capitulo 13

Alejandra

Ver aquellos paisajes de ensueño.  Desde lo alto de la habitación aparecía ver una postal, la torre Eiffel, jamás imagine conocer tantos lugares, era un dulce sueño con espasmos y pesadillas al mismo tiempo. 

-¿Piensas en Roberto o en tu amante mexicano?- Sonreí, ante el infantil argumento de celos que me presentaba, me sentí triunfante al hacerlo creer que deje un amante en México.

Soltó una carcajada y apretó fuerte la mandíbula que los dientes chasquearon. Se plantó frente  a mí y esperó unos segundos.- lástima que sea tan pobre que no pueda acompañarte mírame.- Se apuntó de la cabeza a los pies.- el amor de mi vida viajo a mi lado… es tan emocionante viajar con la esposa y la amante al mismo tiempo. Soy privilegiado.

Tome aire lentamente mientras contaba lento.-Deseo que seas más feliz, ve a dormir con tu amante, sería el regalo perfecto para tu esposa, a ella no le importa dormir sin ti.

No articulo palabra su rostro enrojeció, colgó mi brazo contra la pared atrincherándome, emparejo nuestros rostros, Clavo sus ojos en los míos y mordió su labio. Desvío la mirada hacia mis labios y después vuelve a subirla. -Crees que soy idiota sabes que el estúpido de Roberto esta en este hotel para eso te dio un celular, él está acostumbrado a recoger migajas debe tener la intensión de ponerse en contacto contigo y así puedas pasar a su habitación cuando yo me marche.- me soltó sutilmente.

- Estas enfermo de maldad.-

- Eres ingeniosa dejas uno en México para divertirte con otro en parís. ¡Vaya Pilla! Eres tan o más lista que yo.- tomo un toalla para sumergirse en la bañera, atreves de la puerta continuaba gritando.- No, no te dejare sola, soy el único que puede disfrutar a dos mujeres.- después de un leve silencio, continuo gritando.--¿Cómo diablos se enteró Eleny de la hora de nuestro vuelo? esa debió ser una maldita jugada de tu amado Roberto.

Lo ignore por completo si él no lo sabía, mucho menos lo iba saber yo. Ese no era mi problema. Salí de inmediato de la habitación ansiaba ver la ciudad, estaba cansada pero mi curiosidad era mayúscula  de modo que baje para caminar un poco frente al hotel, estaba una plaza enorme que comunicaba con la torre,  ahí había gente disfrutando del  pasto, parejas  platicando, grupos de amigos sonriendo, todo era maravilloso a mis ojos.

Andrés de la vega

Salí envuelto en la toalla, como ya era mi costumbre me importaba un comino si la hacía sentir incomoda, no cambiaría por nadie y menos por ella mis hábitos.

Recorrí el cuarto con la vista, buscaba su silueta reflejada en cualquier rincón, todo estaba callado fue cuando atreves del ventanal me pareció ver la figura de Alejandra, en efecto era ella que caminaba por la plaza

Pero que le pasa a esta mocosa.- me  vistió apresuradamente para salir y darle alcance.

Ella corría con los brazos abiertos como cabra loca.  Se detuvo cerrando los ojos y sintiendo la suave brisa y el aroma a tierra mojada por la fuente.

Continuo desbocada para dejarse caer sobre la banca del jardín su mirada infantil de pronto lucio perdida de nuevo, cerro el azul de su mirada como queriendo guardar las imágenes en su mente. Me acomode a su lado sin hacer ruido

 Inmediatamente su instinto de protección se activó abriendo sus ojos topándose conmigo. Al verme se arrastró de lado contrario para no sentirme cerca y evitar tener contacto, dejando ver un gesto de desagrado.

-¿Qué haces aquí?-pregunte, como si minutos antes no hubiera despotricado contra ella   - ¿sucede algo? ¿Está todo bien?

-Todo está bien.- mientras soltaba un respiro y ponía los ojos en blanco  

-Tu cerebro esta en blanco o pensabas en alguien.

-Soy una persona solitaria, me encanta mi soledad no necesito pensar en nada ni en nadie ¿porque siempre haces las mismas preguntas?

-De manera que eres solitaria. Quizá es difícil soportarte por esas razón estas sola.

-Porque te empeñas en seguirme para molestarme. Lo que debes hacer es pasear, disfrutar la vida, tomar su mano y caminar o correr junto a tu novia amada y dejarme a mí en paz. 

-Ella no entra en discusión, igualmente yo sabré a quien buscar o molestar.

-Como buen novio tu lugar es junto a ella. Deberían cenar juntos, dormirte en su regazo. Ya que siempre son tan apasionados

-¿Estas celosa? -sonreí acercándome a ella aun sentado en la banca

-No podría sentir celos de ella, para mí es un alivio saber que tu tiempo libre lo pasaras junto a ella. ¡Claro! que el mejor regalo seria que durmieras a diario en su habitación, no tienes idea como lo agradecería.

-¡Lástima! Esos deseos no son fáciles de cumplir ni con la lámpara de Aladino…Dejemos de discutir solo un segundo. Caminemos un poco antes de pasar a cenar.- es la ciudad del  romance.- tome delicadamente su mano para llevarla hacia la torre Eiffel pero retiro su mano  con rapidez para levantarse inmediatamente y dirigirse de nuevo rumbo al hotel.

-Me siento cansada y con frio regresare a la habitación.