Sana las heridas de mi corazón-Sanemi Shinazugawa x lectora

Capítulo 7

El día de ayer Sanemi no apareció, y hoy tampoco. Lo estuvimos esperando mucho tiempo pero no vino al lugar donde solíamos encontrarnos, en su lugar había dejado pura destrucción con lo que, según mi hermano, era su estilo de pela con espada. Esto me tuvo intranquila todo el día… ¿y si le paso algo? ¿Algún viejo enemigo lo busco para matarlo y lucharon ferozmente? ¿Y si está herido en algún lado sin nadie que lo ayude? No puedo quedarme así, necesito encontrarlo. Pero… ¿dónde buscarlo? Realmente no conocía mucho de aquel hombre, pero no dejaría que eso me detuviera.

Esa misma tarde salí a preguntar a la gente del pueblo acerca de Sanemi, puesto que no sabía dónde vivía:

  • ¿Ha visto a un hombre alto, de cabello blanco, cubierto de cicatrices y que tiene cara de enojado todo el tiempo?- preguntaba a la gente

Casi todas las respuestas fueron que no, excepto la última, un anciano que se la pasa sentado en el frente de su casa mirando a la gente pasar me dijo que vio un chico así, que vive en una casa abandonada hace mucho y me indico donde era.

Le agradecí infinitamente al señor chusma haciendo reverencia, y fui por ese camino. Mientras lo hacía tuve la sensación de que alguien me estaba siguiendo, pero no pude ver a nadie, por momentos tenía la sensación de que me estaban mirando el trasero lo que me puso más nerviosa y empecé a caminar mas rápido.

Al seguir las indicaciones pude encontrar la casa, tenía un aspecto descuidado, al menos en el exterior, me acerque y respirando hondo toque la puerta una vez… nadie respondía. Volví a intentar una segunda vez, esta vez golpee más fuerte, oí unos sonidos en el interior pero nadie salía a responder.

¿Y si está mal herido en el interior? ¿Desangrándose, arrastrándose por el suelo sin fuerzas para venir a abrirme?

Te dejaste llevar por la preocupación y volviste a golpear la puerta con más fuerza y gritando:

  • ¡Sanemi San! ¿Está ahí? ¡Sanemi San respóndame por favor!- Estabas tan concentrada golpeando y gritando que no oíste las pisadas del interior acercándose a la puerta.
  • ¡¿QUIEN DEMONIOS VIENE A MOLESTAR?!- Grito aún más fuerte Sanemi al abrir la puerta, estaba con el cabello mojado, el torso desnudo y solo lo cubría una tolla de la cintura para abajo.

Al verse ambos quedaron sorprendidos, pero tú más. Te sonrojaste a sobremanera y te cubriste la cara con las manos avergonzada aunque él no parecía estarlo en absoluto.- ¿Qué haces tú aquí?- pregunto el albino.

  • Yo… yo lo… lo siento Sanemi san…. Es que… yo pensé que….En realidad….- inventaste una excusa - Es que Josh estaba preocupado porque no vino ni ayer ni hoy a entrenarlo y yo…. vine a ver como estaba.- El musculoso hombre frente a ti no dijo nada, se quedó en silencio.- Pe… pero como veo que está bien ya me marcho. Adiós señor Sane….
  • ¡Espera!- Dijo el albino a lo que te detuviste en seguida, - Yo…. Tenía que resolver unos asuntos…
  • Ya veo… Disculpe por venir a molestarlo, yo solo estaba preocupada de que algo le hubiera pasado… es solo que… aunque fueron solo 2 días… sentí que mi familia estaba incompleta…- el albino se tensó al oírte decir eso, se  acercó y puso su mano en tu cabeza.
  • Tonta, no es eso.- dijo mientras te despeinaba un poco,- Olvídalo ya.- ordeno- Mañana estaré en el lugar de siempre. – tus ojos se llenaron de alegría al oírlo decir aquello. Y Agregó,- Pe…pero más les vale llegar temprano y no hacerme perder el tiempo.
  • ¡Claro que no Sanemi san! ¡Se lo agradezco mucho! ¡Lo veré mañana!- dijiste mientras te alejabas y saludabas con las manos. –Ah y vístase antes de que pesque un resfriado.
  • ¡Cállate idiota!- grito cerrando la puerta bruscamente.

 Mientras volvías a tu hogar sonreías como una tonta, ese hombre te hacia inmensamente feliz de solo verlo… si él hubiera sido quien te hubiera propuesto matrimonio hubieras aceptado sin dudarlo.

De pronto recordaste la vista que tuviste del ex cazador recién salido de bañarse y te sonrojaste… Tenía más cicatrices en el cuerpo de lo que creías, aun así era muy apuesto y estaba en buena forma…

  • ¡Oh dios, debo dejar de pensar en eso! – te retaste mentalmente mientras la gente que pasaba por la calle veía como te cubrías la cara y movías la cabeza de un lado a otro, pero no entendía nada.

 

Mientras tanto…

Sanemi  había cerrado la puerta y se disponía a continuar con su baño, la presencia de la joven ____ en su hogar lo sorprendió. No creyó que le preocupase su ausencia uno o dos días mientras aclaraba sus ideas, pero oírla decir que sin él su familia estaba incompleta lo descoloco… Aunque él también los extrañaba se había propuesto volverse más distante con los hermanos… ya que, si ella se casaba con otro hombre, él solo sería un estorbo, tenía que empezar a tomar distancia… Sin embargo ahí estaba Sanemi, tratándola cariñosamente y prometiéndole verla mañana. Se golpeó la cara por haber sido tan estúpido y haber hecho exactamente lo contrario de lo que se había propuesto.

Mientras pensaba en todo esto volvió a oír que golpeaban la puerta, quizá sea ____ de nuevo que olvido decir algo.

  • ¡Ahora que olvidaste, Tonta!- grito antes de abrir la puerta, pero cuando al fin lo hizo se sorprendió en gran medida, mucho más que antes. Una figura conocida se hizo presente ante él. –Tu… ¡¿Qué demonios haces aquí, Usui?!
  • Oye, ¿así tratas a tu ex compañero de armas?- dijo el peliblanco  mientras hacia una pose extraña.- ¿No recuerdas que te invite a las aguas termales con migo y mis esposas? Como no has venido decidí venir a buscarte.

A Sanemi no le agradaba la idea de compartir aguas termales con Usui y sus esposas, como no podía responder para rechazarlo ni siquiera asistió.

Inhalo profundo, se rindió a la idea de que su día no terminaría tranquilamente como esperaba, se corrió a un lado de la puerta para dejar pasar al ex pilar del Sonido.

  • Pasa.- Usui entro al hogar del malhumorado ex cazador, miro todo de arriba abajo  y ante la falta de muebles y decoraciones en las paredes exclamo.
  • ¡A este lugar le falta extravagancia!
  • Es lo que hay…- respondió Sanemi mientras se vestía.- Es inútil comprar muebles, al cabo de unos años ya no estaré aquí…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.