Se necesita un Padre

Capitulo 16

 

MIRANDA

 

Ha pasado dos días y parece todo muy extraño, aunque no del todo ya que Thomas y yo nos hemos perdonado, cosa que me alegra ya que al parecer aun sentimos esa chispa de querer algo, suspiro feliz mientras pienso en ello pero en ese momento siento el olor a quemado dándome cuenta que es pan que deje cocinando en la estufa, en seguida apago el fuego y me sorprendo al ver el color negro de tan tostado que quedo.

-¡Diablos! – exclamo enojada al ver que nada hago bien desde que pienso en mis dilemas mentales, ya que después de estos días Evan no ha querido hablarme y ha estado serio, cosa que debe ser natural pero como me acostumbre a verlo de forma agradable, sin embargo ahora ya no es así.

Ladeo la cabeza varias veces, para luego poner otros panes porque quemados no me los comeré, volteo a ver a Chase que está en su coche viejo, se ve muy guapo, después de darle una buena ducha y ponerle talco para luego colocarle todas las lociones del mundo – creo que es exagerado – pero me gusta ver bien a mi bebé, cuando termino de cocinar me acerco a su lado para empezar a comer, decido en ese momento ver mi correo que lo hice hace un día, porque aquí Thomas o Evan me estarán mandando información que debo tener guardada.

 

Cuando ya termino de comer pongo los trastes en el lava manos para lavarlos rápidos, dejando todo limpio en mi casa porque venir del trabajo toda cansada y ver muchas cosas sucias, me vuelve loca.

No dejo muy aseado que se diga, pero el intento es obvio.

Cuando ya estoy listo, con mi bebé en brazos y la cartera junto a los documentos guardados, me encamino a la puerta, cuando salgo veo cuando sale la señora Gloria con su bata de dormir – apenas se ha levantado – solo espero que no traiga mal olor.

-Buenos días – saluda muy amablemente y esta vez no me la creo, siempre ha hecho lo mismo para luego apuñalarme en la espada - ¿Qué tal cómo vas en el trabajo?

-Pues lo común de siempre – respondo encogiéndome de hombros cuando cierro la puerta, la volteo a ver sosteniendo a Chase en mis brazos, cuidando sus cabecita.

-¿Oye y aquel hombre quién era? – Pregunta y en seguida frunzo el ceño a no entender a lo que se refiere – el hombre que llego en la noche, traía una bolsa en sus manos.

“Que señora más metida” – dice mi mente y no me regaño porque es verdad, sin embargo en este momento diré mentira porque me molestara diciendo que ando de zorra si se da cuenta que es mi jefe.

-Es un… amigo – respondo intentando parecer que no miento, sin embargo la señora Gloria no me cree ya que me frunce el ceño - ¿Por qué la pregunta?

-Segura que tú amigo – dice pero no de forma de pregunta – si te gusta, admítelo.

-No puedo admitir algo que sea mentira – digo de forma seria mirándola con intensidad pues parece diferente ahora - ¿insisto porque pregunta?

-Porque sería muy conveniente que si te gusta… podrías hacerle lo del calzón – dice con picardía, en ese momento abro los ojos como platos al escuchar eso de ella.

¡Carajo! Yo ya le decía bruja pero de forma burlona pero parece que lo es, solo le falta las arrugas.

-Es broma – exclama para luego reírse, parece que de verdad lo dice sin embargo trato de disimular que no le creo, enarco una ceja observándola – como crees que haría eso.

-Pues será mejor que la evite – respondo ahora bromeando yo cuando agarro la cabecita de mi bebé protegiéndole, ella me frunce el ceño al ver ese gesto de mi parte.

-¿Por qué haces eso? – pregunta cruzándose de brazos, me doy la vuelta para ya irme a trabajar.

-Tengo miedo que le haga un daño a mi hijo – respondo de forma burlona.

-¡Loca! – grita enojada por lo que le dije, sin embargo se lo merecía por andar jugando con cosas muy serias como ello.

Salgo del edificio luego de haber bajado las gradas, llego a la estación de autobuses donde espero, ahora que tengo más dinero de la quincena que me dieron en este fin de semana, es más fácil, observo en la ventana mientras espero que lleguemos.

 

Cuando ya llego a la empresa, bajo de ella con cuidado – obviamente pagándole al motorista – cuando me encamino a la entrada veo a Alejandra que está llegando también.

-Hola amiga – la saludo sonriéndole cuando ella me voltea y sonríe también para acercarse a darme un beso en la mejilla.

-¡Hola Miranda! – Exclama con una sonrisa de lado, luego se acerca Chase - ¿Cómo está mi gordito?

-Muy bien – respondo asintiendo también con la cabeza – ayer me dejo dormir y me siento perfecta.

-Que bien – dice cuando nos encaminamos al interior de la empresa, cuando estamos cerca del elevador, veo como mi segundo jefe se encamina a él, voltea a vernos con una mirada perturbadora, está muy serio y eso no me hace sentirme cómoda - ¿Por qué nuestro jefe esta así?

-Ni idea – respondo sincera sin dejarlo de mirar cuando este se introduce al elevador, de repente se cierra las puertas – tendremos que esperar que baje el elevador.

-Si pero… eso no es importante, juraba que él ya le empezabas a agradar – dice buscando de algo de qué hablar.

-Si yo también pensaba lo mismo – respondo cuando suspiro frustrada – sabes no me importa, si él quiere llevarse bien conmigo debe nacerle porque yo he intentado ser buena hasta cierto punto.

-Si te creo, no digas que Evan no ha sido bueno, te ha dado un celular – respondo haciendo gestos con sus manos, nos acercamos al elevador esperando que este vuelva.

-Sí, estaré completamente agradecida pero sabes… el me dejo claro que lo hizo solo porque soy la secretaria y debo tener uno – respondo cuando veo a Chase que no deja de morderme con suavidad el hombro.

-¿Entonces… eso significa que tu querías que fuera por otra razón? – pregunta con una sonrisa pícara, al parecer Alejandra piensa mal.




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