Lucas corría a toda velocidad por el oscuro túnel, siguiendo de cerca a sus padres, Alejandro y Sofía. Su respiración entrecortada y el latido de su corazón eran lo único que rompía el silencio, mientras se alejaban a toda prisa de la amenaza que los acechaba.
"¿Qué está pasando?" jadeó Lucas, sus piernas comenzando a protestar por el esfuerzo.
"Esa organización que te hemos mencionado nos ha encontrado," respondió Alejandro, sin dejar de correr. "Debemos ponerlos a salvo a ti y a tu madre."
Lucas sintió un escalofrío de miedo recorrerle la espalda. Esa misteriosa organización lo buscaba por sus poderes únicos de hombre lobo. ¿Qué harían si lograban capturarlo?
Sofía se acercó más a Lucas, apretando su mano con firmeza.
"No dejaremos que te lastimen, mi niño. Alejandro y yo te protegeremos."
La determinación en la voz de su madre le dio a Lucas un poco de consuelo, pero aun así no podía evitar sentirse abrumado por todo lo que estaba sucediendo.
De repente, una luz brillante iluminó el túnel, y Lucas pudo distinguir una puerta al final del pasillo. Alejandro aceleró el paso, empujando a Sofía y a Lucas hacia adelante.
"¡Rápido, por aquí!"
Cruzaron la puerta y se encontraron en lo que parecía ser una antigua estación de metro, la luz filtrándose a través de las ventanas rotas. Alejandro cerró la puerta detrás de ellos, bloqueándola con una barra de metal.
"Tenemos que mantenerlos a raya," jadeó, sus ojos brillando con preocupación. "No sé cuánto tiempo podremos resistir."
Lucas miró a su alrededor, el pánico creciendo en su pecho. El lugar estaba lleno de escombros y basura, y parecía haber sido abandonado hace mucho tiempo. ¿Cómo iban a defenderse de esa organización?
Sofía se acercó a Lucas y lo abrazó con fuerza.
"Tranquilo, mi amor. Estamos juntos en esto. Vamos a encontrar la manera de escapar."
Lucas se aferró a su madre, tratando de calmar los latidos desbocados de su corazón. Quería creer en sus palabras, pero el miedo lo estaba consumiendo.
De pronto, un estruendo proveniente de la puerta los hizo sobresaltarse. Alejandro se colocó frente a ellos, adoptando una posición de ataque.
"Ya están aquí," gruñó, sus ojos brillando con un destello dorado.
Lucas observó, fascinado y aterrorizado, cómo el cuerpo de su padre se transformaba. Sus rasgos se alargaban, su piel se cubría de un grueso pelaje y sus uñas se convertían en garras afiladas. En cuestión de segundos, Alejandro se había transformado en un imponente hombre lobo.
La puerta se abrió de golpe, y un grupo de hombres armados irrumpió en la estación. Lucas se encogió detrás de Sofía, que también había adoptado su forma de loba, lista para defender a su familia.
Los hombres abrieron fuego, y Lucas se estremeció al escuchar el estruendo de las balas. Alejandro y Sofía se lanzaron al ataque, esquivando las balas con una agilidad sobrenatural y arrojándose sobre sus enemigos.
Lucas observaba la escena, aterrorizado pero fascinado. Podía sentir el poder que emanaba de sus padres, la ferocidad con la que luchaban para protegerlo. Y de pronto, una voz resonó en su cabeza.
"Lucas, debes transformarte. Necesitamos tu ayuda."
Era la voz de Alejandro, pero distorsionada y profunda, como un gruñido.
"¿Cómo?" susurró Lucas, sintiendo el pánico apoderarse de él.
"Céntrate en tu instinto, en tu naturaleza de hombre lobo. Deja que el poder fluya a través de ti."
Lucas cerró los ojos, tratando de bloquear el caos que lo rodeaba. Poco a poco, sintió cómo su cuerpo comenzaba a cambiar, una energía desconocida recorriendo sus venas. Cuando volvió a abrirlos, el mundo se veía diferente, más nítido y definido.
Se miró las manos y vio que sus uñas se habían convertido en garras. Podía sentir la fuerza fluyendo a través de él, una fuerza que le daba la confianza que necesitaba.
Sin pensarlo dos veces, Lucas se lanzó a la batalla, uniendo sus esfuerzos a los de sus padres. Juntos, los tres hombres lobo hacían un frente imparable, esquivando balas y derribando a los hombres armados que los acechaban.
Lucas se sorprendió de la facilidad con la que se movía, de la potencia de sus golpes. Era como si su cuerpo supiera exactamente qué hacer, guiado por un instinto que hasta ahora había permanecido dormido.
En medio de la batalla, Lucas vislumbró una puerta al fondo de la estación. Alejandro, que parecía leer su mente, asintió con la cabeza.
"¡Vayan, nosotros los mantendremos a raya!" gritó, lanzándose sobre otro de los enemigos.
Sofía tomó el brazo de Lucas y lo jaló hacia la puerta.
"¡Corre, mi niño! ¡Nosotros te alcanzaremos!"
Lucas dudó por un momento, pero la determinación de sus padres lo convenció. Corrió hacia la puerta, sintiendo cómo el poder de su transformación lo impulsaba cada vez más rápido.
Al cruzar el umbral, Lucas se encontró en un túnel oscuro y abandonado. Sin perder tiempo, continuó corriendo, sabiendo que sus padres harían todo lo posible por reunirse con él.
Ahora que había despertado su naturaleza de hombre lobo, Lucas sabía que nada ni nadie lo detendría. Iba a sobrevivir, y encontraría la manera de volver a reunir a su familia, sin importar los obstáculos que se le presentaran en el camino.
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Editado: 16.05.2024