EVAN
Me sorprendo al ver a Miranda con un bebé en brazos, estaba completamente confundido, hasta cerré mis ojos varias veces para saber que no era una imaginación mía.
-¿Y ese bebé? – pregunto, en seguida la secretaria me voltea a ver sorprendida, sin dejar de mover al bebé con delicadeza, solo espero que su respuesta no sea lo que me estoy imaginando.
-Es mi hijo – responde dando a mi respuesta acertada, abro los ojos como platos al ver que ella tiene un bebé, la impresión no es que sea madre, sino que esta con su hijo en la empresa – en seguida le sacare copias a las paginas, solo permítame dormirlo.
No le digo y solo observo cuando ella lo pone en el coche poniendo el biberón ahí, no entiendo nada de lo que está pasando en este momento pero necesito alguien urgentemente.
“El psicólogo” - ¡Cállate subconsciencia!
Necesito a mi hermano urgentemente, en seguida me dirijo a su oficina y abro sin tocar, este se encuentra sentado hablando por teléfono, me siento en el sofá que está en la esquina, me cruzo de brazos y de piernas esperando que termine ya que esto debemos discutirlo ahora.
¿En qué momento apareció ese bebé?
¡Ni idea!
Al salir de aquí no lo vi, no logro entender en que momento apareció, veo cuando Thomas deja su celular en el escritorio después de conversar, me observa a mí con una sonrisa.
-¿Deseas algo? – pregunta sin quitar su estúpida sonrisa, me levanto del sofá frunciendo el ceño cuando me acerco a su escritorio.
-¿Qué hace la secretaria con un bebé? – pregunto mirándolo con atención, esperando que me dé una respuesta que me la crea a la primera.
-Es su hijo – responde encogiéndose de hombros – lo tiene aquí.
-¿Y dejaste que entrara a cuidar un bebé en la empresa? – Pregunto enarcando una ceja, este solo asiente sonriendo - ¡Carajo! – exclamo riéndome cuando me alejo de ahí y empiezo a caminar de un lado a otro.
-¿Qué te sucede? – pregunta, lo volteo a ver y esta cruzado de brazos, me acerco en seguida para molestarlo un rato.
-Ven – le toco el hombro – tengo un buen psicólogo para que te ayude.
-¡Esta loco Evan! – Exclama enojado mientras que yo disfruto de su estado – no tiene malo que contrate una secretaria que me pidió que llevase a su bebé.
-Es verdad – digo con sarcasmo, este me fulmina con la mirada - es broma Thomas, es que es sorprendente lo que está pasando.
-¿Qué ves de sorprendente en ello? – pregunta enarcando una ceja, suspiro queriendo evitar una risa.
-Es obvio que te gusta – responde acercándomele, Thomas me ve sorprendido ante mi respuesta – te gusta tanto que aceptaste su petición.
-Creo que no puedo luchar contra ello – dice cuando se sienta sonriendo – es que si la hubieses visto ese día, me cautivo por completo.
-Si se nota mucho – digo cuando me cruzo de brazos – solo espero que haga bien su trabajo – agrego cuando me doy la vuelta.
-¿Qué harás sino lo hace bien? – Pregunta antes que me retire, me detengo para voltearlo a ver - ¿la despedirás?
-Claro que no – respondo con sinceridad – tú quédate tranquilo que tendré paciencia para soportar a la secretaria y a su hijo – digo con seriedad.
-Has cambiado demasiado – dice cuando estaba a punto de irme, frunzo el ceño volteándolo a ver – deberías dejar el pasado, tu no eras así de grosero.
-No te metas en mi vida privada – ordeno serio.
-Claro que puedo hacerlo…
-¡Ya basta Thomas! – Gruño enojado, este no se queda atrás también con su fulminadas – ya te dije que no te metas en mi vida, yo no me meto con la tuya, hagas lo que hagas me tiene sin cuidado.
Son las últimas palabras que digo cuando salgo de ahí, no veo a Miranda en su escritorio, tampoco el coche de su bebé, sin duda debe estar ya sacando las copias que le pedí, me introduzco a mi oficina pensando en lo que ha dicho Thomas.
¿Quién se cree para hablar de mi forma de ser?
Soy el mismo de antes.
Thomas siempre ha querido meterse en mi vida y aunque parezca buena persona, no lo es cuando quiere sacarme muchas cosas de mi pasado, aprovecha de ello para darme a conocer lo tan perfecto que es, lo peor de todo que no le tengo envidia, para mí que se quedara con la empresa y todo perfecto.
Pero mi padre supuestamente me quiere e intenta unirme a la empresa de la familia Hank sin embargo eso no me ayudara en nada.
MIRANDA
Llevo bastante tiempo en la fotocopiadora, sacando copias tras copias y mi espalda me está matando, apenas la nueve de la mañana y ya sufro como ladrillera.
Veo a Chase que me tiene bastante nervios y empuña sus manitas haciendo un nudillo, sonrió mirándolo tan sanito y sin ningún problema, mi tía me dijo que si Chase lo mantenía así, lo iba a matar.
-¿Y ahora qué me dices tía? – le pregunto aunque no se encuentre aquí, nunca creí que mi tía tendría un mal corazón pero le agradezco por habernos mantenido bastante tiempo con ella.
Suena la fotocopiadora de que ya me copio una página, creo que el estúpido de Evan hizo todo esto para aprovecharse sin embargo como el mismo lo dijo, debo tener paciencia, ahorita lo que me tiene un poco conmovida es la forma de como Thomas me sonríe, no me puedo imaginar que haya un hombre tan guapo y amable.
¿Estará casado?
No lo sé pero parece que no, porque los hombres guapos como ellos son más mujeriegos, aun no lo debo de juzgar pero el que me convence que lo es, es el señor Evan, en su cara se ve mucho.