CAPITULO 12
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25 DE SEPTIEMBRE
La mañana había llegado, la aparición del sol solo indicaba que era momento de ir a la oficina, a pesar de haber regresado a la cama con ánimos de dormir no pude, seguí dando vueltas en la cabeza de cómo iba a escribir una carta de disculpas cuando no sabía de qué disculparme.
Era frustrante, estresante, el tener que hacerlo solo porque inevitablemente me deje llevar por el enojo ayer, no estoy feliz de hacerlo, pero tampoco voy a fingir que me agrada escribirle, escribiría una disculpa en nombre de Siena no título personal lo cual era más creíble que si la disculpa fuera de mi persona.
Unas horribles ojeras de muerte y a pesar de que nunca me habían importado decidido que hoy debía de verme presentable en la oficina, tomo un poco de maquillaje para aplicar en las ares correspondientes, aplico una tenue base solo lo necesario, aplico, delineador, sombras un poco de rubor y brillo al verme en el espejo noto que había cambiado algo de semblante, un suspiro sale de mi boca, tomo mi maletín estilo cartero meto todo lo necesario, las llaves de mi moto y el casco, rectifico llevar todas mis cosas dentro lo cual no consigo mi teléfono, busco en mi mesa de noche y no lo encuentro, luego en el baño, hallándolo en el escritorio junto a todo mi maquillaje, tomo mi celular y lo coloco dentro de mi bota que es color café en la pierna derecha en el lado de adentro, una costumbre que tengo cuando uso botas, bajo a paso ligero para llegar a la cocina, el desayuno estaba servido y mis dos amigas estaban iniciando cada una el de ellas.
-Buenos días – saludo general, obtuve una respuesta de la misma manera, me siento en mi lugar un poco desganada de lo que se avecinaba, pero esperaba que solo sería un momento
-Debemos organizar nuestras agendas – dijo Dulce fijando la vista en las dos, y yo pensé que ya no habían más problemas, reacomodar la agenda implican cambios imprevistos o problemas financieros, no estamos de fábula, pero tampoco nos quejamos, mantenemos todas nuestras cuentas, en muchas ocasiones tuvimos que buscar trabajos extras para seguir manteniendo nuestro negocio a flote hace menos de tres meses yo deje un trabajo en línea porque no me permitía salir del todo dado que tenía que manejar una cuenta de red social bastante grande como para que tuviera tráfico, no me quejo ganaba de maravilla cosa que me ayudo a comprar mi moto, a pagar la universidad y a seguir pagando las facturas de la casa,
-¿eso por qué? – pregunta Elena, yo no tenía la intención de enfrentarme nuevamente a nada por lo que espere por una explicación, o al menos la respuesta a la pregunta formulada
-Debemos organizar la fiesta de graduación de Maddi – su tono de voz es feliz y yo por otro lado casi me atoro con un bocado en la boca, ella ya estaba haciendo planes para mi traducción y yo me moría de miedo por presentarme ante tres licenciados para obtener mi título, en menos de doce días deben de confirmar la fecha de mi examen, trago fuerte para evitar ahogarme y negar con la cabeza
-No, no – digo, también negándolo con la cabeza – no es necesario – tomo un poco de jugo – es suficiente con que ustedes estén presentes en el acto junto con mis hermanas, hermano, papas y mis padrinos – bajo el vaso y lo coloco – será una recepción pequeña, nada grande, ni escandaloso, nada ostentos, nada de nada solo un pequeño almuerzo en algún lugar – y las señalo a las dos a modo de advertencia
-Y tú crees que eso no implica ordenar nuestras agendas – dijo en media sonrisa Dulce – yo sabía que no lo iba a evitar, la verdad es que lo tenía más que claro – hay problemas con las cuentas de la casa – ya me lo veía venir, en la agencia estamos raspadas para los gastos de los siguientes dos meses, con nuestro salario, pero cada quien tiene gastos fuertes e independientes que cubrir por lo que no me sorprende que tengamos problemas – el dueño dice que tenemos tres meses para buscar otro lugar donde alojarnos porque uno de sus hijos se casara y necesita la casa pues se las dará como regalo o algo parecido
-¿Qué?, no, no otro lugar – dice en tono quejumbroso Elena
-pues no podemos hacer nada – dice Dulce en un suspiro
-¿Cuándo lo supiste?
-Vino hace dos tardes y antes de que me regañen por no avisar, es que me dijo que no estaba del todo seguro porque podía que su hijo no aceptara, hoy por la mañana lo confirmo y por eso lo aviso
-Bueno supongo que tendremos que buscar un lugar para cambiarnos cuanto antes
-Bien hay que iniciar con ello, si esa es la razón por la que tenemos que organizar nuevamente la agenda y también la fiesta de Maddi – dice con determinación Dulce – y no es negociable
-Tú sí que eres necia, tenemos que gastar en mudanza en alquiler y nuevo contrato y tu insistes con eso – le digo porque con todos los gastos que se viene no lo vamos a soportar, nuestros bolcillos se van a quedan sin fondos.
-La que no entiende eres tú – las dos me ven con enojo y desilusión
-Bien si, ya sé que no las voy hacer cambiar de opinión, no quiero nada grande
-Eso lo decidiremos nosotras – dijo Elena señalándose a ella y a Dulce – tú solo nos debes de decir la hora y la fecha del acto
-Con esto no puedo ganar – y la vio – rayos mujeres son un dolor en mi cabeza, cuando hacen lo que se les da la gana
-Seria tonto que siendo organizadoras de eventos no organizáramos algo para celebrar que nuestra amiga ahora es una Licenciada – dijo Dulce muy feliz en su lugar mientras se llevaba un bocado a la boca
-porque mejor no esperan a que gane y luego hacen planes, lo que…- no me dejan terminar de hablar porque las dos pegan un grito que aturde mi cabeza haciendo que desee no haber pronunciado esas palabras