Mi calzado, resonaba en el marmoleado suelo blanco del largo pasillo por el que caminaba, a un ritmo lento. La verdad es que siempre me tomaba mi tiempo para ir a todas partes, pero hoy iba anormalmente lento. Las ventanas de la pared a mi izquierda dejaban que la luz penetrara en el pasillo, largo y totalmente vacío, haciendo que brillará de una forma muy intensa, así que entrecerraba los ojos.
Aparecieron ante mí dos guardias con uniformes totalmente negros, y peinados repletos de gel para que no hubiera ni un cabello fuera de su lugar. Ambos protegían un par de puertas de aspecto imponente hechas de madera que se curveaban en la parte superior.
Los guardias me miraron con desdén, pero no me impidieron el paso, sabían que había sido llamado a ese lugar. La habitación al otro lado era muy grande, tenía un fuerte olor a habanos y contaba con una alfombra de un rojo brillante en el suelo, sobre el cual había sillas de madera oscura y un escritorio del mismo tono. También había muchas estanterías llenas de libros, y la luz que había en la habitación provenía de un ventanal de grandes dimensiones, por el cual se veía una ciudad con un aire de inicios del silgo XX, algo anticuada.
El hombre regordete que tenía un peinado similar al de los guardias de la entrada, sentado detrás del escritorio, era el coordinador de investigaciones sobre objetos perdidos. Me había citado con una carta que me llegó hacia pocas horas, en un sobre con la leyenda de importante. Me habían asignado una misión sobre encontrar un objeto mágico perdido, que había sido robado semanas atrás y ahora estaba en el mundo normal rondando por ahí. Aunque la carta describía la situación de forma general, tenía que reportarme para que me dieran los detalles específicos sobre el objeto y la misión.
—Buenos días cadete —su tono era frío y autoritario como el de cualquier adulto con un cargo importante.
—Buenos días, señor, he recibido la carta así que vengo por los detalles de la misión.
—Bien, la situación es que el objeto perdido es un anillo del capricho, y cayó en manos de una jovencita, así que la situación es algo complicada.
Los anillos del capricho son artefactos que generalmente escogen a un portador o hacen un pacto con este, y no se desprenden de él hasta que el dueño no tiene el deseo sincero de dejar el objeto o de quitárselo para siempre. Suelen ser muy molestos porque se sujetan a gente con alguna debilidad o deseo, y quitarlos es un martirio.
—Entonces he de suponer que necesita que lo recupere señor —mire al rechoncho hombre mientras este escribía y firmaba algunos papeles fumando un habano.
—Efectivamente, aunque no es un objeto de gran valor este cayó en manos de un normal, así que necesitamos quitárselo rápidamente sin destruirlo de ser posible. Según tengo entendido le pertenece a una mujer de un clan mágico de renombre.
Bien, en resumen, no había alguien que quisiera poner el pellejo en peligro para recuperarlo de la chica normal, y traerlo sin romperlo: porque de ser así, seguramente ganarían el odio de un clan mágico, pero tratándose de mi todo eso daba igual, ya fuera que recuperará el anillo o no.
—Entiendo señor, partiré cuanto antes, pero necesito algunas cosas de mi cuarto. He de suponer que me darán un lugar en el mundo normal donde quedarme.
—Está bien recoja lo necesario y le daré una lista con instrucciones y dinero para la recuperación del anillo, y si, le daremos un lugar donde quedarse, aunque debo decirle que lo más seguro es que tenga que inscribirse en un colegio normal, para que sea más fácil obtener el anillo.
—Está bien señor cumpliré con la misión.
Bien la situación no era complicada, pero si molesta y algo aburrida. Tenía que recuperar un anillo caprichoso de una chica normal; por lo que iría a una escuela normal, dormiría en el mundo normal, no odiaba eso del todo, pero me molestaba que me dieran esta misión por mis antecedentes, aunque ya era común para mí. Fui a hacer una maleta con ropa básica, algunos viales de hierba para maná y otros para sangre. También guardé algunos libros de demonología y otros para el aburrimiento.
Tenía la esperanza de que esta misión fuera rápida por tratarse de un anillo con un demonio en su interior, podía convencer o intimidar a los demonios por mi afinidad con ellos, y esa era una de las razones por las que fui asignado a esta misión, pero aun así era molesto ser el tipo que siempre lidia con las cosas que tienen que ver con demonios. Quizá si fuera otro tipo de misión en el mundo humano, disfrutaría más de estar en un ambiente menos hostil, pero creo que este no sería el caso.
Había abordado un autobús a las 6 de la mañana desde una ciudad principal luego de usar las puertas de cruce. Puertas que conectaban el mundo mágico con el normal, pero solo podía usar una cantidad limitada y todas daban con lugares o ciudades importantes, por lo que necesitaba usar un transporte común para llegar hasta la ciudad pesquera que quería.