CAPITULO 9
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Recostada en la cama en casa que compartimos con Dulce y Elena en completo silencio, observando las hojas que tengo frente a mí en mi escritorio donde solo viendo letras y no encuentro las palabras he intentado por más de dos horas concertarme en lo que debo de estudiar lo único que he conseguido es un dolor de cabeza al intentar comprender ¿Cómo me deje vencer con algo como una invitación? La responsable de todo esto es mi desventurada culpa
Todo lo ocurrido desde el momento que cruce una palabra con Luis hasta después de terminar la jornada de trabajo en la oficina de Siena, da una y otra vuelta y otra vuelta ¿Cómo rayos saldrían de esta?, debía de encontrar otra salida una que no incluya salir con Luis y solo quedar como conocidos.
No había mencionado nada en casa para evitar todo el inconveniente que implicaba desde un interrogatorio hasta la insinuación de que todo el dolor de cabeza que tenía era provocado nada más y nada menos que por mí estúpido orgullo y miedos sin sentido o fundamento.
En algún momento pienso y analizo la posibilidad de dejar de poner barreras tan grandes y gruesas alrededor, pero nuevamente me obligo a recordad que si me encontraba en la punta de esa torre de la soledad eterna no es porque me encuentre en contra de mi voluntad todo lo contrario yo debo de encontrarme ahí para mi propia protección.
Y una voz en mi cabeza dijo que si esa era la razón entonces ¿Por qué permití que tuviera una mínima esperanza Luis hacia mí? La razón era que “Dulce, Elena, Daniel e incluso toda mi familia preguntaban con insistencia que debía de concentrarme en algo más que solo mi trabajo y los estudios “, doy un suspiro tenía que encontrar una forma para que todos ellos se dieran por vencidos con su insistencia lo que se me ocurre es decir que no me gustan los hombres, resoplo no me creerán he tendió dos novios anteriores y un cobrón que me metió en problemas.
Después de generar mil ideas y descartarlas de la misma manera lo único que podía hacer es desilusionarlo por completo, si una relación fantasma no lo desanimo, si lo desanimaría una mujer autosuficiente y nuevamente esa voz rezumba en mi cabeza “no creo que le moleste dado que es un empresario”, en cierto modo tenía razón era muy probable que eso no provocaría una desilusión en él, pero lo que si podía desilusionarlo era una actitud bastante ligera y liberal la cual alejaría a cualquier hombre sin ganas de nada. Porque a ningún hombre le gustaría que la mujer que le gusta….
Bien esa era la solución, solo tenía que buscar ayuda con ello, mi mejor amigo no era opción, pero si sus otros conocidos, amigos, primos y aun cuando sonaba loco y descabellado tengo un haz bajo la manga si después de todo no funcionaba con todos los anteriores que sin lugar a duda eso si lo alejaría para siempre.
Tan metida en mi solución estaba que no note que habían transcurrido mucho tiempo hasta veo el reloj que se encuentra sobre mi mesa de estudio junto a un grupo de marcadores de colores fluencentes, doy un grito de felicidad sintiéndome feliz por ello
Y la voz de alguien justo atrás de mi llega a mis oídos - ¿Qué fue eso? – giro rápidamente para ver a una Dulce muy preocupada, el ver su rostro de desconcierto y encontrarme sobre mi cama sentada en toda su espléndida sobre ella, sentí como mis mejillas se llenaban de calor haciendo que baje la vista – vamos loca ¿Qué te pasa? – no tengo claro porque me hizo esa pregunta, pero en mi interior sabía que se debía a que ella tenía la clara y real sospecha de que se trataba mi grito de felicidad por lo contrario yo me regañaba por no notar su presencia
-Nada, nada – intento calmarme aun riendo por los nervios al mismo tiempo que recupero la respiración – solo que he entendido al fin esta parte del temario – intento no dar detalles con la esperanza de que me pueda creer de que estoy hablando verdaderamente de mis estudios
-seguro que no es cierto
Con un poco de resignación hablo es preferible hacerlo ahora porque se enfadarán, al ver mis intenciones – nada solo que he encontrado la solución idónea para mi inconveniente – sin más detalle es lo que diré
-¿Qué maldad estas planeado? – increpa seria y acusadora Dulce
-Nada, nada – y después de eso cierro la boca como dándole a entender que no mencionaría otra palabra
-Ten por seguro que si lo descubro tu plan se vendrá abajo
-Ten por seguro que es mejor como lo voy hacer y no te darás ni cuenta – la vista de Dulce y una breve advertencia con su dedo provoco que dudara que mi plan tuviera éxito y antes de que el miedo unidos a la duda me invadieran hablo rápido -venga no seas tan mal pensada – con una sonrisa en mis labios – no todo lo que pienso es malo – y le doy un guiño para que se calme ligeramente.
-Si eso fuera cierto no tendrías una sonrisa de oreja a oreja Madeline
-Venga que sonrisa – argumento – la próxima te lo diré seria si lo prefieres
-Te conozco Madeline Iris Azucena, a mí no me engañas y sé que tramas una maldad pero te prometo que la averiguare porque sé a quién va dirigida y te prometo que a él no le harás lo que le hiciste a Ro… - se detiene justo en ese momento al ver que niego con la cabeza, de ese tema es el que menos quiero hablar me detesto por lo que le hice así que estoy convencida de que es mucho mejor lo que voy hacer, porque las ilusiones las puedo matar antes no después – he acertado – por mi negativa su palabras solo me dejan un mal sabor de boca y yo tengo ganas de gritar de frustración por que en este momento me conozca tan bien
-En lo más mínimo – respondo intentando restar importancia a mi preocupación a su intervención en mi plan – no es nada malo solo es una idea que les debo contar a las dos
- ¿Por qué sospecho que no es eso lo que festejabas? – me señala