Sābisuman "Akirameru"

CAPÍTULO 22

¿Qué es eso? Los gemidos de Jungkook me espabilan por la mañana, tras una noche de sueño inquieto.

¿Lo que se oye es la voz de una mujer? No puede ser. Salto del sofá como un cohete y me dirijo al cuarto de baño. Me tapo la boca al ver lo que estoy viendo.

Jungkook está de rodillas delante del retrete, vomitando lo que bebió la anoche. Una chica morena espera detrás de él, con unas toallas en la mano.

Doy un paso tan fuerte que ella se sobresalta.

—Hola, soy Jimin, el esposo de ese hombre indispuesto, ¿y tú eres...?

—Soy Mary, la chica de servicio. Es un placer, señor.

La chica ¿¡de qué!? Oh, oh. Jeon y yo vamos a tener una larga charla.

—Igualmente —respondo—. ¿Me deja a solas con mi querido esposo?

—Claro... sí —dice avergonzada, parece muy dulce—. Cuando he llegado, usted estaba dormido. El señor me ha hablado de su estado y no he querido despertarlo al verlo a él así —explica antes de salir.

«Veo que no te ha hablado de mi genio.»

—Está bien, gracias.

La chica tendrá aproximadamente mi edad y es preciosa... Me cruzo de brazos y observo a Jungkook, sin fuerzas en el suelo. En sus ojos hay una clara disculpa, que no es capaz de pronunciar con palabras.

—¿Por qué demonios has contratado a esa chica? —le recrimino—.Tendrías que habérmelo consultado... Yo no quiero empleadas en casa y lo sabes.

—Bebé, me va a estallar la cabeza. —Está sin camisa, con el torso descubierto, ¡y con esa desconocida a su lado! Lo mato—. Ayer le pedí a mi madre que nos buscara con urgencia una empleada. Me dijo que tenía una muy eficiente que acababa de contratar Eunha, pero como mi hermana se iba de viaje, la despidió. No te enfades, quiero cuidarte, no me gusta que trabajes tanto en la casa.

—Te prepararé el baño y hablaremos muy seriamente.

No deja de mirarme, pero sin prestarle atención, lleno la bañera y le quito el pantalón, luego lo empujo, haciendo que se meta en el agua. Le lavo el pelo y le enjabono los hombros y el vientre.

Gime.

—Olvídate de eso, Jeon, tenemos que hablar. ¡Sabes que odio los secretos y, además, no he dormido casi nada por tu culpa! —Ronronea cerca de mi boca. ¿No me piensa hablar del mensaje de Víctor?—. Estoy muy enfadado, ¿por qué diablos has tenido que contratar a una chica de servicio? ¡No estoy enfermo!

—Pero ¡yo no quiero verte estresado! ¡Fregando, limpiando, doblando ropa! —Me retiro y le lanzo la toalla a la cara—. ¡Jimin!

—Púdrete en el infierno, Jungkook.

—¡Vuelve aquí!

—No me da la gana.

Salgo y cierro de un portazo. Tengo hambre y sueño y un humor de perros. Me siento fatal y él tiene la culpa. ¡No quiero sirvientas a su lado! ¿Acaso no recuerda cómo empezó lo nuestro? ¿Y qué encargo le hizo el puto de su secretarío?

—Señor, ¿lo ayudo?

—Mary —mi voz suena agitada y furiosa—. Cuidado con él, ¿entendido?

—C-Claro... yo nunca me atrevería... No...

—De acuerdo, espero que nos llevemos bien. —Me preparo una bandeja repleta de comida sana y me voy a la habitación—. No entres en el cuarto de baño, mi marido está aseándose.

Estoy tan furioso que mastico como si estuviera mordiendo mi irritación... Maldición, en cuanto acabo, lo vomito todo. Me siento en el suelo del baño de nuestra habitación, estoy mareado. No sé cuánto tiempo pasa, media hora quizá... y entonces oigo unos pasos que se aproximan.

—Bebé, ¿estás bien? —pregunta entrando—. Mierda, ¿has vuelto a vomitar? Joder, llámame cuando te pase, no estés solo.

—Vete —sollozo—. ¡Fuera!

—¿Estás llorando? —Le aparto las manos para que no me toque—. ¿Qué te pasa? Dímelo, por favor.

—Lo sabes perfectamente. Es bonita y dulce. ¿Por qué me haces esto? Ahora ya no me desearás. ¡Te odio!

Hace una mueca de dolor.

—No me digas esa palabra, Jimin. No llores y mucho menos me hagas sentir así. ¿Que no te desearé? ¿Por qué me dices esas cosas? Yo te desearé hasta cuando seas viejo y lleno de arrugas. Eres y serás siempre mi Jimin. ¿No te hice sentir ayer deseado? ¿No ves lo loco que me tienes? — Lo rehúyo—. Si el problema es la chica, la echo ahora mismo. No te quiero ver así. ¡Me duelen tus lágrimas!

—¿Qué te traes con Víctor? —pregunto entonces agobiado—. ¿Por qué te envía un mensaje casi de madrugada y te llama como yo le prohíbo que lo haga? ¿¡Qué mierda tienes con él!?

Palidece y yo lo empujo al incorporarme. Su mutismo me provoca un nuevo malestar.

—Bebé —suplica, siguiéndome—. No es lo que parece.

—¿¡Y qué parece!?

—¿Confías en mí? —pregunta. Cierro los ojos, permitiéndole que me estreche contra su cuerpo —. Dímelo, bebé, ¿lo haces?

Titubeo. Quiero confiar, pero hay tantas cosas que a veces levantan una barrera entre él y yo...

—Jungkook...

—Cariño, ¿me crees capaz? —Niego sin titubear. No sé por qué a veces me siento tan inseguro —. Lo sabrás, pero dame unos días, ¿quieres?

—¿Por qué?

—Porque te quiero sorprender y casi acabas de fastidiarlo. —Me exige que lo mire a los ojos —. No puedo contártelo o todo se irá a la mierda, ¿de acuerdo?

En un arrebato, enredo las manos en su cabello y lo atraigo hacia mí. No se resiste y me abraza por la cintura. Está excitado y posesivo y me besa voraz y dominante.

Suena el timbre.

—No pienso abrir —dice Jungkook, pellizcándome un pezón. ¡Oh, sí!—. Necesito estar contigo.

—Por favor... sí.

Timbre. 
Timbre. 
Timbre.

—¡Joder! —maldice.

Reticente, nos apartamos y, después de ducharme yo rápidamente, nos vestimos para bajar. Y me alegro de hacerlo, porque son nada más y nada menos que William y Karen con el pequeño Jazz, seguidos de Jin y Eric. La curiosidad por saber el sexo de nuestro bebé los ha traído hasta aquí y Jungkook, orgulloso, anuncia:

—Un niño. —Coge a Jazz, que está cada día más mayor. Ya gatea y sonríe con dos pequeños dientecitos—. Jimin ha vuelto a desobedecerme, me tiene loco.



#7323 en Fanfic

En el texto hay: kookmin, bts

Editado: 18.10.2019

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