¿Secreto?
Mamá limpia la mesa, papá termina de asar la carne mientras que Ian y yo lavamos los trastes en silencio, acabo de confesarme accidentalmente. Mis tíos continuaron gritando así que ayude a mi papá a sacarlos por lo que pude evitar seguir la conversación con Ian pero sé que no puedo seguir ignorando el tema.
Él no es algo temporal o una atracción, miro cada una de sus acciones con atención como jamás lo había hecho con alguien, la parte más interesante de mi día es cuando él me habla sobre su día, estoy dispuesto a ejercitarme lo doble para poder comer los postres que hace para mí, estoy viendo Naruto para entender algunos chistes que hace.
Los platos dejan de pasar por mis manos, Ian dejó de lavarlos y ahora me esta viendo fijamente en silencio, parece muy confundido.
—¿Te gusto? — al parecer no olvido lo que dije, ¿él también estuvo pensando en eso?, tengo oportunidad.
—Me gustas mucho —admito por primera vez en voz alta.
Decirlo de esta manera hace que sea más real y sobre todo que confirme lo que siento.
Mi corazón late con fuerza y no puedo dejar de mirar los ojos de Ian, no se si es por los guantes pero mis manos están sudando que ahora es incómodo.
—¿Yo te gusto? —pregunto rogando que la respuesta sea un si. Los ojos de Ian dicen que sí, yo sé que es un si.
—Creo que sí.
¡AAAAHHHHHHHHHHHHHH! ¡YO SABÍA!
—Entonces, Ian, ¿puedo ser tu novio? —pensé que respondería de inmediato pero sigue mirándome en silencio, ¿lo pregunté muy pronto? —Bueno, si no estas listo no tienes que responder ahora, esperaré todo el tiempo que necesites no importa cuanto sea.
—¿Tú de verdad quieres ser mi novio? —con cada palabra su voz se quiebra, torpemente me quito los guantes para sostener sus jabonosas manos con cuidado, están heladas.
—¿Por qué no iba a querer?
—Nick, no soy una chica o chico normal, si somos novios pasaremos por cosas como las de hoy, no me importa lo que me digan pero tú no mereces eso, tú eres normal.
—¿Quién dice que es normal y que no?, Ian solo somos personas que se quieren al igual que todo mundo, si hay personas que no lo entienden no me importa, me gustas y eso es todo, me gusta un hombre muy lindo y es todo lo que deben de decir, el único sentimiento que voy a permitir hacía tí es envidia.
—¿Envidia?
—Sí, haré que todos estén celosos de lo mucho que te voy a amar.
Baja la mirada soltando pequeñas risitas, me duele que piense que temeria estar con él por razones tan tontas pero entiendo que el mundo ha sido cruel y tiene miedo.
Voy a proteger a Ian de todo y de todos.
—Sí —responde con una pequeña sonrisa.
—¿Si?
—Seamos un cliché, Nick.
—Seamos un cliché, Ian.
(…)
Tenemos diez kilos carne asada, pure de papa, cuatro salsas diferentes, como tres kilos de tortilla en la mesa y dos neveras llenas de cerveza solo para cuatro personas, esto no era lo planeado.
—Bueno, Ian por favor no me digas que eres vegano —dice mamá mientras le sirve como seis pedazos de carne.
—No lo soy —responde Ian sonriendo.
—Me alegro por hoy —Ian toma el plato algo maravillado, sí que es un tragón.
—Perdón por hacerte pasar por un momento tan incómodo —se disculpa papá ofreciéndole una cerveza.
—No se preocupe estoy acostumbrado —responde Ian restándole importancia.
—¿Acostumbrado?
—Sí, mi mamá no me acepta como trans así que suele decirme cosas a veces un poco hirientes —cuenta Ian algo avergonzado.
—¿Transgenero?
—Oh, sí, soy un hombre transgenero —admite en voz baja, algo me dice planeado que no tenía intención de decirlo.
—¿Qué es eso? —pregunta mi papá en voz baja pero no lo suficiente por que todos lo escuchamos.
—Cuando tu género no es el mismo que tu sexo —doy la explicación más rápida que puedo, ambos quedan en silencio por un rato pero después solo asienten y siguen comiendo.
—¿No van a preguntar nada? —¿por qué Ian siempre pregunta lo mismo?
—Cariño, no nos incumbe, gracias por la confianza de decirlo, no tenemos por que cuestionarte.
—Gracias, ¿no quiere adoptarme?
—Bueno, si te casa con Nick serás de la familia —ofrece mamá sonriendo, si que le agrado Ian.
—Mamá, apenas hoy aceptó ser mi novio no lo asustes —pido tomando la ya temblorosa mano de Ian.
—¿No puedo tomarles una foto?, se ven muy lindos.
—Tome muchas y me las envía —pido guiñado un ojo, mamá como si solo esperará eso saca su teléfono para fotografiarnos.
Esa foto pondré en nuestra boda si o si.
(…)
Mamá le pidió, bueno, le ordenó a Ian que se quedará a dormir y él aceptó para mi sorpresa. Los chicos han estado en mi habitación más tiempo del que me gustaría y jamás me sentí nervioso o ví necesario limpiar pero ahora estoy como loco arreglando hasta la más minúscula arruga de mi habitación antes de que Ian termine de bañarse, no quiero que piense que soy sucio o algo parecido.
—Parece una habitación de hotel —dice al abrir la puerta, tratando de disimular que no estaba tratando de sacar los vasos de debajo de mi cama me dejo caer el suelo dejando sólo mis pies fuera.
Que humillación.
—Por favor date la vuelta y olvida esto, necesito conservar algo de dignidad —pido con la mejilla al suelo.
—Creo que deje la llave abierta —tal como apareció desapareció, lo más rápido que puedo me levanto, sacudo el resto de pulusa que hay en mi ropa, me dejó caer en la cama con los ojos cerrados soltando un fuerte suspiro al instante.
Dormí en su cuarto un chingo de veces, no debería estar nervioso por esto.
Solo vamos a dormir.
—¿Puedo pasar?
—Pasa —sé que mi voz sonó más ansiosa que lo que debería por que al otro lado se escucho una pequeña risita, Ian debe de estar disfrutando esto.
—Nunca espere ver al "riquísimo verde" nervioso.