Sangre Púrpura

Capítulo 13

Georgia suspiró mientras se sentaba en el tocador. Todavía se encontraba en camisón y de inmediato comenzó a cepillarse el cabello; era su última noche en la Hastings Summer Week, la noche del baile. Los días habían pasado malditamente despacio y por alguna extraña razón Catherine la miraba con desprecio, no obstante de una manera u otra no le importaba. Había decidido no asistir al baile e inventar cualquier excusa para quedarse en su habitación.

En ese instante entró su doncella—Mi lady ya estoy aquí ¿Qué vestido desea usar?

—No asistiré al baile—le dijo Georgia mientras se hacía una trenza—Así que puedes marcharte

—Pero mi lady…

—He dicho que te marches

La doncella hizo una reverencia—Sí, mi lady. Con permiso

Su doncella abandonó la habitación y Georgia deshizo su trenza para volver a peinarse el cabello. Al verse en el espejo se dio cuenta que a pesar de que su físico no era su máxima prioridad, ella era hermosa.

 

 

Es placentero verla reír…

 

Recordó lo que le dijo aquel idiota la última noche que lo vio. A continuación se encontró con su mirada en el espejo.

—¿Por qué Georgia? —se preguntó así misma—A ti te gustan las mujeres… entonces ¿Por qué tú corazón late tan deprisa? ¿Por qué?

Te gusta. Le susurró una vocecita interior. No quisiste bajar al baile porque él no estaría allí.

—¡NO! —Gritó mientras se colocaba de pie y negaba con la cabeza—¡Ese hombre es un descarado oportunista! ¡No tiene linaje, ni título! ¡Yo soy la hermana de un duque!

En ese instante la puerta se abrió y sus cuñadas entraron.

Georgia las ignoró—¡Yo soy la hermana de un duque! —repitió

Ambas se acercaron a ella—Georgia ¿Qué sucede? —le preguntó Becky preocupada

—Ven siéntate—le dijo Aitasis y las tres la sentaron en la cama—Respira…

—No bajaré al baile… no me siento bién—les informó ésta

—Eso es bastante obvio—le dijo Becky—Haz estado actuando raro estos últimos días

—Y no vayas a matarme por lo que voy a decir, pero has estado así desde que el señor Harris se marchó—comentó Aitasis

—Cállate—le ordenó Georgia

—¿Lo echas de menos? —se atrevió preguntar Becky

—¡Por supuesto que no! —Exclamó Georgia furiosa—son ideas suyas

—Georgia—comenzó a decir Becky—¿Por qué no aceptas lo obvio? Te sentirás mucho mejor

Ésta se puso de pie—No voy a aceptar lo que no siento

—Te niegas a aceptarlo—la presionó Aitasis

—No lo niego—le susurró ésta

—No tiene nada de malo de que te guste—añadió Becky

—No me gusta—susurró Georgia

—Él no se ve mal hombre—insistió Becky—¿Por qué no te gusta?

—¡Porque me gustan las mujeres! —explotó Georgia mientras las miraba. Éstas quedaron en silencio y ella se sentó en el suelo y abrazó sus rodillas. Las lágrimas de impotencia bañaban sus mejillas. La carga emocional que llevaba en sus hombros era demasiado grande y sentía que ya no podía más.

—Decepcioné a Georgiana no siguiendo el camino de la sanación—sollozó ésta—Decepcioné a Nerissa cuando decidí quedarme soltera… y ahora…—colocó su frente en las rodillas y su llanto se identificó—¡Ahora decepcionaré a Wolfram! Decepcionaré a mí hermano… por ser una anormal…—Georgia no recordaba con exactitud hace cuanto no lloraba de esa manera—Déjenme sola… por favor.

—Becky vamos—le escuchó decir a Aitasis—Dejémosla un momento a solas

—No—escuchó que respondió Becky. Ésta se puso de pie y se colocó en cuclillas junto a Georgia.

—Cariño mírame—le pidió Becky



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En el texto hay: gay, nobleza, novela historica

Editado: 11.09.2018

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