Nos acercamos a lo bueno, lo que todos esperamos, espero que aun estén por ahí y puedan disfrutar de esta edición. No olviden dejarme su opinión.
Capítulo 6
Heroine
Sakura
—Yo estoy aquí... contigo.
Tomando una respiración profunda, logré controlar los vergonzosos sollozos que desgarraban mi garganta. Su dulce susurro, era como un bálsamo para mi corazón herido, que en esos momentos no podía dejar de desangrarse, por la perspectiva del amor perdido. Idea ilógica e incluso tonta, ya que el tiempo había demostrado lo poco romántica que era mi relación con Sasuke.
Pero como una adolecente ilusa, continúe sufriendo bastante tiempo más. Naruto no dijo nada más que palabras de aliento, mientras me apretaba suavemente contra su pecho. Horas más tarde, con mi crisis superada, me sentía demasiado avergonzada para mirar a Naruto a la cara, cosa que no pasó desapercibida para sus cálidos y comprensivos ojos azules.
De forma tierna y vacilante, colocó sus manos en cada lado de mi rostro, obligándome a mirarlo. No pude ver rastro de reproche o fastidio en sus hermosos rasgos, solo una comprensión tan infinita como el mismo universo.
—No debes sentir vergüenza conmigo— susurró, como si tuviera miedo de hablar más fuerte —yo te… yo solo…
Cerró los ojos con fuerza, antes de suspirar, lo entendía perfectamente, Sasuke era su mejor amigo y la penosa situación en la que nos encontrábamos también debía dolerle a él. Fue muy irresponsable de mi parte correr a cargarle mis problemas a Naruto, per durante tanto tiempo había sido mi soporte, que me parecía algo tan natural como respirar. Posando una mano sobre la suya, le sonreí agradecida.
—No sé qué haría sin ti— no podía recordar que alguna vez le hubiera agradecido por todo lo que siempre estaba dispuesto a hacer por mí. Sintiendo una oleada de culpabilidad, me juré a mí misma, no volver a olvidar, decirle lo importante que era para mí y cuanto lo quería.
Porque era la verdad, más en esos momentos, necesitaba intensamente a Naruto, su comprensión silenciosa, en conjunto con su aliento y su sentido del humor, me mantenían en pie.
Con una pequeña sonrisa, envolvió sus brazos a mí alrededor, sujetándome contra su pecho y manteniéndome cerca de su corazón, donde ahora sabía, siempre tendría un lugar.
Me apreté aún más contra su cuerpo, tragándome los sollozos que luchaban por hacerse presentes, una vez más.
—Todo está bien— susurró Naruto, contra mi cabello, mientras acariciaba suavemente mi espalda — no es necesario que te contengas.
No dijo nada más, y de haberlo hecho, probablemente no lo habría escuchado, toda mi resistencia se rompió de golpe, lloré como nunca antes, sin inhibiciones, soltando el dolor que había guardado durante tanto tiempo. En ningún momento nos soltamos el uno al otro.
Unas horas después, tenía los ojos tan hinchados que apenas y podía abrirlos, además de que, sentía la garganta como si hubiera tragado lijas. Mi cabello estaba revuelto y la nariz roja nunca se me vería bien, pero Naruto seguía mirándome con ese brillo en sus ojos, mientras acariciaba mis mejillas con suavidad.
Sin apartar su mirada de la mía, comenzó a acercarse lentamente, dejando claras sus intenciones, permitiéndome elegir, mi primer impulso fue alejarme, pero la sorpresa y la duda me mantuvieron en mi lugar, con los ojos abiertos como platos.
El sonido de algo repiqueteando contra el suelo de madera, nos sacó del momento en que estábamos sumidos, fue entonces que noté, lo cerca que estábamos el uno del otro, con las mejillas rojas de vergüenza y remordimiento recordé la presencia de Hinata, quien había prometido preparar la mejor comida que pudiera; su ofrecimiento, estaba destinado a levantar nuestro ánimo cargado de tristeza.
Pero, gracias a mi falta de consideración ahora ella jugueteaba nerviosa con sus dedos y miraba sus pies, mientras intentaba esconder la palidez de su rostro y las lágrimas que estaban a punto de derramarse por sus mejillas.
—La... la... co-comida...— sus labios temblaban tanto que apenas podía hablar, parecía que estaba a punto de salir corriendo.
—¡Ramen!— gritó el cabeza hueca de Naruto, quien ni siquiera había notado el estado en que se encontraba Hinata —¡Vamos, Sakura-chan! ¡Muero de hambre!
Me tomó de la mano y comenzó a arrastrarme con delicadeza hasta el comedor, pero al pasar junto a Hinata una de mis manos salió disparada para detenerla de escapar, la jalé junto con nosotros. Ella solo me miró sorprendida.
Desgraciadamente para Naruto, Hinata no había preparado ramen, por ello, gracias a sus constantes quejas, no nos sumimos en un incómodo silencio, pero esta reacción entristeció mucho más a la pobre chica.
Suspiré profundamente, Hinata no terminaba de gustarme, lo cual me enfurecía, ya que no era por algo que ella hubiera hecho, más bien, eran los recuerdos que su rostro me traía. No tardé mucho, en asociar esa cara y nombre, con los duros momentos que pasé en mi adolescencia, sabía que ella no era culpable de nada, una parte de mí se retorcía bruscamente al verla sufrir, pero no podía detenerme, aun cuando su sufrir no era directamente causado por mí, sufría con ella, cada lagrima que intentaba ocultar. Pero, el solo pensar en su hermana me irritaba de sobremanera, Hinata no tiene la culpa, me recordaba una y otra vez, así que, haciendo uso de mis mejores sentimientos miré a Naruto, quien no dejaba de parlotear sobre ramen.