La primera semana después de la entrega del paquete fue un torbellino para Giovanni. Sal lo mantuvo ocupado con una serie de encargos que iban desde la simple entrega de mensajes hasta la recolección de dinero de apuestas clandestinas. Aunque los trabajos eran relativamente sencillos, Giovanni pronto se dio cuenta de que cada uno de ellos implicaba un nivel de riesgo mayor al anterior. A pesar de todo, estaba decidido a demostrar su valía y a garantizar que su familia tuviera un futuro mejor.
Una noche, mientras Giovanni estaba en el café con Sal, éste le ofreció un trabajo más importante. “Giovanni, has hecho un buen trabajo hasta ahora,” dijo Sal, mientras pasaba un par de billetes a Giovanni. “Quiero que te encargues de algo más grande. Esta noche, necesitarás entregar una suma de dinero a un contacto en el barrio italiano. Es un trato importante, y necesito que lo manejes con discreción.”
Giovanni aceptó con un asentimiento. Aunque el trabajo le parecía simple, sentía una creciente preocupación. La tensión de su nueva vida se acumulaba, y cada tarea parecía traer consigo una mayor carga.
Al caer la noche, Giovanni se dirigió al barrio italiano, una zona de la ciudad que parecía tener su propio pulso y carácter. Las calles estaban iluminadas por las luces de neón de los restaurantes y bares, y el aroma de la comida italiana llenaba el aire. Giovanni se dirigió al restaurante que le había indicado Sal, un lugar discreto con una fachada elegante.
Dentro del restaurante, Giovanni se encontró con un hombre corpulento que lo esperó en una mesa en la parte trasera. El hombre, con una cicatriz prominente en la mejilla y un aspecto intimidante, recibió el dinero con una breve y gélida mirada. “¿Cómo está Sal?” preguntó el hombre, mientras contaba el dinero con precisión.
“Bien, gracias,” respondió Giovanni, intentando mantener la calma. “Solo me ha pedido que entregara esto.”
El hombre asintió y guardó el dinero en un maletín. “Sal está en deuda conmigo, y lo recordaré. Asegúrate de que la próxima vez no haya ningún error.”
Giovanni salió del restaurante con una mezcla de alivio y inquietud. Sabía que la vida que estaba llevando era cada vez más peligrosa, y cada encuentro con nuevos contactos era un recordatorio de que estaba jugando con fuerzas que no entendía completamente.
En los días siguientes, Giovanni continuó con sus encargos, cada vez más involucrado en las operaciones del crimen organizado. Aunque su vida parecía estar mejorando, con más dinero en su bolsillo y una cierta estabilidad, el precio que estaba pagando era cada vez más alto. Pasaba menos tiempo con su familia, y la preocupación por su seguridad se volvía una constante en su vida.
Una noche, mientras regresaba a casa, Giovanni fue abordado por un hombre que parecía estar esperando en la esquina. El hombre, de aspecto desaliñado y con una mirada nerviosa, le entregó un sobre. “Esto es para ti, Giovanni. Es algo que Sal necesita que veas,” dijo el hombre antes de desaparecer en la oscuridad.
Giovanni abrió el sobre y encontró una serie de documentos y fotografías. Mientras los examinaba, se dio cuenta de que estaban relacionados con un negocio ilícito más grande, algo que involucraba tráfico de influencias y dinero sucio. Los documentos revelaban una red de corrupción que iba más allá de lo que había imaginado.
Su preocupación aumentó. Sabía que si estas pruebas llegaban a las autoridades, podrían significar el fin de muchas carreras y vidas. Sin embargo, también entendía que Sal y sus asociados podrían no ser tan comprensivos si sentían que Giovanni había traicionado su confianza.
Esa noche, Giovanni no durmió bien. La imagen de su familia y el miedo a lo desconocido lo atormentaban. El dilema de ser parte de algo tan grande y peligroso lo estaba consumiendo. Las horas pasaron lentamente mientras Giovanni trataba de resolver el problema que ahora tenía en sus manos.
Al día siguiente, se reunió con Sal en el mismo café donde habían hablado por primera vez. “¿Qué hay en esos documentos?” preguntó Sal, con una mirada curiosa.
Giovanni decidió ser honesto. “Es información sobre una red de corrupción. Creo que podría ser peligroso, no solo para nosotros, sino para todo el negocio.”
Sal examinó los documentos con atención. “Tienes razón,” dijo finalmente. “Esto es más complicado de lo que pensaba. Pero eso también significa que hay mucho más en juego. Te has metido en algo grande, Giovanni, y ahora es hora de que juegues un papel más importante.”
Sal le ofreció a Giovanni un rol más destacado dentro de la organización. Le proporcionó acceso a recursos y le asignó tareas de mayor responsabilidad, asegurándose de que Giovanni estuviera profundamente inmerso en las operaciones. A pesar de las promesas de poder y dinero, Giovanni no podía evitar sentir que estaba atrapado en una red de la que sería difícil escapar.
Con cada día que pasaba, Giovanni se adentraba más en el mundo del crimen. La vida de su familia mejoró en algunos aspectos, pero la sombra de sus decisiones pesaba sobre él. Los sacrificios que estaba haciendo y el precio que pagaba por su ambición eran cada vez más evidentes. Giovanni sabía que había cruzado una línea de no retorno, y el camino que había elegido estaba lleno de peligros y sacrificios.
Así, Giovanni Moretti comenzó a consolidarse en su nuevo rol, aceptando las reglas del juego y enfrentando las consecuencias de su ambición. El mundo del crimen estaba lleno de traiciones y desafíos, y Giovanni estaba a punto de descubrir cuán alto podía llegar, pero también cuán bajo podía caer.
Con el nuevo rol en la organización, Giovanni empezó a manejar operaciones más complejas y delicadas. Sus días se llenaron de reuniones secretas y negociaciones con otros miembros de la organización. La vida en la calle ya no era simplemente una serie de encargos; ahora estaba involucrado en la estrategia de poder que definía el futuro del grupo.