Sangre Eterna

Capítulo 27: La Revelación de la Sombra

La tranquilidad del refugio fue interrumpida por un profundo silencio que caía como un manto sobre la comunidad. A medida que pasaron los días, la atmósfera se volvía más pesada, como si la oscuridad se estuviera acumulando en el aire. Luna, Adriel y los guerreros habían trabajado incansablemente para prepararse, pero en sus corazones había una inquietud latente.

Esa noche, mientras la luna llena iluminaba el bosque, un grupo de guerreros se reunió en el claro frente al templo para realizar un ejercicio de defensa. Luna y Adriel estaban al frente, impartiendo instrucciones.

—Recuerden, la clave es mantener la concentración y estar en sintonía con su luz interior —dijo Luna, su voz resonando en el aire fresco.

De repente, un grito desgarrador rompió el aire, proveniente del borde del bosque. Luna sintió como si su corazón se detuviera. Sin pensarlo dos veces, ella y Adriel corrieron hacia el sonido, seguidos de cerca por los guerreros.

Al llegar al lugar, se encontraron con un grupo de guerreros caídos, su luz apagada, y entre ellos estaba Selene, en pie, luchando contra una figura oscura. La figura era alta y enigmática, envuelta en sombras que parecían moverse como si tuvieran vida propia.

—¡Selene! —gritó Luna, mientras corría hacia ella. La oscuridad que la figura proyectaba era abrumadora, y el aire se volvía denso con cada paso que daban.

Selene estaba atrapada en un combate feroz. La figura oscura parecía disfrutar del caos que había creado. —¡No! ¡Detente! —gritó, pero la sombra se abalanzó sobre ella.

Adriel se adelantó, canalizando su energía y lanzando un rayo de luz hacia la figura. —¡Suelta a Selene! —gritó, mientras la luz iluminaba brevemente la oscuridad.

La figura se volvió hacia ellos, revelando un rostro demoniaco, con ojos que brillaban como brasas y una sonrisa cruel que mostraba colmillos afilados. —¿Realmente creían que podrían esconderse de mí? —su voz resonó como un eco de pesadilla.

Luna sintió un escalofrío recorrer su espalda. —¿Quién eres? —demandó, tratando de ocultar el miedo que le oprimía el pecho.

—Soy Noctis, el eco de la oscuridad. He venido a reclamar lo que me pertenece. —Con un gesto de su mano, la oscuridad se intensificó, rodeando a los guerreros y opacando la luz que habían cultivado.

Selene luchaba con fuerza, pero la sombra la mantenía cautiva. Luna, con la determinación ardiendo en su interior, avanzó hacia Noctis. —¡No permitiré que te lleves a Selene ni a nadie más!

Noctis soltó una risa profunda, que resonó en el aire. —¿Acaso crees que tu luz puede desafiarme? He visto a muchos caer ante mí.

Con un grito, Luna alzó sus manos y comenzó a canalizar toda su luz. Adriel se unió a ella, y juntos crearon un campo de energía brillante que repelió la oscuridad. Los guerreros, viendo la determinación de sus líderes, se unieron a ellos, formando un círculo de luz.

—¡No dejen que se apague! —gritó Adriel, su voz llena de fervor.

La luz comenzó a brillar con más intensidad, pero Noctis no se dejó intimidar. Con un movimiento brusco, lanzó sombras contra el círculo, buscando debilitar su energía. Luna sintió cómo la presión aumentaba, como si la oscuridad intentara absorber su luz.

—¡Conéctense! —gritó Luna, sintiendo cómo la energía de sus compañeros empezaba a desvanecerse. —¡No se separen!

Mientras luchaban, la figura oscura intentó romper el círculo, atacando a cada guerrero uno por uno. Luna vio a uno de sus amigos caer, su luz apagándose. La desesperación la invadió, pero en ese momento, recordó el consejo de Orion: la luz es más fuerte en unión.

—¡Ahora! —gritó Luna, mientras alzaba su mano al cielo. Con todo su ser, envió un rayo de luz hacia el centro del círculo.

La energía iluminó a todos los guerreros, llenando el aire con un resplandor dorado. En ese instante, Selene se liberó, aprovechando la distracción y liberando su propia energía. Juntas, canalizaron su luz hacia Noctis.

La sombra comenzó a tambalearse, retrocediendo ante la fuerza que estaba enfrentando. —¡No puede ser! —gritó Noctis, sintiendo cómo la luz lo abrumaba.

Con una explosión de energía, Luna y Selene enviaron un chorro de luz hacia la figura oscura. El impacto fue devastador; las sombras se disolvieron y Noctis se desvaneció en el aire, dejando solo un eco distante de su risa.

La comunidad exhaló un suspiro de alivio, pero la victoria tuvo un costo. Muchos guerreros estaban heridos, y la sensación de pérdida pesaba en el aire. Luna se arrodilló junto a uno de sus amigos, que yacía en el suelo, su luz apagada para siempre.

—Lo siento... —susurró, sintiendo las lágrimas fluir por su rostro.

Selene se acercó, su rostro pálido. —Hicimos todo lo posible, Luna. No podemos permitir que la oscuridad nos venza.

Adriel se arrodilló junto a ella, colocando una mano sobre su hombro. —Han caído, pero su luz siempre brillará en nuestros corazones. Debemos honrar su sacrificio y seguir adelante.

Luna sintió una mezcla de dolor y determinación. Sabía que la lucha no había terminado, y que la sombra de Noctis había dejado una marca indeleble en su comunidad. Pero también sabía que la luz dentro de ellos era más fuerte.

—Vamos a reconstruir, juntos. No dejaremos que la oscuridad nos divida. Prometamos defender la luz y honrar a los que hemos perdido —dijo, su voz firme.

La comunidad se unió en un abrazo colectivo, sus luces brillando en la noche. Sabían que el camino sería difícil, pero estaban determinados a seguir luchando.

Mientras la luna seguía brillando en el cielo, Luna sintió una nueva oleada de esperanza. La sombra había revelado su verdadera forma, pero también había fortalecido su unidad. A partir de ahora, sabían que debían estar más unidos que nunca.



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En el texto hay: ficcion, vampiro

Editado: 06.10.2024

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