretario de Anne pero ya se sabía todos sus gustos, sus aficiones, los libros que le gustaba leer y su música favorita. Era su deber, casi.

-Me sabe mal que sepas tanto de mi pero yo solo sepa tu nombre-mintió ella descaradamente.

Anne se sabía todos los pasos que el chico daba al día. El enamoramiento que tenía hacía él había hecho que se centrase hasta en los gestos efímeros, los que pasan desapercibidos. Pero no era algo que podía gritar a los cuatro vientos. 

-Es mi trabajo-la tranquilizó él-. No es que te espíe.

Los dos volvieron a reír, aunque esta vez ella menos. 

Blake se dio cuenta y pensó en que lo mejor era callarse al boca.

Ella pensó en que, tal vez, observarle a través del ventanal que les separaban en el trabajo no se cosideraba espiar.

El resto del camino lo pasaron en silencio, escuchando la radio y tarareando alguna que otra canción que conocían o que, mínimamente, les sonaba. 

Media hora después llegaron al restaurante y pararon al lado de un chico joven que llevaba un uniforme de aparcacoches. 

-¿Me permite?-preguntó el joven mientras estiraba su mano en dirección al conductor.

Blake asintió y después de salir del coche, dar media vuelta por delante y abrirle la puerta a Anne para ayudarla a salir, le pasó las llaves al chico. Éste se montó en el coche y desapareció con él girando la esquina a la derecha. 

Anne cruzó su brazo con el de Blake y caminaron hacia la puerta. Los dos refunfuñaron cuando vieron la enorme cola que tenían que hacer para entrar. 

Pasaron unos cinco minutos de pie, Anne, con la americana de Blake colgada de sus hombros, no se cansaba de inhalar el olor del chico y Blake, parado ahí mirando a nada en concreto, se preguntaba si en realidad era una cita profesional. 

-¡Anne!-el grito de una mujer llamó la atención de los dos y sus cuatro ojos se clavaron en la morena bajita que saludaba a Anne desde la puerta. 

Vieron como les hacía una señal para que se acercaran y les dejaron pasar antes. 

-Contactos-susurró Anne cerca del oído de Blake al ver su cara de confusión.

Ante esa cercanía, la piel del chico se había erizado y su corazón había empezado a ir demasiado rápido. Sin querer apretó un poco más el brazo de su acompañante, de camino a la mesa, haciendo que la mujer le mirase extrañada.

-¿Estás bien?-le preguntó ella justo antes de tomar cada uno su asiento.

-Eso espero-susurró Blake para que Anne no le escuchase, aunque falló en el intento ya que escuchó la suave risa de ella.



#12012 en Joven Adulto

En el texto hay: amor, liberacion

Editado: 22.05.2019

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