Cansada.
En este momento, me encontraba tanto física como mentalmente cansada.
Los acontecimientos de las ultimas horas, seguían dando vueltas y vueltas en mi cabeza. Una y otra vez el momento donde el guardia, que se llamaba Franz, perdió la cabeza seguía repitiéndose en mi mente sin cesar, y aquellos sentimientos de rabia e impotencia me oprimían el corazón de forma desconocida.
Recordar su rostro lleno de lagrimas y moretones, el momento donde pidió ayuda desesperadamente, sentir que perdía el control de mi propio cuerpo y volverme incapaz de ayudarle.
《Es realmente inhumano.》
En mi vida anterior, jamas me había importado matar a aquellos a quienes se me ordeno, herir, torturar, lastimar, todo aquello lo podía hacer con los ojos cerrados, pero porque estaba segura de algo.
Nadie era inocente.
Por supuesto, yo trabajaba con malos que de deshacían de otros igual de malos, traficantes contra traficantes, políticos contra políticos, organizaciones contra organizaciones. Solo eran demonios peleando contra otros demonios, y aunque aquello ciertamente no era justificable, era la verdad. Incluso la doncella y el hombre lobo que mate aquí, tenían sus antecedentes e intentaron lastimar a otros.
Sabia que sin importar, a los ojos del mundo yo era una asesina, pues bueno o malo, al final fui yo quien cometió aquellas atrocidades. Cuando vine a este mundo, desee poder dejar atrás todo esto y comenzar de nuevo, pero sabia que mis manos estaban manchadas de sangre, y también sabia que volvería a mancharlas de ser necesario, ya sea para proteger a Lyna o para sobrevivir.
Entendía que quizás era la única forma.
E igual que antes, la sangre nuevamente manchaba mi destino, incluso si yo no fui quien empuño la espada, incluso si yo no estaba siquiera en el lugar donde ocurrieron los hechos, al final la culpa recaía en mi.
Quizás mi destino aqui era ser una pecadora, incluso sin cometer pecados.
Aun así, no dejaría que aquellos pensamientos me encerraran, sentir culpa o pena, no me serviría de nada, se que nunca olvidare lo que sucedió, pero tampoco puedo permitirme flaquear ahora.
《Por ello les pido perdón a todas estas almas, pero debo seguir avanzando. Aun así, no las olvidare.》
Pronto la imagen de los príncipes bañados en sangre vino a mi mente, apreté mi puño con fuerza. Keeran y Orión eran realmente los villanos aquí, los principales responsables de todo este sufrimiento y terror. Y ahora probablemente, estén desayunando como si nada.
Si, los había subestimado, ese fue un gran error. Los príncipes de Gelia eran bestias con cara de ángel, y lo peor, es que nadie puede hacer nada para detenerles, incluso los que perdieron a alguien, incluso aquellos que murieron, solo podían quedarse callados, temblando de miedo bajo el filo de sus espadas.
Yo no era un excepción tampoco, en esta historia solo soy la doncella de la protagonista, un personaje secundario que se salio de su papel.
¿Que podía hacer contra Keeran y Orión?
El plan originalmente fue salvar a Lyna, lograr que pudiera regresar a a su hogar y permitirle vivir su vida como quisiera, lejos de Gelia. Solo debía mantenerla apartada de los príncipes, aún así, jamas pensé que terminaría enredada en sus asuntos, y si bien Lyna no corría ningún peligro por ahora, yo, quien no debía, ni quería, tener algo que ver con los príncipes, termine atrapada en su locura. Y en mi situación actual, no había nada que pudiera hacer. No era un personaje necesario, y aun así parecían estar demasiado centrados en mi presencia.
Ya no podía actuar descuidadamente, incluso si la rabia que siento hacia los príncipes es enorme, incluso si lo que hicieron jamas pueda ser perdonado, no puedo simplemente desobedecerlos.
No podía mentir, no me encontraba en condiciones para volver a ver sus rostro. No por temor o angustia, sino porque realmente no me creía capaz de contener la ira que sentía.
Hablando en cuanto a poder, solo era una joven doncella sin casa ni familia, ni siquiera con un apellido propio del cual hacer uso. Una huerfana, quien no es mas que la acompañante de Lyna Equa. Frente a ellos, no tenía nada, me encontraba con las manos atadas.
Una simple híbrida sin historia, contra los príncipes de Gelia.
《No hace falta decir quien va a perder.》
Mis opciones comenzaban a agotarse, y mi sueño de una vida tranquila y en libertad, comenzaba a romperse. No supe porque llame la atención de las personas equivocadas, pero ahora debo soportarlo hasta que todo termine.
Suspire y mire mi ropa.
Pase toda la noche ayudando a cavar tumbas y a sepultar a los muertos, la sangre y la tierra manchaban el delgado camisón que llevaba puesto y la chaqueta que tenia se la entregue a una doncella que se hallaba temblando. El olor a tierra y de la acelerada descomposición de los cuerpos estaba dañando mi sensible olfato, y provocaba que arrugara mi nariz en respuesta.
Jamas había presenciado tantos cuerpos juntos, realmente me dejo una dolorosa impresión.
《No podre volver a ver sangre en un tiempo, incluso yo debo recuperarme de todo esto.》
Eran casi las ocho de la mañana, y como ya habíamos terminado, decidí que lo mejor seria volver a mi recamara y tomar un baño caliente, antes de que cause otro problema.
Sin mucha prisa me encamine hacia mi cuarto, aun los guardias no habían vuelto, por ello pude caminar sin problemas.
《Al menos eso pense .》
Cuando llegue a la puerta de mi habitación, pude ver que estaba abierta, y dentro se escuchaban pasos muy nerviosos que iban y venían.
—Maldición.—Murmure y abrí la puerta.
Cuando entre en la habitación, lo primero que vi fue a una muy nerviosa Blaine caminar de aquí para allá, cuando me escucho entrar levanto su cabeza en mi dirección. Parecía que había envejecido diez años en una sola noche, sus ojos marrones estaba rojos, y violetas ojeras se formaban debajo de estos.