Andrés de la vega
Por la mañana la resaca no me dejaba colocarme de pie todo me daba vueltas, mi boca y la garganta estaban completamente secas ¿Cómo fue que me quede con el torso desnudo? Pequeños flashes aparecen en mi mente
¡La limosnera me manoseo! Claro desea un hijo. Mi cabeza se sentía pesada.
Ahora mismo la devolveré a México, que se largue a chantajear a otro. No le importa nada con tal de sacar dinero pero conmigo está equivocada.
Me duele la cabeza. No dejaba de sentir como fluía el coñac en mis venas. Debí haber follado con la auditora y bebido menos.- frente al espejo una ráfaga de luz me hace revivir la escena de anoche.
Por Dios que asco vomite. LA VOMITE, vomite todo. Santa cachucha eres un estúpido Andresito.- me incorporo para darme un baño y quitarme el fatídico olor , no me manoseaba, ella, me limpiaba
Eres el estúpido de siempre Andrés
Baje por el elevador de cristal que tenía una vista descomunal, se podía apreciar cualquier área del hotel, era un estilo novedoso hecho por mi amigo Dante
Estaba descendiendo cuando la figura de Roberto robó mi atención, caminaba con maleta en mano dirigiéndose justo a la mesa donde desayunaba Alejandra.
¡Caray! Como demonios sucede estas escenas en mi hotel y con mi esposa. Es un cínico.- golpeo el vidrio. Él infeliz va tan sonriente y amigable, por mi parte deseaba traspasar el vidrio para llegar de inmediato hasta ellos
Mi respiración estaba agitada me encontraba atrapado en la caja de cristal.- tome aire con dificultad - ¿Cómo es que ella lograba hacerme sentir esa sensación de enojo? La aborrezco tanto que no soporto verla feliz, sentía un cejo de inseguridad y desesperación. ¿Porque demonios no soy el de siempre?
Pareciera que el maldito elevador se aliaba con ellos uniéndose al complot de ese par de granujas
Por fin las puertas se abrieron lentamente - guarde mis manos en los bolsillos del pantalón, mordí mi labio inferior y gire la cabeza desesperado. Me hervía la sangre de verla ¿cómo era capaz de sonreírle amablemente a ese granuja?
Por más que me apresure parecía me movía en cámara lenta. Solo alcance a escuchar lo último de su charla
- Desearía hacerte compañía pero debo regresar a México, mi itinerario ha terminado. Me despido deseando pronto volver a verte- ofreciéndole la mano para despedirse.
-Fue un gusto coincidir Roberto y haber tenido tu compañía
Que cojones de sinvergüenza, llegue con la respiración agitada, pose mis ojos sobre la espalda de mi acérrimo enemigo
-¡Vaya, vaya! De modo que continuas queriendo lo que es mío.- Roberto giro lentamente su cuerpo mostrándome sus estúpidos dientes que estaban a punto de caer al suelo.
Estiro su mano derecha para saludarme. Le gustaba jugar a ser el tipo perfecto pero no estaba interesado en seguirle el juego
-No necesitas seguir etiquetas conmigo, solo eres un pobre payaso fingiendo ser un caballero. Te lo advierto deja de hablar con mi ESPOSA o quieres que te rompa la cara de muñeco que tienes.
Levanto la ceja sacando una sonrisa retadora dirigió su vista Alejandra.- Con permiso Alejandra, el aire está viciado.- mientras guiñaba el ojo
-Buen viaje Roberto.- respondió la vendida un tanto nerviosa por aquella situación
-Basta.- murmure en voz baja, estaba decidido mandarlo al hospital. Pero la mano de Alejandra toco la mía intentando detenerme sus hermosos ojos azules me desarmaron
Infle mis cachetes tumbándome en la silla, Alejandra hizo lo mismo. ¿Cómo una mujer puede ser tan sinvergüenza delante de su esposo? ¡Gracias a mi ella Come, viste y respira, todo a mi dinero!
Agarro el borde de metal de la silla, de un solo movimiento la traigo a mi cuerpo y quedar frente a ella. -Deja de actuar como presidente en tiempo de elección. Ese hombre es escoria entiendes. Que sea la última vez que hablas con él…..tengo hambre que pediste de desayunar- cambie el tema Roberto no desestabilizaría mi día
Podía respirar el miedo que le causaba Alejandra, pero esa niña tiene unas agallas y esa rebeldía la hacían hablar sin doblegarse.
-Maestría, buena ropa, dinero en diversas cuentas, pero continuas siendo una persona sin educación ni modales.-
La ignore por completo y hojeé el menú.- ¿Has visto el mar y los alrededores? termino la auditoria. De manera que estoy libre
El silencio era una respuesta no aceptada por lo que deje caer mi puño contra el centro de la mesa.
Los comensales de las mesas continuas se alertaron con temor
-Te hice una pregunta acaso eres sorda- grite con fuerza
-Sí, he recorrido la ciudad pero no me interesa entablar conversación contigo.- desvió su mirada pero logre darme cuenta del cristalino de sus ojos