Sálvame y te salvaré

23. Besos deseados y reencuentros

Aiden corría por los pasillos del instituto y sorteaba a los alumnos y profesores que le pasaban por delante. 

Era el último día de clase, bueno, el penúltimo, ya que el último era el día del baile de fin de curso y todo ese rollo que no le había hecho la más mínima ilusión hasta esa mañana. 

-¡Kyle!-gritó en cuando lo vio apoyado en su taquilla hablando con una chica-. ¿Te puedes ir un momento?-le preguntó a ella en cuanto llegó a su lado-. Es importante.

La chica refunfuñó y miró mal a Aiden para después mirar a Kyle e irse.

-La tienes bien adiestrada-habló Louis, el cual estaba llegando donde ellos junto con Laura.

Ella, ante esa frase, le pegó un codazo en las costillas y luego le regaló una sonrisa encantadora.

-Las mujeres no somos unas perras-después le dio un capón y se fue.

-Qué rápido crecen y dejan el nido-habló él mientras se sobaba la cabeza.

Los dos chicos se le quedaron mirando sin entender a qué venía la forma en la que Louis se refería a su novia pero Aiden estaba demasiado extasiado y emocionado como para hablar de ello ahora mismo. 

-Me aceptó-dijo sin más y acto seguido le dio un beso en la boca a Kyle y luego a Louis.

24 horas antes

Ya era el final del curso y Grace había podido cumplir dos de sus metas en todo este tiempo, dos bastante importantes. 

Había podido hablar con su tía y expresar todo lo que sentía respecto a su situación actual y a la anterior. Le había pedido disculpas mil y una veces y las dos habían llorado en la oscuridad de la habitación de Grace.

''-Eres la única familia que me queda y estoy dispuesta a lo que sea para no perderte porque te quiero. Sé que no estábamos unidas y en este tiempo me ha costado ver que todo lo que has hecho ha sido por mi bien y te lo agradeceré siempre.''

Todo eso le había pillado desprevenida, aun y así su respuesta estuvo a la altura.

''-Grace, cariño, no puedo imaginarme por todo lo que has tenido que pasar y todo lo que has avanzado para, por fin, abrirte a mi, pero sabía que en algún momento pasaría. Ahora eres mi prioridad aunque nadie me haya mandado la tarea de protegerte, lo haré con todas mis fuerzas. Tal vez no seas mi hija y yo no tenga experiencia con esto, pero prometo que estaré en cualquier momento que me necesites y cuando no, me apartaré para darte tu espacio.''

Desde ese momento la relación había mejorado considerablemente y eso las hacía feliz a las dos.

Su otra meta eran los estudios y esa mañana había recibido las notas de sus exámenes. No esperaba aporbarlo todo, aun así los excelentes brillaban en el papel y se echó a llorar nada más verlos. 

''-Siempre has sido una excelente alumna.''

Fue lo único que el director pudo decirle entre los sollozos de la chica. 

Ella estaba contenta con sus logros, pero aun así le faltaba uno, quizás el más difícil. 

Aiden. 

No había conseguido ningún amigo ya que todos los del instituto sabían de sus problemas y la miraban con lástima, cosa que la molestaba en exceso. Aun así eso le daba bastante igual ya que ella quería acercarse a Aiden. 

Eran las tres de la tarde y Grace se encontraba lavando los platos y escuchando música, así como cantándola a todo pulmón. 

El timbre de la casa empezó a sonar y Anne se levantó del sofá para abrir ya que sus sobrina no podía. Sus ojos se posaron sobre un Aiden magullado y ensangrentado y su expresión cambió por completo a una aterrorizada.

-¡Grace!

El grito resonó por toda la casa y la chica acudió al llamado asustada. 

La imagen que se encontró fue una que, por desgracia, había visto con anterioridad, aun así su corazón se aceleró y las lágrimas se empezaron a acumular en sus ojos. 

Se acercó a toda prisa al sofá, donde Aiden estaba sentado, e inspeccionó su rostro sin cuidado alguno. Había pasado tanto tiempo sin verle, entre el estudio intensivo y su cobardía, no había podido ni siquiera acercarse a él, pero aun y así el chico no tardó en ir hacia ella para pedirle ayuda. 

Él se quejaba por lo brusca que la chica estaba siendo pero Grace no hacía ningún caso a sus quejidos. 

-¿Tía, podrías traerme el botiquín?

La mujer no tardó en ir al baño y llevarle la caja con medicinas a su sobrina. Después, al ver que Grace lo tenía todo bajo control, fue a acabar de lavar la vajilla. 

-¿Qué te ha pasado?-preguntó Grace justo antes de posar una gasa mojada con desinfectante en la herida que Aiden tenía en el labio-. No hables-añadió justo cuando él iba hablar.

-Pero...

-Luego me cuentas-habló ella rápidamente.

Su ritmo cardíaco estaba acelerado y era consciente de que ella misma le había pedido que le contara ya, pero no estaba estable emocionalmente como para saber qué decir o hacer. Así que optó por mantener el silencio hasta desinfectar todas las heridas de su cara. 



#12013 en Joven Adulto

En el texto hay: amor, liberacion

Editado: 22.05.2019

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