Cuando Sanemi despertó estaba bañado en sudor, las manos le temblaban y su respiración que siempre mantenía controlada estaba ahora desbocada: otra vez había tenido la misma pesadilla…pero esta vez había algo más.
Había soñado con la muerte de sus hermanos a mano de su madre, siempre que soñaba aquello se veía a sí mismo como un niño y trataba de correr para impedir el siniestro, pero no llegaba a tiempo…. Luego vio a su hermano Genya morir en sus brazos… otra vez la impotencia de no poder hacer nada… pero esta vez soñó con ____ ella estaba tendida en la cama muy enferma y la veía morir sin poder hacer nada… ¿Porque ahora soñaba con ella? Se preguntaba el peliblanco. Trato de despejar su mente así que se puso en pie y fue a la cocina a buscar algo de agua. Se asomó por la ventana y comprobó que estaba amaneciendo, era inútil volver a la cama, ya no podría dormir de nuevo. Se vistió y decidió ir a ver a los hermanos para sacarse la intranquilidad de encima, de seguro ya estarían despiertos también. Cuando llego al hogar le atendió el pequeño y le dijo que su hermana había ido a buscar trabajo, que ya no podía quedarse sin hacer nada, ya se sentía mejor.
Gruño molesto. Otra vez ella se está sobre exigiendo, hace solo unos días estaba en cama enferma, aun no estaba recuperada de seguro. Decidió ir a buscarla para regañarla.
No le costó mucho encontrarla, estaba hablando con una mujer en una casa cercana, le estaba dando una gran bolsa de ropa que lavar y ella con una gran sonrisa le agradecía. Ella siempre sonreía. Cada vez que la veía sonreír Sanemi sentía algo en su interior, algo como un dolor de estómago, no estaba seguro, no sabía explicarlo, pero no era desagradable, al contrario… Decidió seguirla desde lejos, para no asustar a la gente ya que en el pueblo todos pensaban que él era un matón, pero no le importaba, seguiría mostrando orgulloso sus cicatrices de batalla. Paso por varias casas y en cada una le daban una bolsa más de ropa, ya pronto no podría cargarlas todas y Sanemi se estaba impacientando “¿Hasta cuándo piensa parar esa idiota?” se preguntaba.
En el último lugar de su recorrido se detuvo en un almacén pero no para comprar, llamo a la puerta y un joven de la edad de ella salió a atender, era el hijo de la dueña, Sanemi pudo darse cuenta que el joven se sonrojaba al verla y eso le molesto, decidió acercarse sigilosamente para oír la conversación. Con agilidad salto hasta el tejado de una de las casas linderas, corrió hasta estar lo suficientemente cerca y poder oír lo que hablaban.
Sanemi que había escuchado toda aquella conversación estaba apretando los dientes abrumado por la ira que sentía. No pudo tolerar más aquella situación y se marchó saltando por los tejados hasta llegar a un lugar donde nadie lo viese. Luego corrió hasta llegar a orillas del rio donde siempre entrenaba y tomando su espada nichirin comenzó a cortar a diestra y siniestra árboles, rocas, troncos, todo lo que este a su paso.
¿Porque estaba tan molesto? ¿Que tenia de malo que un chico le proponga matrimonio a ______? Es exactamente lo que esos hermanos necesitan, que ____ consiga un esposo con el cual formar una familia, que le dé seguridad y pueda formar un hogar… Entonces ¿Porque de solo pensar en ese sujeto tomando las manos de _____ ya ardía en ira?
Normalmente cortar cosas lo ponía de buen humor, pero esta vez no podía calmarse. Si fuese por él podría haber seguido todo el día, pero a los pocos minutos se detuvo contemplando su desastre y, aun molesto de no entender porque estaba tan enojado, enfundo su espada y se echó en el suelo mirando el cielo.
¿Qué le diría Masachico? Pensó.
De seguro que era un idiota, si, seguramente eso.
Echaba de menos a su amigo, aun habiendo pasado años de su muerte seguía extrañando hablar con él, siempre daba en el clavo con lo que le ocurría, como si adivinara, y le daba consejos aunque él no los pidiera, aunque le era molesto siempre resultaba tener razón. Nadie jamás le tuvo tanta paciencia con su forma de ser… excepto ______, ella también lo entendía y hablaba con sinceridad aunque él no fuera sincero nunca. Quizá por eso le molestaba tener que verla caminando al altar en manos de otro hombre… quizá no quería que otro ser querido se alejara de su vida…
Pero Sanemi también sabía que esto era lo más correcto, él solo tenía 3 o 4 años más de vida solamente, puesto que haber despertado las marcas hacia que el cazador no viviese más allá de los 25 años. ¿Cómo podría formar una familia sabiendo que luego los abandonaría a su suerte? El no quería eso… sabía que lo mejor era pasar los últimos años de su vida en paz y no involucrarse con nadie, de esa forma ya no sufriría más…