THOMAS
Al llegar a la empresa, me sumerjo en el trabajo ya que me resulta que debo contestar unas llamadas, todas tienen que ver con el comercio y las promociones, Dalas deberá ir al centro comercial Sky, sin embargo debemos poner la fecha, mientras hago los procedimientos financieros, cae un llamada en ese momento, veo que se trata de Miranda, sonrió al saber que es ella.
-Hola Miranda, ¿Cómo estás? – le pregunto con una sonrisa en mis labios, que no puedo evitar.
-Hola Thomas, estoy bien – responde y me siento bien al saberlo - ¿y tú?
-Muy bien – respondo cuando observo unos documentos - ¿Qué ha pasado Miranda?
-Tiene una llamada en la línea cinco – dice y en seguida corta, no me dejo que me despidiera sin embargo ya saldré para proponerle que almorcemos juntos.
En seguida marco el número cinco colocándome el teléfono en mi oído para escuchar de quien se trata.
-Buenos días – dice y puedo reconocer la voz, es del administrador de marcas en Seattle – señor Thomas, debo comunicarle que estamos interesado en su marca para poder transferirla a las tiendas.
-Vaya me alegra saber ello – respondo con toda sinceridad - ¿quieren firmar con nuestra empresa?
-Asi es, estábamos pensando que podría ser el día miércoles que podamos reunirnos – dice a través del celular, asiento aunque no me viese - ¿claro si puede usted venir a este estado?
-Claro, creo poder – digo cuando reviso el papel donde tengo los horarios que Miranda me dio – si ese día hay tiempo, creo que tener hasta… dos días – digo cuando veo en el papel.
-Ok, entonces nos veremos, lo esperaremos en el aeropuerto, llámame después para decir la hora – dice el administrador.
-Ok, nos vemos – digo cuando corto la llamada, suspiro un poco enojado al saber que tendré que salir del país, se lo pediría a Evan que fuera en vez de mi pero él ya fue una vez y acordamos los turnos, así que hoy me toca a mí.
Lo malo de esto es que no veré a Miranda, también que dejare que Evan agarre del todo las riendas de la empresa por dos días, solo espero que no vuelva a cometer la pata, me levanto del asiento para ir a la oficina de Evan, salgo de la mía encontrándome con Miranda quien me ve muy sonriente, solo le sonrió ya que primero debo ir donde mi hermano para hablar de los asuntos, sin embargo cuando abro la puerta sin tocar.
Me llevo la sorpresa de que no está, frunzo el ceño al ver que ni siquiera documentos hay en la mesa.
¿No habrá venido a trabajar?
¡Ojala que sí porque si no tendré que hablar con el urgentemente!
Saco mi celular para marcarle y saber a dónde carajos esta, en seguida este manda al buzón, sin embargo no me rindo y le sigo marcando hasta que a la tercera este me contesta.
-Hola Thomas – dice saludándome todo tranquilo y relajado así como se escucha.
-¿Dónde carajos estas Evan? – Pregunto sin saludar - ¿Por qué no has venido a trabajar?
-Quiero tomarme un descanso – responde con tranquilidad cuando escucho un mueble moverse.
-¿Un descanso? Pero si acabamos de salir de un fin de semana – le digo un poco enojado porque me deja solo trabajando.
-¿A de verdad? – pregunta con sarcasmo haciéndose el que no sabe – que bien, bueno pues que te quede claro Thomas, no iré a trabajar.
-Mira Evan no sé qué diablos te pasa pero si no vienes en seguida…
-¿Qué… llamaras a mi padre? – Pregunta con descaro – haz lo que sea Thomas, me tiene sin cuidado, pero… después no te vayas arrepentir, solo será un maldito día de descanso, además es mejor para ti, tendrás más tiempo con Miranda, sin un estorbo como yo.
-Ok… ok… bien tomate el descanso – le digo cuando pasó mi mano en la cabeza por el dolor de cabeza que algunas veces puede ser Evan – solo escucha, pasado mañana tendré que ir Seattle porque quieren firmar con nuestra marca, así que quiero que te quedes encargo de la empresa.
-¿Eso es todo? – pregunta con voz fría.
-Si – respondo antes de que colgara y exactamente es lo que hizo, no sabía cómo reaccionar ante la situación de Evan, siempre me preocupa pero el me hace ver como si fuese un mal hermano en el cual no lo comprendo, pero es todo lo contrario.
Sé que lo que vivió fue duro y triste pero no debe hallar culpables cuando él fue el causante de todo.
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Salgo de mi oficina al darme cuenta que ya es la hora del receso, en el cual iré con Miranda a comer en la cafetería, ella aceptó la invitación e iremos juntos, bueno, llevamos a un bebito con nosotros.
-¿Nos vamos? – Le pregunto a Miranda cuando ya estoy enfrente de su escritorio, ella asiente cuando agarra a su bebé en brazos – Chase está creciendo más.
-Sí, así son los bebés – responde con una sonrisa en los labios cuando nos encaminamos al elevador - ¿Quién era la persona que te llamo Thomas?
-Es el administrador de marcas de Seattle – respondo cuando estamos esperando que el elevador nos lleve abajo – quiere que vaya el miércoles a la ciudad.
-¿Iras tú? – pregunta volteándome a ver con una mirada de súplica.
-Sí, debo ir yo – digo cuando suspiro con mal sabor en mi boca al saber que no la veré – Evan se quedara de encargado por dos días.
-Rayos… - dice en voz baja, frunzo el ceño cuando la volteo a ver, ella al ver que escuche lo que dijo, sonríe nerviosa – sabes que Evan casi no le agrado.
-Creo que no – respondo algo inseguro porque últimamente los veo que se hablan con tranquilidad, aquella vez Evan fue quien la defendió y aunque me de cólera pensarlo, debo aceptar que lo hizo – sin embargo tranquila, porque si te molesta me avisas.