Seamos un cliché.

Capítulo 2.

¿Has visto a un wey que parece vagabundo?

 

Cinco días antes del
fatídico rechazo. 

 

¿Tienes idea de lo difícil que es encontrar a una persona de la cual no sabes ni su nombre? y más si estas en una escuela donde hay por lo menos quinientos estudiantes, maldita gente que se reproduce, ¿por qué lo hacen? ¿no tiene tele?, bueno, menos mi mamá, perdón mami. 

He preguntado a más personas de las que me gustaría para poder encontrarlo. Nadie tiene idea de quien es, algunas fingen conocerlo para conversar con nosotros o otras simplemente tratan de averiguar por que lo buscamos.

Algunos tipos incluso solo desviaron el tema para coquetearme descaradamente. Dios, a veces me da vergüenza decir que me gustan los hombres, son tan cuestionables. 

—¿Cómo es que nadie lo conoce? —mi voz sonó más irritada de lo que pensé, estoy cansado, no suelo dormir mucho pero esta vez no dormí nada, en la noche no logré dormir ni siquiera quince minutos, a las siete tuve una clase de tres horas seguidas y después entrenamiento, ya agote las energías que había en este hermoso cuerpo y ni siquiera es medio día. 

—Tal vez no le gusta llamar la atención, pobre, si lo encuentras ya no podrá vivir así —comenta Ethan también irritado. 

—¿Por qué no sigues mañana?, has estado como idiota buscándolo desde ayer, ya se habrá corrido el rumor, apenas sepa quién eres vendrá corriendo —dice Jack. 

—Creo que tienes razón —en realidad no, solo quiero que regresemos a nuestra aula para preguntarles de nuevo a las personas que nos topemos. 

—No, espera, pregúntale a esa castaña —ordena Jack sonriendo. 

Maldito prostitugolfo. 

Bueno, pues a darle. 

—Hola linda, ¿has visto a un chico algo bajito, ojos preciosos y cabello negro? —pregunto a la castaña que había señalado Jack, definitivamente es su tipo, es alta, delgada, ojos negros, cabello chino y mirada de "te diré hasta que hora debes de cepillarte los dientes", es linda. 

—He visto a unos cincuenta hoy, ¿puedes ser más específico? —responde la chica sonriendo y como siempre Jack y Ethan riéndose detrás de mí cada que doy la descripción. 

—Debe medir como un metro sesenta, lentes redondos, cabello algo despeinado, manos suaves, sonrisa tierna, botella de agua de anime, ¿lo has visto? —la chica duda algunos segundos, parece que dirá algo pero se detiene una y otra vez, ¿tan malo es?

—¿Has visto a un wey que parece vagabundo? —pregunta Jack sonriendo. 

—Oh, entonces si es él, se llama Ian, estamos en la misma aula.

—¿Semestre?¿especialidad? —interroga Ethan ansioso, si que esta cansado. 

—Quinto semestre de gastronomía —responde algo avergonzada. 

—Bueno, ¿quieres que te acompañemos a tu aula?, llevaré tu mochila —ofrezco amablemente. 

Lo hago para ayudar a la chica, no para ver al ojos, lo prometo. 

—S-sí —titubea.

—Elige un color —ordena Jack. 

—¿Eh? — Dios, ¿por qué las chicas se ponen rojas?, solo es una pregunta. 

—Verde, amarillo o blanco, ¿cuál te gusta más? —explica Ethan mientras nos señala cada que dice nuestro color. 

Es una especie de juego entre nosotros, una broma sobre nuestro cabello, Ethan es el amarillo por ser Rubio, Jack blanco por su cabello plateado, y yo verde por que pues es verde, sí, me pinto el cabello de verde, no me juzguen, es un lindo color. 

Normalmente es "verde, amarillo, blanco o rojo" pero nuestra pelirroja favorita (Michelle) me ha evitado todo el día desde ayer, bueno, es entendible, la rechacé y a los minutos se corrió el rumor que era gay, la conozco desde hace nueve años así que sé que ella no corrió el rumor a propósito, alguien más lo hizo y no me hablará hasta que lo "resuelva", traducción, hasta que encuentre el que lo hizo y me pida perdón de rodillas. 

Ella siempre ha sido así, linda, poderosa e inteligente. 

—¡Verde! —grita la chica y a mí parecer más fuerte de lo que quería ya que se cubrió el rostro tratando de esconder sus rojas mejillas.

—Mierda —susurran ambos al mismo tiempo.

Oh sí, gané, me tienen que pagar.

—¡El verde rifa! —como todo hombre maduro les saco la lengua a los chicos mientras doy brinquitos celebrando mí victoria. 

Durante el camino trate que la castaña me hablará sobre Ian pero lo único que decía era "no sé", "nunca le hablé", " solo habla con Damián", que aburrida.

—¿Por qué no tiene amigos? —pregunta Ethan detrás de nosotros. 

—Todos en el aula lo odiamos, es muy rarito, parece que no se baña y es un idiota, si no fuera por Damián sería la "mascota" del grupo—responde la chica entre risas. 

Silencio.

Algo que tengo en común con mis tres amigos (incluyendo a Mich) es que odiamos el acoso y mucho más a las personas que lo imparten. 

Esta chica es una acosador en potencia. 

Iugh, cargué su mochila. 

Ethan me arrebata la mochila y se la devuelve a la chica con un solo movimiento mientras que Jack solo la mira con asco. 

—¿Qué hice? —pregunta algo pálida, su mirada esta fija en nosotros, ¿realmente no es conciente de lo que dice?

—¿Le has hecho algo a ese chico? —interroga Jack algo molesto. 

Es extraño verlo así, suele estar riendo todo el tiempo. 

—No, como les dije; Damián no nos deja acercarnos a él.

—Iremos solos desde aquí, por favor olvida que te dirigimos la palabra alguna vez, no eres del tipo de persona que nos agrada así que sería incómodo que nos relacionarán contigo —informo.

—Ve a terapia, las personas normales no suelen acosar a otras —ordena Ethan, sí, ordena, no es una sugerencia. 

Por evidentes razones odiamos el acoso pero sobretodo por Michele, fue realmente repulsivo todo lo que le hicieron. 

Si solo hubiéramos llegado dos minutos más tarde no puedo imaginar lo que le hubieran hecho, solo de recordarlo un fuerte dolor de cabeza se hace presente. 



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En el texto hay: boys love, boyslove, enemytolover

Editado: 17.02.2022

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