Jane.
Todos estos días se definen en la palabra clases.
Aburrida, estresada y queriendo matar a los profesores por sus tareas.
Aparte el nombre Thomas se ha vuelto muy estresante en mi mente. Veo azul y pienso en sus estúpidos hermosos ojos.
Estoy feliz, ya es jueves y solo falta viernes para poder dormir hasta tarde aunque sea dos días.
-Thomas- menciona algo mi madre sobre él.
Desde hace un rato está hablando pero mis pensamientos estaban en otro lado.
Claro está que cuando mencionó su nombre quedé algo perdida ya que también puede que haya estado ocupando parte de mi mente y puede que se me haya salido su nombre en un susurro y lo digo porq ya me ha pasado con otras cosas anteriormente.
-¿Huh?- digo para que vuelvan a repetir lo que sea que haya dicho.
-Te estaba diciendo que Thomas dijo que si podía venir a la casa hoy en la tarde y ya le he dicho que sí.
-¿Pero la cena no es mañana?-le pregunto un poco confundida.
-Sí, pero dijo que quería pasar un rato acá y también va a venir hoy- me responde.
-¿Y para que viene hoy?- la miro un poco irritada porq odio las visitas y aparte sé que ella no va a estar en la tarde por su trabajo.
-POR DIOS JANE- me empieza a regañar -Eran amigos de la infancia, pueden hablar de todo lo que han hecho durante estos años sin verse- se levanta antes de darme un beso e irse.
Se va porque sabe que ya iba a empezar a refunfuñar, cosa que no serviría para nada.
Termino de desayunar y corro a tomar el bus que me deja frente al instituto.
-¡JANEEEE!- y esa que grita como anormal es mi mejor amiga.
-Grace- le digo cuando se me tira encima a abrazarme.
-Dime que hiciste la tarea de química- me sujeta de los hombros como desesperada.
-Ammm sí- le respondo.
-PRESTAMELAAAA- grita en mi oído y apenas puedo quejarme -Es que ese profesor me odia y si no presento la tarea me va a odiar más- me dice mientras me mira con sus ojos que es imposible decirle que no.
Mi mejor amiga es bellísima, su cabello es largo de color negro azabache y sus ojos son ámbar, es un poco más alta que yo. Amigable y muy loca, jamás la calificaría como responsable ni puntual pero aún así la adoro.
-Vamos- le digo arrastrándola dentro del instituto.
Ya llegando al salón le presto la tarea que la copia en menos de cinco minutos.
-¿Sabes que te adoro?-me pregunta la muy loca con su sonrisa de oreja a oreja.
-Solo porq te presté mi tarea- le respondo como siempre.
-Eyyy yo siempre te digo que te adoro no solo por la fea tarea- me dice haciendo un puchero.
-Lo que tú digas- la ignoro mientras guardo mi cuaderno.
-¿Porq estas de mal humor???- me señala acusándome -se que no es por la tarea ya que siempre me la prestas- la miro y me sonríe inocentemente.
-No estoy de mal humor- la trato de ignorar.
-Dime, dime, dime- empieza de nuevo a molestar -No te voy a dejar de molestar hasta que me digas- y empieza con sus dime de nuevo.
-Está bien pero porfas ya cállate- la miro cansada de su insistencia -Es que esta tarde no me puedo echar a dormir un rato porque viene el hijo de la amiga de mi madre y ando con coraje porq lo invitó sin decírmelo hasta hoy- le suelto todo.
-¿Está guapo?- pregunta con una sonrisita.
-¿Estás hablando en serio? Te estoy diciendo cualquier otra cosa y solo se te ocurre preguntar si está guapo- siempre es así le gusta colmar la paciencia de las personas.
-Ajá sí a lo que hayas dicho- me vuelve a ignorar -pero ¿está guapo?- me mira expectante a mi respuesta.
-Ni tanto- le digo para que termine el tema.
-Ashhhh- se vuelve a su asiento que queda a lado mío y mira el techo pareciendo loca -¿Porq no puedo tener una mejor amiga normal de esas que dan detalles y no ignoran a la gente?- dice en voz media alta para que la escuche.
Lo único que hago es rodar los ojos porque reina del drama fue en su otra vida.
Luego de terminar por fin todas mis clases fui a mi casa, almorcé y me eché en la cama.
Me puse a hacer una que otra tarea para que pase el tiempo, mientras cada tanto me repetía si te mueres de sueño es por quedarte hasta las 4 de la mañana viendo series.
Por fin había terminado una de mis tareas y eran las tres de la tarde, me tardé casi una hora haciendo una fea tarea que horror.
Cuando tocaron el timbre, me asomé a la ventana y estaba más que claro quien era.