Sangre Seca

LA BESTIA

 1

 

 

 

Por la mañana madre e hija preparaban el desayuno en la cocina. Era un día nublado, frío y muy ventoso.

 

—No sé si hicimos bien en decirle a los niños que Barnett huyó —dijo Poppy mientras observaba por la ventana.

 

—Pues fue lo primero que se me ocurrió… yo no sé cómo explicarles sobre la muerte. Son muy pequeños y…la manera en que el pobre de Barnett murió es tan horriblemente extraña… todo es tan extraño últimamente —dijo Eva angustiada y dejó salir un suspiro.

 

—¿Quieres ver cosas extrañas? Tienes que ir a ese laboratorio… no había cosméticos allí, el lugar es muy aterrador —expuso Poppy mientras se sentaba a la mesa.

 

—Debería ir, tengo que limpiar el lugar si voy a rentárselo a alguien.

 

—¿Sabes quién era Cormac Murphy? —preguntó Poppy mientras servía café en su taza.

 

—Era el nombre de mi abuelo ¿por qué?

 

—¿Sabes si él era escritor o algo así? — dijo Poppy mientras se ponía de pie para ir hasta la nevera.

 

—No lo creo… él trabajaba para el ejército… médico militar o algo de eso, no estoy segura mi madre no tenía trato con él. Bueno… así como yo no tenía trato con ella, creo que es algo de familia —dijo satíricamente —. Afortunadamente aún mis tres hijos me hablan, espero que sea así siempre — suspiró profundamente—. ¿Qué te hace pensar que escribía?

 

—Encontré un cuaderno con algunas anotaciones muy extrañas, sobre un bebé con cabeza de cerdo… había dibujos también, no lo sé, pensé que era un borrador para una novela de terror— comentó mientras volvía a sentarse.

 

—Pues…sí, quizás estaba incursionando en la escritura. De todos modos, suena a un argumento muy trillado ¿no lo crees? Ya hemos visto mucho de eso.

 

—Sí, igual no seguiré leyendo es muy aburrido… prefiero las revistas.

 

Noel entró en la cocina muy sonriente y se sentó a la mesa.

 

—Buenos días, cariño —dijo Eva.

 

—Buenos días, mami —respondió el niño.

 

—¿Cuál de los dos eres tú? —preguntó Poppy.

 

—Soy Noel —Aseguró el niño.

 

—¿Cómo sé que eso es cierto? —preguntó la muchacha.

 

—Porque soy tu hermano favorito —dijo el niño sonriendo.

 

Poppy estaba segura de que en ese momento eso era cierto, el pequeño Noel no la asustaba, en cambio Liam la inquietaba mucho.

 

—¿Por qué estás tan feliz el día de hoy? —preguntó Eva a su hijo.

 

—Porque hoy saldremos a buscar a Barnett.

 

—¿Eso es cierto?, no lo sabía —dijo su madre mientras sacaba la leche de la nevera.

 

—Poppy lo prometió —dijo el niño, miró a su hermana y esta se cubrió el rostro con las manos totalmente fastidiada.

 

—Pensé que lo olvidarías —confesó la muchacha molesta.

 

—Bueno, quizás puedan ir por la tarde —dijo Eva tratando de ayudar a su hija.

 

—¡No! — Exclamó el niño poniéndose serio—. Ella dijo por la mañana.

 

—Pues no podrá ser ahora —explicó Poppy mirando muy seriamente a su hermano. Noel estalló en llanto—. ¡Maldición! ¿Por qué siempre estás llorando? —preguntó la muchacha muy molesta.

 

—Tú lo prometiste —reclamó el niño entre llantos— ¡quiero ir por Barnett!

 

—Bien, si lo prometiste debes cumplir —dijo Eva a su hija.

 

—¡Mamá! Sabes que es inútil salir a buscarlo —replicó la muchacha enfadada con su madre. Noel seguía llorando.

 

—Pues él no va a callarse hasta que no salgan a buscar al perro —explicó Eva—. Y me vendrá bien que salgan, aprovecharé para terminar de deshacerme de algunas cosas que no nos sirven —dijo claramente refiriéndose a las cosas de Justin que aún estaban en las cajas.

 

—Ok, tú ganas, pequeño llorón —dijo Poppy mirando muy seria a Noel.

 

—No me agrada que le digas eso a tu hermano— regañó Eva a su hija mayor—. Iré a ver por qué tarda en bajar Liam.

 

—Debe de estar cansado luego de vagar toda la noche como un psicópata —Ironizó Poppy.

 

—Deja de decir esas cosas, Poppy, y por favor dale cereal a Noel —salió de la cocina.

 

Poppy se puso de pie y tomó la caja de cereales de la alacena. Noel había dejado de llorar satisfecho por el resultado favorable de su rabieta.

 

 

 2

 

 

Liam había decidido quedarse en casa, no tenía ganas de salir en busca del perro, así que Poppy y Noel salieron a dar un paseo. Ella no quería estar fuera de la casa, Zack podría devolverle la llamada en cualquier momento, por lo que trataría de que la búsqueda fuera lo más breve posible.  Después de todo no encontrarían a Barnett aunque lo buscaran todo el día.

 

Caminaron sin descanso. Pasaron la arboleda, el laboratorio, los establos, el edificio de los laberintos y continuaron. Cada cincuenta metros Poppy intentaba persuadir a su hermano de la búsqueda, quería hacerlo desistir y volver rápidamente a la casa. El niño se negaba y seguía llamando incansablemente al viejo Barnett.

 

Llegaron más allá de lo que habían llegado antes, podían ver un enorme molino no muy lejos de donde estaban. Noel quería llegar hasta ahí, Poppy accedió con la condición de que si el perro no estaba allí regresarían a la casa y retomarían la búsqueda en otro momento. El niño estuvo de acuerdo y se aventuraron a explorar esa zona.

 

Pocos metros antes de llegar al molino comenzaron a sentir un olor nauseabundo, como a carne en descomposición, a sangre podrida. Poppy recordó las bateas bajo los ganchos en ese extraño edificio donde vieron a la vaca. De todas formas, se acercaron aún más.

 

El molino estaba girando veloz por los fuertes vientos que soplaban, las aspas dobladas y oxidadas por el nulo mantenimiento en años desprendían un molesto chirrido. Había muy cerca de él un gran tanque para almacenamiento de agua, que seguramente abastecía algunas de las edificaciones cercanas y también al enorme bebedero que estaba junto a él. En una inspección más cercana al bebedero notaron que el agua estaba estancada, turbia y hedionda. Había restos de un animal allí, en gran estado de descomposición, retrocedieron unos metros, asqueados.



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En el texto hay: terror

Editado: 17.08.2023

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