Jacob envía mensajeros a su hermano Esaú para informarle sobre su regreso y para buscar su favor. Al enterarse de que Esaú viene con cuatrocientos hombres, Jacob se preocupa y divide a su familia y su ganado en dos campamentos. Luego, Jacob ora a Dios pidiendo protección y recuerda las promesas que Dios le hizo a sus antepasados. Para aplacar la ira de Esaú, Jacob prepara un gran presente para él. Después de enviar los regalos, Jacob pasa la noche en el campamento. Durante la noche, lucha con un hombre misterioso, quien resulta ser un ángel de Dios. Jacob se niega a soltar al ángel hasta que le bendiga, y el ángel le cambia el nombre a Israel, que significa "el que lucha con Dios". Jacob recibe una bendición y el ángel se va. Jacob llama al lugar Peniel porque vio a Dios cara a cara y fue liberado. Al día siguiente, Jacob continúa su viaje cojeando debido a la herida que recibió durante la lucha con el ángel.