Daniel.
Después de dejar a Ian en su casa justo como le pedí a papá ambos me esperan en la sala. No tengo idea si fueron las palabras de papá o que hayan estado dispuestos a defenderme y a hechar a toda la familia por mi tranquilidad pero creo que estoy listo de decirles todo.
Les diré que abusaron de mí.
—Estamos listos hijo, te escucharemos —mamá me toma de la mano dedicándome una cálida mirada, no creí que sería tan difícil.
—Les dije que quería ir a terapia pero jamás les dije por que, estoy listo para decirlo ahora.
—Esta bien —papá se sienta a mi lado tomando mi otra mano, trata de disimular sus nervios pero el leve temblor de sus manos lo delata.
—En primer semestre fuí a una fiesta de bienvenida, ¿lo recuerdan? —ambos asienten al mismo tiempo —. No fuí solo, Jack y Ethan fueron conmigo, todo iba como siempre, no lo negare, estaba bebiendo por mi propia voluntad pero solo al principio luego tres chicas se acercaron, yo las había visto antes de hecho ellas nos invitaron, las tres eran de último año.
Por un instante sentí que el aire me falto, sigue doliendo.
—Cuando ellas se acercaron nos dieron más y más alcohol, ya ni siquiera era muy conciente, estaba mareado y confundido, los chicos estaban igual o peor que yo. Tratamos de irnos pero nos invitaron a jugara "verdad o reto".
Ahí se me escapo la primera lágrima.
—Mi niño… —El agarre de mi papá se hizo más fuerte, supongo que ya tiene una idea de que más pasó.
—Entramos a un cuarto y ahí había más tipas, era obvio que era planeado por que todo estaba preparado, había muchos cojines, todas estaban sentadas en orden y las ventanas cerradas pero no dije nada, pensé que estaba exagerando. Cuando inició el juego era normal pero luego fue incómodo. A los tres nos besaban, tocaban o daban de beber, la chica que nos invitó dijo que si nos íbamos le diría a su novio que estábamos jugando con ellas. Ella era novia del capitán del equipo de ese entonces y teníamos que agradarle para poder entrar, nosotros queríamos jugar en ese equipo.
—Por favor no me digas que pasó lo que creo —nunca había visto esa expresión en el rostro de mi papá, herido.
—Papá te juro que yo no quería, estaba muy borracho no me podía mover, ni siquiera podía intentar apartarlas por que las lastimaría y me sacarían de la escuela, ustedes estaban orgullosos de mí por entrar no podía hacerles eso.
—Cariño…
—Solo cerré los ojos y deje que terminarán, los tres lo hicimos.
—¿Qué les hicieron? —pregunta mamá en un susurro, esta llorando.
—Nos violaron.
Decirlo de esa manera tan cruda y directa era doloroso incluso para mí, lo noté cuando mi visión se hizo nubla por las lágrimas, mamá se levantó de golpe del sillón mientras que papá me abrazaba con fuerza mientras lloraba.
—¿Qué pasó con esas tipas? —pregunta mamá mientras camina de un lado a otro de la habitación rascandose frenéticamente la cabeza.
—Se graduaron, no hicimos nada —confieso avergonzado —. Perdón por no defenderme mamá, no quería que pasará nada, fue muy difícil entrar no quería arruinarlo pero fue tan asqueroso, perdón por ir, no debí ir.
—No hijo, tú no te debes de disculpar por nada, esas enfermas se aprovecharon de ustedes.
—Dame sus nombres —pide mamá, no quiero decir nada pero sé que ellos estarán más cómodos si me ayudan.
Dije todos los nombres que recordaba mientras papá los apuntaba y tecleaba cosas en su computadora, no tengo idea de que harán pero sé que no puede ser mucho.
—Mi niño, perdón por no darnos cuenta antes —se disculpa mamá secando las lágrimas que se me escapan.
—No, yo no les dije nada y no tenían como saberlo —nunca los culpe por no darme apoyo, yo era el que no estaba listo para recibirlo.
—Gracias por confiar en nosotros mi amor y ser tan fuerte para seguir aquí, eres muy valiente.
"Fuerte" un simple adjetivo me hace querer llorar de nuevo.
Yo no quería ser fuerte, quería ser normal.
—Tengo mucho miedo.
—Nunca te harán daño de nuevo, estamos aquí —papá aparece detrás de nosotros dándonos un fuerte abrazo a ambos.
Esto me hacía falta.
Apoyo, amor y seguridad, gracias.
—Gracias por ser mis papás.
(…)
Hablar con mis padres fue liberador, esa pequeña punzada que sentía en el pecho ya no está, siento que frente a ellos deseche ese pasado asqueroso.
—Te voy a matar —la voz malhumorada de Ethan es lo primero que me recibe en la escuela, esta molesto.
—¡Corre! —grita Jack quien viene corriendo detrás de él.
—¡¿Qué hice?! —pregunto mientras corro por mi vida, algo esta mal aquí.
—Checa tu puto Instagram y luego habla pendejo —okey, Ethan esta furioso, ayúdame Dios.
Entro a mi instagram y de inmediato me parecen las notificaciones de menciones en historias, algo hice.
—Puedo explicarlo —grito al rubio que esta por lanzarme su mochila.
—Okey —abruptamente se detiene y se deja caer en el suelo, literalmente a la mitad del pasillo, pinche huevon.
—Bueno, primero dime que te molestó.
—Tienes novio y no dijiste nada.
—¿Cómo sabes eso? —estoy seguro que solo se lo dije a Linay.
—¿No te dije que vieras Instagram? —me enseña su teléfono y en la pantalla se ve una foto mía y de Ian, es la foto que tomó mi mamá.
—¿De dónde la sacaste?
—De Instagram estúpido.
—Fue mi mamá —me quejo en voz baja, mamá la debió de subir a Instagram y alguién de la escuela la vió, me lleva la verga —. Se supone que era secreto.
—¿Nos lo ibas a esconder?, traidor.
Su expresión cambio totalmente, luce realmente afectado, ¿le gustaba Ian?
Unos segundos después llega Jack empapado en sudor y con una mano en el pecho, se canso también, andan en pésima condición estos dos.
—¿No te mató? —pregunta Jack asombrado.