Seamos un cliché.

Capítulo 8.

Me tocaste una nalga, asume las consecuencias. 

 

Día del fatídico rechazo. 


Estamos sentados en las gradas, Jack y Ethan me miran confundidos mientras que Michelle se ríe como foca. 

Que humillante. 

—Recapitulando, solo le dijiste que desde hoy era tu novio y trataste de irte sin escuchar su respuesta, ¿no? —cuestiona Ethan mirándome como si fuera el más grande idiota del mundo y pues por hoy lo soy.

Pero él también hoy se ve extraño, no parece típico de él, va todo de negro cuando normalmente solo usa ropa con tonos cafés y blancos, tal vez anda en la etapa emo. 

—¿Solo eso? —agrega.

—No quería que me rechazara —me justifico, es que es lógico, si no le doy la opción de rechazarme no lo hará. 

No quiero que me digan que no de nuevo. 

—Aun así lo hizo y te amenazó —me recuerda Jack. 

—Gracias amigo, lo había olvidado —ironizo, incluso todavía tengo la marca de la llanta de su bicicleta en mi pantalón. 

¿Debería de usar eso a mi favor?, le tomaré una foto. 

—Bueno, termino todo, ¿quieres salir hoy para desahogarte? —ofrece Ethan mientras teclea algo en su celular. 

—¿A qué te refieres?. 

—Pues te rechazo, nunca insistes así que lo dejarás, ¿no?. 

—No quiero dejarlo —confieso.

No creo en el "insta love", he leído mucho sobre él y me encanta pero sé que no es eso lo que siento por Ian, me atrae y siento curiosidad por él, quiero que sea mi novio para conocerlo mejor y todo eso, juro que solo es eso, no tiene nada que ver como me siento con solo tenerlo cerca. 

—¿Vas a insistir? —pregunta Michelle tan atónita que casi parece un insulto.

¿Por qué es tan raro?, he sido firme con la idea que si alguien no quiere estar contigo es por un razón y debes de aceptarlo y darle su espacio pero por alguna razón sé que le agrado a Ian, solo tiene una mala imagen de mí por la estúpida lista sexosa, si no fuera por ella hubiera aceptado. 

—Michelle, ¿tú sabías de mi supuesta lista de chicas?. 

—Sí, casi todos lo saben, fue un rumor popular hace unos dos meses —cuenta algo distraída. 

—Ian cree que es parte de esa lista —admito.

—¿Lo es?. 

—¡Ni siquiera sabía que tenía una lista! —me quejo bajando las gradas dando brincos, ojalá me caiga así mi plan saldrá mejor.

(…) 

—Nora~ —saludo con una sonrisa a la enfermera que esta devorando una hamburguesa en el estacionamiento del hospital. 

—Hola verdecito, no le digas a nadie de esto o me aseguraré que solo enfermeras poncha venas te atiendan —amenaza limpiando el ketchup de su mejilla. 

Es dominante incluso aquí. 

—No diré nada —aseguro aún sonriendo. —Necesito tú ayuda. 

—¿Tenemos tanta confianza? —pregunta divertida. 

—Me tocaste una nalga asume las consecuencias, ya hay confianza, ¿puedes hacerlo?, te compraré lo que pidas, hazlo por el bien del amor —suplico, ella me mira de arriba a abajo y se centra en la bolsa que tengo en la mano. 

—Quieres fingir una lesión, ¿no? — ¿qué come qué adivina?, bueno, tal vez sea por todas las vendas que hay en la bolsa. 

—Sí, me arrolló con su bicicleta. 

(…) 

—Puedes decir que es esguince de tobillo —sugiere Nora mientras termina el vendaje. 

—¿Qué es eso?. 

—Tú solo di eso, llámalo —ordena emocionada. 

Le conté toda la historia de como conocí a Ian y se emocionó más que yo, pidió ser la madrina. 

Mi plan para conversar con Ian es así, lo llamaré, le diré que me lastime y que necesito su ayuda, se sentirá culpable por lo que me hablará y pronto seremos amigo, no puede salir nada mal, es perfecto.

—¡Llamalo! —grita Nora ansiosa. 

Hora del show. 

—¿Bueno? —responde una voz al otro lado del teléfono, ¿está llorando?. 

 

Ian.

 

El ambiente es tenso y solo se escuchan el sonido de los cubiertos golpeando contra el plato, ni siquiera hace ruido al masticar, solo me observa con atención, papá fue al baño así que estoy solo con mamá, ha pasado seis meses desde que estuve con ella a solas, esto será incómodo. 

 

—Aria, ¿ya tienes novio? —pregunta.

 

—No —contesto a secas. 

 

—Te dije, si sigues vistiendote de esa manera jamás vas a tener uno. 

 

—Mamá, no empieces, tener novio no es mi único propósito, mejor pregunta por mi carrera o algo que me beneficie o si no me negare a responder de nuevo —advierto.

 

—Aria.

 

—Ian, soy Ian —corrijo.

 

—Eres mi hija y te voy a llamar como me de la gana. 

 

—¡Papá! —llamó en auxilio. 

 

—¿Por qué no puedes hablar conmigo?.

 

—Por que no conversar, me atacas.

 

—Bueno, vamos a conversar, te dije que no estaba de acuerdo, no importa lo que piense tu papá yo no quiero que sigas con ese tratamiento. 

 

—¿Qué hay de mí?, yo quiero hacerlo y en estos meses me he sentido mejor.

—¡Te ves horrible!, eras bonita y ahora eres esto, tu cara se ve toda brusca y tu voz gruesa, pareces un hombre —se queja. 

 

—No parezco, soy un hombre. 

 

—No, eres una niña confundida. 

 

—¡Papá! —llamó de nuevo. 

 

—¡Cállate!, vas a hablar conmigo y te aguantas, quiero que dejes esa estupidez, ya te deje hacer lo que quieras por que era una etapa pero ya te estas pasando, mañana iremos al médico, dejarás el tratamiento. 

 

—¡Papá!. 

 

—¡Cállate!. 


—¡Papá! —grito con mucha más fuerza cuando veo que se levanta para seguramente abofetearme. 

—Hijo, sal, necesito hablar con tu mamá —pide papá quien está interponiendose entre mi madre y yo. 

Salí corriendo apenas dijo eso, detrás de mí puedo escuchar los gritos de la discusión y como siempre el tema soy yo. 

Siempre el tema soy yo, estoy cansado de eso, ¿por qué le interesa tanto?, ni siquiera le afecta, sigo haciendo lo mismo, mis calificaciones son las mismas e incluso salga la misma cantidad de tiempo, soy la misma persona pero ella parece odiarme tanto.



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En el texto hay: boys love, boyslove, enemytolover

Editado: 17.02.2022

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