Sangre Dorada

La Pérdida de Sara y Robert Del Castillo

Capítulo 6

 

Llegué a mi casa como de costumbre, saludé a mis abuelos que son como mis padres, desde que tengo memoria siempre han sido ellos para mí, me lo han dado todo a mi y es algo que voy agradecer siempre. Me senté a cenar y disfrutamos de una excelente plática entre familia. 

-¿Cómo te fue hoy mi niña?- pregunta la doña que sirve una ensalada de vegetales. Adison observa con mueca la ensalada. -Ya se qué no te gusta la ensalada, pero debes cuidarte-. El don se ríe. 

-Si mi niña, como sabrás en cualquier momento vas a tener ese poder que tanto has anhelado, desde pequeña hablabas que querías ser una gran vampiresa- riéndose acordando aquello. 

-Si abuelo, me acuerdo clarito de ese momento- responde Adison algo vacilante en su voz, pero en su interior sabe que ha descubierto su poder y aún no le diría a sus abuelos para no tener que preocuparlos.

-Seras una gran mujer hijita mia- le dice su abuela acariciando su mejilla, esa sensación al tacto la hizo estremecerse sientiendo un frío tremendo en todo su cuerpo, una sensación extraña como si su abuela estuviera despidiéndose, así lo sintió ella. 

-Me verás madre siendo una gran mujer- respondí abrazándola como si fuese el último dia. 

Después de terminar la cena subí a mi habitación y lanzandome a mi cama me acosté a pensar por breves minutos todo lo que había pasado en el día, Percy y las palabras que dijo no parece él cuando lo había conocido hace tiempo atrás pero sin duda sus palabras le dolieron, decidió no quitarse el brazalete como el, lo llevaría consigo siempre como recordatorio, suspira y entre tanto se deja dominar por el sueño, pero al instante la cama se siente fría, el ambiente se siente frío y decide despertar encontrandose con una realidad o un sueño distinto, su abuela yace muerta en la pastosa grama, sus ojos están abiertos y su piel grisácea, ella se acerca para tocar la humeda mejilla por las lágrimas que había dejado caer, no entiende en ese preciso instante que está sucediendo, solo puede sentir el frío que emana todo su cuerpo, se levanta buscando a su abuelo, la densa neblina cubría lo que era su vista, los árboles ni se podían notar, de inmediato un acto seguido por una hechicera de cabellera larga le abre paso a verla desapareciendo la densa neblina, teniendo en su merced a su abuelo con su mano detrás de la espalda introduciendo más adentro hasta tocar su corazón, aún con vida está decide apretarlo un poco para darle una cierta molestia haciendo que el señor se queje un poco.

-Sueltalo- sugiere Adison acercándose lentamente hacia ellos, -Deja a mi abuelo en paz, no querrás verme molesta a mí también- amenaza, pero en su interior siente el miedo recorrer por el simple hecho de que el ser que más ama está entre la vida y la muerte. 

-Deberias saber que un simple movimiento que tú hagas, es un simple movimiento que yo saque su corazón y puffs deje de latir- responde la hechicera muy tranquila. -Esto es solo un sueño el cual vas a despertar muy pronto- dice, pero esta vez decide apretar un poco más el corazón del valiente abuelo, pudiera defenderse cosa que Adison estaba esperando ya que es un vampiro de tantos años de edad y tiene la fuerza suficiente, lo que no sabe la vampiresa preocupada es que la hechicera tiene un poder de inmovilizar a cualquier inmortal que se cruce en su camino, por lo tanto su abuelo es una presa fácil sin movimiento alguno. 

-¿Que quieres?- pregunta con la intención de llegar a un acuerdo. 

-Los vientos soplan rápido que llegó a mi una cierta información interesante- informa desde unos metros de distancia sin mantener fuera sus agresivas manos del señor inmóvil. -Un poder muy peculiar tienes tu- indica, -Una descendiente de la era del hielo- El abuelo de Adison al escuchar cada palabra de su enemiga abre los ojos de par en par, sin poder hablar y sin poder mover un músculo, un estado vegetal completo. 

-No se de qué estás hablando- contesta Adison, sabe que se refiere a su poder, pero no tiene idea de cuál es la descendencia. Su mejor amigo no pudo haberla delatado, esto va más allá de cualquier persona, alguien más la observó mientras estaba en el muelle de la laguna, piensa así misma de como pudo ser tan descuidada. -Solo quiero que lo dejes vivo, incluso puedes hacer conmigo lo que te plazca- sugiere firme. 

Pero los planes de la hechicera son otros, para que Adison pueda aumentar de poder a uno más frío y descontrolado, debe ser alimentado de dolor y sufrimiento, su objetivo es hacerla intocable, amenazante siendo la más importante sin sentimiento alguno, un corazón convertido en hielo. Escuchando cada palabra de la joven no hace más que ignorarla sacando el corazón del vampiro de un solo golpe mostrándole como poco a poco deja de latir. 

-NOOOOO! ABUELOOOOO- grita frenéticamente y con su habilidad vampirica lo sostiene antes de que caiga al suelo, los minutos fueron rápidos y precisos que no pudo decir ni una sola palabra, en el fondo sabía muy bien que sus dos seres la amaban con toda su alma sin que está pudiera escucharlo. Sus lágrimas no paraban de caer, de la vista ya no se encontraba la hechicera. Cierra y abre los ojos y sigue en el mismo lugar tan aterrorizante para ella, se levanta dejando salir un ahogo enorme y en eso un estallido de hielo como si fueran vidrios punzantes atraviesan los enormes árboles haciendo cortes en ellos, uno que otros cayeron al suelo, abriendo paso al caos de su poder, se deja caer sin fuerzas y energías desmayandose en el acto, la hechicera negra observa todo desde un punto ciego para ella, feliz por lo que ha despertado en Adison decide acercarse, le acaricia sus mejillas pálidas. 



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En el texto hay: vampiros, brujas, amor

Editado: 13.11.2021

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